La salud de la ciudad empieza a sentir el efecto de la falta de insumos imprescindibles para realizar cirugías de alta complejidad. Más preocupante aún es una situación que se plantea con los oxigenadores (un dispositivo que permite reemplazar transitoriamente la actividad cardíaca y respiratoria cuando se repara el corazón a cielo abierto), ya que no se pueden retirar de un contenedor de la Aduana en la ciudad por un tecnicismo que lo impide.
Estos elementos de cirugía no se fabrican en Argentina, lo que ubica a la situación en extrema gravedad.
La Capital ya había dado cuenta de esta situación en su edición del sábado pasado cuando se hizo eco del comunicado del Colegio Argentino de Cirujanos Cardiovasculares, que denunció que faltan insumos para cirugías cardiovasculares y deben postergar operaciones. En su carta pública advertían que los materiales son importados y no están ingresando con normalidad.
Al límite
En Rosario el panorama es complejo y se evalúa día a día. Los oxigenadores que se procura importar quedaron bajo una reglamentación de importación de licencia no automática, mientras que las tubuladuras (permiten el paso del aire desde el respirador hasta la interfase, ya que se conectan por un extremo al ventilador y por el que lleva la válvula respiratoria, a la mascarilla del paciente) quedaron como licencia automática.
Esto significa que las tubuladuras se pueden retirar del depósito de la Aduana pero los oxigenadores no. Un tema que fue calificado por el sector médico y prestacional como un tecnicismo y burocracia que generan un enorme y complejo problema.
Uno de los proveedores (Sensimat) tiene un contenedor en la Aduana local. En principio, la normalización y abastecimiento de los insumos que están en el interior estaría frenado en la Secretaría de Comercio y se estaban repasando los papeles inscriptos en el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (Simi). Este problema ya impacta en la salud privada, tanto en adultos como en niños.
La falta de estos insumos es decisivo a la hora de las cirugías. Por ejemplo, el oxigenador es un dispositivo que permite reemplazar transitoriamente la actividad cardíaca y respiratoria cuando se repara el corazón a cielo abierto en intervenciones cardiovasculares de válvulas y revascularización del miocardio (un sistema denominado by pass Favaloro). La situación fue calificada de “gravísima”, ya que estos elementos no se producen ni fabrican en Argentina. Y representa para el sector una muy mala noticia.
Aviso previo
A comienzos de este mes, el Colegio Argentino de Cirujanos Cardiovasculares (Caccv), institución que agrupa a la mayoría de los cirujanos de la especialidad, advirtió por la falta de insumos básicos para realizar cirugías.
En su carta abierta advertía de una grave y peligrosa situación por faltante de insumos básicos e imprescindibles para realizar cirugías cardiovasculares. “Dicho faltante está poniendo en riesgo la salud y la vida de los pacientes que requieren estas cirugías”, agrega la nota firmada por el doctor Juan Antonio Nigro, presidente de la comisión directiva de la cámara y que La Capital diera cuenta en su edición del sábado pasado.
Además de la situación local con los oxigenadores, que puso en jaque a los sistemas de salud de la ciudad, existen otros elementos que también se discontinuaron como catéteres, vías, dispositivos para derivación coronaria (shunts), jeringas y suturas percutáneas, ya que todos están entre los productos importados.
Alarma encendida
Cabe recordar que en julio pasado, las empresas que integran la Cámara de Equipamiento Hospitalario de Fabricación Argentina (Caehfa) habían alertado que “las limitaciones impuestas por el gobierno en materia de importación podrían llevar a un desabastecimiento del sistema de salud nacional de productos hospitalarios descartables, implantables y electromédicos”.
Esa cámara de empresas había detallado que envió notas al Banco Central, la Anmat y ministerios nacionales para advertir el problema que se arrastra al no poder adelantarse el dinero a los proveedores del exterior, quienes exigen el pago por anticipado de la mercadería, necesaria como insumo productivo.
“No existe alternativa en el mercado nacional. Se trata de insumos muy específicos con pocos fabricantes a nivel mundial”, había detallado Alberto Morales, gerente general de la cámara.
Insumos y productos terminados que están en “niveles críticos o casi nulos”, sumado a la falta o demora en la entrada de estos insumos que provocará una interrupción en el suministro de productos médicos”, describió el directivo al referirse a gasas, apósitos, sondas, catéteres, cánulas de aspiración, equipos de administración de sangre, de soluciones parenterales, equipos para diálisis, agujas para biopsia, remedios oncológicos, tubuladuras e insumos para esterilización.
El vaticinio de la cámara ya a mediados de año era que iba a afectar en forma directa la capacidad de prestar servicios básicos, como las guardias de los hospitales y cirugías de urgencia.
“Igual que sucedió con medicamentos y reactivos, necesitamos que autoricen sin restricciones los insumos necesarios para poder fabricar los productos esenciales para atención primaria y cirugía y así evitar un desabastecimiento. No sirve de nada tener medicamentos sin equipos e insumos para poder administrarlos”, habían advertido desde el sector.
Ahora, en Rosario, el tema se tornó crítico.