El periodista y analista Ignacio Zuleta analiza en el libro "Un Papa Peronista" el rol que desempeña Francisco en la política argentina, y afirma que en la actualidad, la influencia que posee el sumo pontífice sobre las organizaciones piqueteras "es vital para garantizar la paz social en las calles".
"Las tres organizaciones sociales más importantes, la CCC, Barrios de Pie y la CTEP tienen una relación muy estrecha con el Vaticano, y la orden que tienen es que no haya violencia. El Papa garantiza la paz social en las calles", señaló el autor a Télam. Columnista en el diario Clarín, Zuleta considera que con el gobierno de Mauricio Macri, el Papa Francisco obtuvo la sanción de leyes que no logró durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
"Bajo el gobierno de Macri se sancionaron la ley de Economía Popular, que les dio 30 mil millones de pesos a las organizaciones sociales por tres años, el censo de la población de las villas, y una normativa que ordenó la expropiación de terrenos para los barrios de emergencia. Son proyectos que se redactaron en el Vaticano", sostiene el consultor político. Zuleta refrenda que la relación que guardan la administración Macri y el Papa "es muy buena" y asegura que ambos ganaron cuando el proyecto sobre despenalización del aborto no logró ser aprobado por el Senado. "Más allá de las especulaciones, la relación entre el oficialismo y la Iglesia es óptima. Funcionarios y figuras de este gobierno como María Eugenia Vidal, Carolina Stanley, Gabriela Michetti y Esteban Bullrich tiene un vínculo de mucha proximidad con el pontífice", remarca.
Durante años, Zuleta siguió la trayectoria religiosa de Bergoglio y su desempeño al frente del Arzobispado de Buenos Aires, y desde ese conocimiento asegura que el religioso se ganó ser "identificado y prestigiado como un político" por gran parte de los argentinos.
"Como sacerdote es un gran predicador de la fe, y en la Iglesia se lo valora como un intelectual, un gran escritor y creador de textos religiosos. Es un intelectual de la Iglesia. Y su formación en una Orden como la Compañía de Jesús reforzó su carácter de hombre político", observa Zuleta.
A lo largo de su obra, Zuleta repasa las diferencias que Bergoglio tuvo como arzobispo con Néstor Kirchner cuando éste era presidente, el respaldo institucional que le dio a Cristina Kirchner en su segundo período, la mala relación con Sergio Massa y el papel que juega el líder social Juan Grabois, asesor del Papa, en la presente coyuntura.
"Como arzobispo, Bergoglio jugó en política, respaldó candidaturas y sugirió nombres en las listas, pero como Papa no. Grabois es un hombre con llegada a Francisco, un asesor del Vaticano, pero como político tiene autonomía", asegura.
Para Zuleta, no quedan dudas respecto de la identidad peronista de Francisco, y lo fundamenta en los orígenes, la formación y "los amigos que supo tener el padre Jorge" a lo largo de su vida. "Bergoglio estuvo vinculado a la Teología del Pueblo Argentino, una tendencia que pretendía que los sacerdotes tomaran el atajo del peronismo en vez de inclinarse por el marxismo en los tiempos del movimiento tercermundista", explica el periodista.
Y al respecto, agrega: "Había bautismos en los que entregaba libros de (Juan Domingo) Perón, y sus mejores amigos eran peronistas. No hay duda sobre sus orígenes políticos. Es peronista". Sobre su posible visita al país, Zuleta estima que hasta ahora se negó a venir a su tierra natal "porque no quiere ser utilizado políticamente y pretenden mantener la paz social". "Hay también una razón que explica la negativa del Papa a venir al país y es que aquí la Iglesia no tiene grandes problemas con los temas de los abusos como sucede en Irlanda, Australia o Chile. Y tampoco hay persecuciones o problemas de convivencia con otros credos", puntualiza.