El 19,5 por ciento de los niños y adolescentes de zonas urbanas relevados padecían "inseguridad alimentaria" en 2015, y en el 7,7 por ciento de los casos llegaba a niveles graves, mientras el 49,9 por ciento de ese grupo vivía en lugares insalubres, advirtió un informe sobre Infancias con derechos postergados del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA (Universidad Católica Argentina).
En brutal síntesis, uno de cada cinco niños argentinos padece problemas de nutrición en su día a día en el país.
El análisis evidenció cifras claras y alarmantes sobre la realidad de los niños en términos de alimentación, salud, hábitat, subsistencia, crianza y socialización, información, educación y trabajo infantil.
El informe del Observatorio de la Deuda Social de la Infancia (Osdi) de la UCA reveló que tener hambre, no poder acceder a ayuda alimentaria directa, vivir en situación de hacinamiento crítico y en viviendas precarias, son algunas de las privaciones severas que padecen niños y adolescentes argentinos.
Reporte. Ese Observatorio presentará hoy a las 15 el nuevo reporte del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia. Serie del Bicentenario (2010-2016). Año VI. Abarcará Infancias con derechos postergados y Avances, retrocesos e inequidades a finales del Bicentenario (2010-2015). Se dará a conocer en el Auditorio Santa Cecilia, subsuelo del edificio San Alberto Magno, en Puerto Madero de la ciudad de Buenos Aires.
La investigación sobre las condiciones de vida de la infancia en la Argentina en el período 2010-2015 indica que la situación de inseguridad alimentaria afectaba en 2015 al 19,5 por ciento de la infancia y adolescencia urbana y al 7,7 por ciento en niveles graves.
El 48 por ciento de los chicos de ambos sexos en la Argentina urbana tenían como única opción para la atención de su salud el sistema público.
Mientras que el 25,8 por ciento de las infancias y adolescencias no consultó a un médico y un 46,7 por ciento no fue a un odontólogo en el último año.
En el conurbano bonaerense 32 por ciento de los chicos de ambos sexos no asistieron a una consulta médica durante 2015.
El 49,9 por ciento de la infancia y adolescencia urbana en la Argentina vivía en 2015 en un medio de vida insalubre, tanto por problemas de contaminación ambiental como a consecuencia de la cercanía de fábricas o basurales, proximidad a lugares de quema de basura o existencia de plagas.
Se calcula que el 42 por ciento de la infancia y adolescencia residía en viviendas con problemas de saneamiento (no accedía a cloacas, o a la red de agua corriente, o no tenía inodoro con descarga de agua).
Vivienda. En 2015, la calidad de la construcción de la vivienda resultaba deficitaria para el 18,9 por ciento de la población de niños y niñas y adolescentes: la situación de hacinamiento afectaba al 18,5 por ciento.
Se estima que, en 2015, el 18,7 por ciento de los chicos y chicas compartía cama o colchón para dormir, y si bien dicha incidencia trepaba al 30,5 por ciento en los hogares de estratos más bajos, también se presentaba en el 10 por ciento de los del estrato medio profesional o medio alto.
El 12,8 por ciento de los chicos y chicas en 2015 no festejaron su último cumpleaños; en el estrato social más bajo no lo hizo el 23 por ciento y en el medio alto, el 4,8 por ciento.
A cuatro de cada diez niños y niñas de 0 a 12 años de edad no les suelen leer cuentos o no tienen libros infantiles en su hogar.
En cuanto a las formas de disciplinar a los niños, niñas y adolescentes, la propensión al uso de la violencia física en 2015 afectaba al 19,9 por ciento.
Asimismo, 5,7 por ciento de los chicos y chicas pertenecían a hogares donde se utiliza la agresión verbal como método de disciplinamiento.
El 58,1 por ciento de los chicos de ambos sexos entre 5 y 17 años no realizaba actividad física extra-escolar, 86,4 por ciento no efectuaba ninguna capacitación artística o cultural.
Tampoco el 86,3 por ciento de 5 a 12 años concurría a colonias de vacaciones.
El 60,4 por ciento de 5 a 17 años no tenía una biblioteca con libros en su casa y el 50 por ciento no solía leer textos impresos.
La enseñanza de música, plástica y educación física no se cubría en el 21,5 por ciento de los estudiantes de primaria en al menos una de las asignaturas.
Se estima que el 23 por ciento de los adolescentes se encontraba en situación de déficit educativo (no asistía o lo hacía con sobreedad): el déficit era del 40 por ciento en el estrato social muy bajo y del 35 por ciento en villas o asentamientos urbanos.
En tanto, se calcula que el 25 por ciento de los estudiantes secundarios no tenía enseñanza de computación, y que el 12 por ciento carecía de enseñanza de idioma extranjero.
El 12 por ciento de 5 a 17 años trabajaba en actividades domésticas intensivas (4,3 por ciento) y/o en el mercado (9,5 por ciento), indicó el reporte.