Un español de 46 años que había sido sentenciado a 21 años de cárcel por el femicidio de su esposa en finales de 2020 en un municipio de Madrid deberá ser sometido a un nuevo juicio luego de que se conociera que uno de los integrantes del jurado había inclinado la balanza a favor de la condena porque no quería pasar una noche más en el hotel que se le había asignado.
El juicio que se ventiló en la Audiencia Provincial de Madrid tuvo como acusado a David A.M., quien a finales de mayo de 2017 volvió de una cena familiar junto a su esposa, una joven de nacionalidad rumana identificada como Valentina Chirac cerca de las 2 de la mañana.
Si bien el hombre siempre se declaró inocente, en su contra pesaba la acusación de haber golpeado y asfixiado a su esposa entre las 4 y las 6 de la mañana, además de manipular la escena del crimen para que pareciera un robo y una agresión sexual.
Como defensa, el hombre esgrimió que esa mañana se dirigió a su trabajo como lo hacía habitualmente y que al regresar al mediodía encontró el cuerpo sin vida de su pareja y dio aviso a la policía indicando que también se había producido un robo.
Según los reportes policiales, en la casa de la pareja no se encontraron evidencias de que hubiera habido una entrada forzada ni el robo de objetos, aunque sí se hallaron rastros de ADN que no correspondían con los de David A.M.
La acusación por agresión fue desestimada por falta de evidencias. Ante la falta de pruebas concluyentes y que el acusado siempre se declaró inocente, el jurado pasó largas horas de deliberación y estaba dividido en la votación.
Finalmente un integrante del jurado que no tenía intenciones de permanecer una noche más en el hotel que le habían asignado, dio vuelta su voto y consiguió el séptimo sufragio necesario para lograr el veredicto de culpable.
Poco después, en las escaleras de la Audiencia, el portavoz del jurado que dio vuelta la votación le comentó a un miembro suplente del mismo: “Las votaciones iban 6-3, se hacía tarde y ya veía que nos íbamos a tener que quedar a dormir en el hotel varias noches porque nadie daba su brazo a torcer. Por lo tanto, culpable y todos a casa”.
Sin embargo, uno de los participantes de esa conversación no solo le reprochó al jurado su actitud sino que realizó una denuncia, según lo publicado por el diario El País.
Pese a que esa denuncia se presentó a la magistrada presidenta del jurado popular antes de que se dictase la sentencia, unos días más tarde, la misma igual fue dictada al no haber constancia de las irregularidades en el acta del veredicto.
La defensa apeló ante la Sala Civil y Penal del TSJM porque, a su entender, se produjeron irregularidades con motivo de la deliberación. Tras una revisión del recurso el Tribunal concluyo que, a la vista de estos datos, “no parece posible garantizar que el criterio sobre la culpabilidad del acusado que exteriorizó con su voto el portavoz del jurado fuese fruto de un estudio serio y en conciencia de la prueba”.
La sala reprobó al portavoz al indicar que “jamás habrá de apresurarse irresponsablemente” un voto “por el deseo de no pernoctar en el hotel donde se concentra el jurado si es necesario proseguir la deliberación”.
Evaluando que se había producido una vulneración del derecho al proceso con todas las garantías e imparcialidad, el tribunal declaró nula la sentencia y convocó a otro juicio con un jurado popular totalmente renovado.