Mary Quant, la creadora de la minifalda, cumple 75 años y el correo inglés le
dedica un sello postal para conmemorar su aniversario. El invento revolucionario de Quant causó
sensación entre millones de mujeres y hombres que quedaron fascinados con las faldas
cortas. Implicaba más libertad en las piernas y en la cabeza, algo que ansiaban las mujeres. Quant
recordó además que se arreglaba el pelo del pubis con forma de corazón.
Un avión supersónico Concorde y una minifalda no tienen mucho en común. Pero el
correo británico dedica a ambos estos días ediciones especiales de sellos como homenaje a dos
clásicos del diseño local. Justo a tiempo para el 75 cumpleaños de la creadora de la corta falda
femenina, Mary Quant, este 11 de febrero.
“Es grandioso”, opina Quant al respecto, una mujer que no sólo
redujo el largo de las faldas, sino que puso de cabeza con ello a la sociedad de los años
60.
Esta delicada mujer con peinado “estilo taza” sigue pareciendo audaz
incluso hoy. Tanto, que no tiene ningún problema en hablar a su edad por ejemplo sobre el arreglo
del pelo del pubis. “Yo lo tenía en forma de corazón. Y en algún momento todos empezaron a
arreglárselo así, incluso John Lennon”, reveló hace poco a una reportera británica. No se
espera otra cosa de una mujer que hace casi 50 años diseñó una prenda revolucionaria.
Todo comenzó en 1955, cuando Quant tenía su propia boutique “Bazaar”
en el elegante barrio londinense de Chelsea. Con sólo 21 años y apoyada por su marido (ya
fallecido) y socio comercial Alexander Plunkett Greene metió tijera y creó la primera minifalda.
Hija de un maestro, la diseñadora consideraba “imposible” la moda anticuada de
entonces, e inadecuada para una mujer trabajadora que tiene que correr detrás del autobús.
No pasaría mucho tiempo hasta que la minifalda hiciera furor en Europa. Mientras
que los defensores de la moral la consideraban obscena, millones de mujeres -y hombres- quedaron
fascinados. Implicaba más libertad en las piernas y en la cabeza, algo que ansiaban las
mujeres.
Eso era también lo que Quant tenía en mente al eliminar la línea fijada en las
rodillas. “Hacía a las personas de alguna forma felices”, dijo más tarde. “Fue un
cambio. Era el sentimiento de la época”.
La idea surgió de forma simultánea también en Francia, pero al final Quant se
impuso a André Courrèges y entró en la historia como la creadora de la minifalda.
El diseño de moda corría por sus venas, y ya siendo niña reformaba sus vestidos.
Luego estudió en el Goldsmiths College de Londres, la prestigiosa escuela de artes aplicadas. Pero
Quant siempre quiso divertirse más que provocar. “No quería ningún escándalo”,
subraya.
Y para que la minifalda fuese aceptable y no mostrara demasiada piel desnuda,
Quant metió las piernas de las mujeres en elegantes pantys. Incluso la reina -famosa por su pasión
por los bolsos, no por las minifaldas- reconoció el trabajo de Quant y la condecoró en 1966.
Después de que los Beatles vieran a sus novias sumergirse de lleno en la moda de
Quant, que fuera adoptada incluso por las damas de la alta sociedad, y que la minifalda se
convirtiera en el símbolo de los “Swinging Sixties”, la modista presentó en 1969 su
colección e introdujo bajo su nombre accesorios llenos de color, ropa interior y una línea de
cosméticos.
La marca, con una estilizada margarita, sigue teniendo enorme éxito, hoy sobre
todo en Japón. En 2000 Quant se retiró de la empresa, al parecer forzada por los dueños japoneses
de la licencia.
Hoy la antigua “city-girl” vive en el campo y dedica mucho tiempo al
cuidado de su jardín. Sólo saca la minifalda en contadas ocasiones. Hace unos años reconoció:
“Yo llevo normalmente pantalones, camisetas y chaqueta”.