Durante su habitual contacto con la prensa a bordo del avión durante el viaje de retorno desde Mongolia, el Papa Francisco deslizó la posibilidad de no viajar a la Argentina el año próximo, como había prometido. También defendió su pronunciamiento sobre Rusia, que causó indignación en Ucrania.
“Les digo la verdad: para mí ahora hacer un viaje no es tan fácil como al principio, hay limitaciones para caminar y esto limita. Pero ya veremos”, comentó el Papa, en silla de ruedas en el pasillo del avión que lo llevaba de vuelta a Roma desde la lejana Mongolia. En la tradicional conferencia de prensa que concedió en el vuelo, Francisco, que el 17 de diciembre cumplirá 87 años y que debido a su dolencia en la rodilla derecha pasó a utilizar bastón y silla de ruedas, reconoció que su físico ya no es el mismo que cuando comenzó su pontificado en marzo de 2013.
Francisco pareció poner interrogantes al teórico viaje a la Argentina que dijo que desearía hacer el año que viene pero que no mencionó en esta ocasión, reconoció su limitación física al contestar una pregunta sobre Vietnam y sobre futuros viajes. Fue a propósito de este viaje que sugirió que tal vez no lo haga él sino un Papa futuro. “En cuanto al viaje a Vietnam, si no voy yo, seguro que irá Juan XXIV (una referencia a un eventual sucesor). Es seguro que irá, porque es una tierra que merece ir”.
En agosto pasado había dicho: “Puedo confirmar que (Argentina) está en programa. Veremos si se puede hacer, una vez que pase el año electoral. Terminadas las elecciones, se puede hacer”, declaró sin dar fechas concretas, en una entrevista del 4 de agosto pasado a la revista española Vida Nueva. Meses antes, el pontífice expresó su deseo de viajar a su país natal. “En estos momentos solo pienso en Argentina… y quizás Uruguay. Ya hubo varios intentos antes, pero las elecciones frustraron la visita”, declaró el Papa a la revista española.
Ahora, el Pontífice confirmó que sí hará el viaje que tiene programado para el 23 de septiembre próximo a Marsella, Francia, donde habrá un encuentro de obispos del Mediterráneo y “luego hay alguno en un pequeño país de Europa”, agregó, sin mencionar al país, que podría ser Kosovo. No habló de ningún otro viaje más, ni de su deseo de viajar a la Argentina el año próximo. Se trata de un viaje que jamás fue oficialmente confirmado.
La cuestión de Rusia
Durante la rueda de prensa en el avión, el Papa también explicó el reciente saludo a un grupo de jóvenes católicos rusos que provocó una tormenta y enfureció a Kiev porque elogió a la “gran Rusia”, y a los “zares”, citando incluso a Pedro el Grande y Catalina, algo que se interpretó como un aval a Vladimir Putin, quien en sus discursos cita a los mismos zares como fuente de legitimación de su brutal invasión de Ucrania.
Francisco adujo que no se refería al imperialismo ruso, sino que al final de su videoconferencia con jóvenes rusos, les quiso recordar “que se hagan cargo de su herencia”, para aclarar que hablaba de “la gran cultura rusa”. “Piensen en el campo de la literatura, en el campo de la música, hasta un Dostoievski que hoy nos habla de humanismo maduro. Me acordaba de lo que nos enseñaban en la escuela: Pedro I, Catalina II”, dijo. “Lo que les dije a los jóvenes rusos es que se hicieran cargo de su propia herencia, que tomaran su propia herencia, lo que significa no comprarla en otra parte. Tomen su propia herencia. Y qué legado ha dado la gran Rusia: la cultura rusa es de una belleza, de una profundidad muy grande; y no debería borrarse por problemas políticos”, insistió. “En Rusia ha habido años oscuros, pero la herencia siempre ha permanecido así, a la mano. Luego usted habla de imperialismo. Y yo no estaba pensando en imperialismo cuando dije eso, estaba hablando de cultura, y la transmisión de la cultura nunca es imperial, nunca; siempre es diálogo, y estaba hablando de eso”.