Ayer se reveló que el avión que cayó al río de la Plata, causando la muerte de cinco argentinos y heridas a otros cuatro, no había podido aterrizar en el aeropuerto de Carmelo (Uruguay) y volvía a San Fernando (provincia de Buenos Aires), de donde había partido, cuando se precipitó al agua. Por lo demás, las causas del accidente siguen conformando un gran interrogante.
Una jueza del Uruguay, en tanto, abrió una investigación e interrogó a uno de los pasajeros heridos, Sebastián Vivona, gerente de la marca de ropa Kosiuko, internado en Uruguay primero y trasladado a Buenos Aires ayer, quien le dijo que no podía recordar nada.
La jueza María Facal, luego, tomó declaración a familiares de las víctimas y a dos técnicos de la torre de control de Carmelo, con los cuales el piloto se habría contactado minutos antes del accidente.
El vocero de la Corte Suprema de Uruguay, Raúl Oxandabarat, dijo que la jueza "interrogó a la esposa y al primo del piloto", Leandro Larriera (43), fallecido en el accidente, "y a dos técnicos de la torre que estaban en el momento en que el piloto se contactó".
Oxandabarat precisó que "quedan cinco o seis personas más por interrogar" porque la investigación apunta a saber qué fue lo que le respondió la torre de Carmelo al piloto y si se cumplió el protocolo en caso de que hayan existido malas condiciones climáticas para aterrizar.
La revelación de que la aeronave no logró aterrizar en el lugar de destino la formuló el vocero de la Fuerza Aérea uruguaya, Alvaro Loureiro. "No pudo operar en Carmelo y volvió a San Fernando. Es muy temprano para poder aventurarnos en cualquier especulación", agregó, aunque se cree que la niebla y una falla mecánica habrían sido determinantes.
El vocero de la Armada, Gastón Jaunsolo, dijo: "No estamos manejando ninguna hipótesis", y también confirmó que "ese avión venía hacia Carmelo, no pudo aterrizar por problemas meteorológicos y en su retorno fue cuando cayó, no sé si por un desperfecto o qué fue que lo ocasionó".
Desde este lado del río de la Plata, el secretario de Seguridad argentino, Sergio Berni, confirmó que "la niebla jugó un papel muy importante" en el accidente el martes y afirmó que el piloto intentó practicar un aterrizaje de emergencia en el agua (amerizaje).
"Ya sea como causa primaria del accidente o en una complicación que tuvo el piloto con el avión, cuando intentó amerizar (acuatizar) no pudo ver bien el lugar" por los densos bancos de niebla, sostuvo el funcionario.
Berni dijo que, a pesar de que el piloto, Leandro Larriera, "era muy experimentado" en el lugar donde cayó el avión "había muchos islotes" y que, seguramente, el piloto "pensó que estaba en aguas profundas y prácticamente no llegaba al tobillo el agua".
"No podemos dar ningún tipo de explicación (sobre el siniestro) porque todavía la junta de investigaciones de la República de Uruguay no empezó a trabajar. Hay que esperar, lo demás son puras especulaciones", señaló.
Investigación. La jueza uruguaya Facal, apenas comenzó a investigar la caída, ordenó las primeras pericias. Luego de que buzos tácticos y personal de bomberos retiraran los dos cuerpos que habían quedado atrapados en el interior de la aeronave, determinó las autopsias sobre los cinco cadáveres.
Luego tomó declaración a Vivona, sobreviviente y ejecutivo de Kosiuko. El avión pertenece al empresario Federico Bonomi, dueño de Kosiuko.
La jueza no pudo hablar con la otra internada, Paula Bruery, debido a la gravedad de las heridas.
Facal también dispuso pericias en la aeronave y ordenó la búsqueda de la caja negra.
Vivona y Buery, los dos heridos que permanecían en Colonia, fueron trasladados ayer a la Capital Federal para continuar con su recuperación en la Argentina.
Vivona presenta "fractura de tibia y peroné derechos, fractura de muñeca izquierda y fractura anterior de seis arcos costales izquierdos", según un parte médico emitido por el Hospital Británico.
Buery tendrá que ser intervenida quirúrgicamente debido a una fractura que sufrió en la cadera.
En los próximos días, Santiago Villamil e Ignacio Llosa —los otros dos internados— serán invitados a viajar a Uruguay y de no ser factible, se acudirá a la Justicia argentina a través de exhortos.
Según trascendió, las primeras palabras de sobrevivientes recogidas por rescatistas uruguayos hablaban de un ruido extraño en uno de los motores.
La avioneta cayó a unos 10 kilómetros al sudoeste de Carmelo, en una zona de escasa profundidad y de difícil acceso conocida como "Los bajos", minutos antes de las 13 del martes.