Los motores a combustión de los autos están matando el planeta. Pero literalmente porque se devoran el oxígeno que todavía respiramos.
Los motores a combustión de los autos están matando el planeta. Pero literalmente porque se devoran el oxígeno que todavía respiramos.
Este es el principal mensaje de alerta global, como la llama el investigador uruguayo Luis Seguessa, que desde la Fundación Códigos trabaja junto a otros científicos contra el consumo desaforado del oxígeno por parte de los motores a combustión, la destrucción de la capa de ozono, el calentamiento global y la contaminación de los océanos, e investiga dónde hay y en qué condiciones están el gas metano del mar Artico y el dióxido de carbono de la atmósfera.
"La contaminación y las emisiones de gases son sin duda factores importantes en las causas del calentamiento global y el cambio climático, pero el mayor problema no está allí sino en el consumo desmedido de oxígeno por parte de los motores que llevan cada uno de los 800 millones de vehículos que circulan por el mundo y que están consumiendo el oxígeno a una velocidad alarmante", advirtió Seguessa, presidente de la Fundación Códigos, luego de disertar ayer en el auditorio del Museo del Diario La Capital.
—¿El auto es el enemigo número uno del planeta?
—El auto es el enemigo invisible que devora el oxígeno de todos. En realidad el enemigo es el motor del auto, que es el mismo desde hace 120 años, formado por pistones, bielas y cigüeñal. El auto se ha transformado en un miembro más de la familia y hay una simbiosis con él. Y si el problema es el motor, hay que cambiarlo.
—¿Por qué el problema es el motor?
—Más que los gases que provocan el smog, que es grave, el mayor problema es que un auto consume en un viaje de cuatro horas 700 veces la cantidad de oxígeno que necesita una persona para vivir en el mismo tiempo. La nafta o el gasoil inicia el proceso de combustión, pero consume oxígeno. Un motor de 2.0 consume entre uno y dos litros de aire por cada vuelta del motor, que son entre 50 y 100 litros por segundo. Y los vehículos de todo el mundo consumen 20 mil millones de litros de aire por segundo, es decir que devoran cinco mil veces más oxígeno que combustible. El motor del auto es el mismo creado en 1890 y ahora hay casi mil millones de autos en el mundo.
—¿Qué otros riesgos acarrea este enemigo invisible?
—Este enemigo invisible al consumir semejante cantidad de oxígeno provoca los huracanes, tornados y tsunamis. El aire actúa potenciado por el vacío como la fuerza del agua cuando desagotamos una pileta, si ponemos la mano en la entrada de aire de un motor puede rompernos la mano. Es el responsable de los desastres climáticos como las inundaciones provocadas por una inmensa evaporación, así como los últimos huracanes y tsunamis, porque no es normal que haya tanta actividad eléctrica.
—¿Desde cuándo existe este riesgo generado por los motores a combustión?
—En los años 70 los autos llegaron a los 200 millones, que en términos bíblicos es una miríada de la miríada, y ahí se rompió el equilibrio. Y esto está escrito en el libro del apocalipsis, y en el código que estudiamos, y dice textualmente: "motor eléctrico evitar aniquilación". El motor eléctrico nació junto con el de combustión. Thomas Alva Edison tenía un auto eléctrico en 1912, con baterías como las actuales, cuando en Nueva York había más autos eléctricos que a combustión. Hubo autos eléctricos mejores que los de combustión, pero los ocultaron porque a las industrias automotriz y petrolera no les convenía que se conociera y difundiera. Por eso desaparecieron y la mejor arma que tienen es que no sepamos nada.
—¿El auto a motor eléctrico supera en performance al tradicional a combustión?
—Totalmente. El EV1 de General Motors era una maravilla, pero lo mataron con la publicidad. En los 90 una senadora por California sacó una ley de emisión cero que obligó a las automotrices a tener un auto con motor emisión 0, pero luego mataron la ley. Las fábricas producían el auto pero no lo vendían, lo alquilaban hasta que finalmente los destruyeron. Hasta hubo usuarios presos porque no querían devolverlos. El auto eléctrico no tiene competencia porque no lleva aceite ni filtros ni bujías y hoy pueden salir con una garantía de diez años. Yo manejé uno en una fábrica de Estados Unidos que no es de los petroleros y, a pesar de su mal diseño, tenía una aceleración de 140 kilómetros por hora en pocos segundos.
—El presidente Obama les dijo a los estadounidenses cuando asumió que debían dejar de usar el auto para comprar cigarrillos, algo así como decirle a un argentino que no tome mate todos los días. ¿Podrá mantener estos cambios culturales?
—Sí. En los primeros 15 días Obama lanzó un decreto muy importante que dispuso 2.400 millones de dólares para desarrollar motores más eficientes y la fabricación de un millón de autos eléctricos para 2015. Eso se les escapó a los republicanos, que después le dijeron "callate, que ya te va a pasar". Por eso están todos amenazados.
—¿Hasta qué nivel de funcionarios?
—Hasta el último legislador tiene custodia hasta para su familia.
Tres por mes
"Hay una fábrica de autos eléctricos en EEUU, que está desvinculada de estos intereses, pero sólo le dejan vender tres por mes", sorprendió ayer el uruguayo Luis Seguessa.
Por Miguel Pisano
Por Tomás Barrandeguy