Dos hombres murieron ayer a la tarde en Mar del Plata al estrellarse contra el suelo luego de
tirarse desde una avioneta, a 3000 metros de altura, con un paracaídas que no se abrió a pleno,
según precisó la policía.
Las víctimas son el instructor Ignacio Lapuente, de 44 años, oriundo de
la localidad bonaerense de Punta Alta, y su alumno Néstor Zubillaga, de 26, de Mar del Plata,
explicó el comisario Darío Amaya.
El accidente ocurrió poco antes de las 16 cuando el instructor y su
alumno se lanzaron para una prueba de paracaidismo, a 3.000 metros de altura, desde una avioneta
privada que había partido del aeroclub de Batán, a unos 15 kilómetros de la ciudad atlántica.
Según fuentes policiales, el paracaídas “comenzó a abrirse cuando
estaban a 1.500 metros del piso. No se sabe todavía por qué el aparato no se desplegó por completo
a tiempo”.
En ese sentido Amaya explicó que la mecánica del salto “fue hacer
30 segundos de caída libre y abrir el paracaídas a 1.500 metros y hacer un descenso posterior de 12
minutos” y señaló que “el piloto que transportaba a los paracaidistas no notó nada raro
en el lanzamiento de los hombres fuera de la máquina”.
Amaya indicó que el paracaídas “alcanzó a abrirse un poco” y
expresó que “los peritajes determinarán lo sucedido”.
Los dos hombres cayeron en el predio de la planta química Essiod,
ubicada en el Parque Industrial del Partido de General Pueyrredón.
Falla. Las primeras hipótesis de los investigadores es una falla en la apertura
del paracaídas como desencadenante del accidente, ya que consideraron que el vuelo y el lanzamiento
se efectuaron respetando los protocolos que rigen la práctica de esta actividad, y en el momento
del hecho las condiciones meteorológicas eran óptimas.
Hace un mes, en el mismo parque industrial había caído una avioneta, lo
que provocó la muerte de sus ocupantes.
Por otra parte, un accidente similar ocurrió año pasado pero en la
ciudad de Cañada de Gómez cuando dos hombres, uno de 41 años y el otro de 24, murieron al fallar
durante un salto el paracaídas al que se encontraban unidos por un arnés.
En ese caso, también se trató de un alumno con su instructor, ambos
rosarinos, que se habían lanzado desde 3.500 metros y al abrirse el paracaídas, a 2.500 metros,
comenzaron a girar y se estrellaron en un campo.
En los dos casos, se trataba de la modalidad denominada dual tándem, en
la que se utiliza un mismo equipo para dos personas. (Télam)