El Día Mundial del Queso se celebra cada 27 de marzo en honor a uno de los alimentos más universales de la historia. Considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad, desde 2001, el queso celebra su día cada año por la propuesta de la Asociación Quesos del Terruño, quienes establecieron esta fecha para recordar su valor a los consumidores y amantes de este producto de origen francés.
La fecha instaurada en Francia, homenajea a uno de los alimentos que levanta pasiones a lo largo del mundo. Hay un tipo de queso para cada ocasión y cada gusto, ya que se calcula que existen entre 300 y 2 mil variedades de quesos (según su clasificación). Es por eso que se convirtió en un símbolo cultural y rompió todo tipo de fronteras, por lo que en muchos otros países se formaron nuevos estilos.
Al igual que Francia, muchos países europeos adoptaron la celebración de este Día Mundial del Queso, en el que cada uno de ellos destaca a sus tradicionales queseras locales y aprovechan para informar a la sociedad sobre sus diferentes tipos de queso y formas de consumo, según los procesos artesanales de producción.
Embed - Día internacional del queso
El queso habría tenido su origen cuando el hombre descubrió que la leche se podía conservar sólo si se sometía a un proceso de coagulación, por lo que desde hace largos siglos acompaña al ser humano en la vida diaria y constituye uno de los productos más consumidos en el mundo.
Se ha expandido tanto terrenalmente que incluso existen distintos animales que aportan para su producción. A pesar de que los franceses y los italianos son reconocidos por su fuerte vínculo con los quesos, la Argentina ha formado un fuerte potencial debido a su producción láctea en el último siglo.
La importancia del queso en la cocina
El queso es uno de los alimentos más versátiles de la cocina, por lo que se encuentra en platos de todo tipo, desde postres fríos hasta las preparaciones más calientes. Ya sea para acompañar unas pastas o una ensalada, así como ser la pieza clave en un sándwich o picada, su amplia variedad de consumo lo transformó en un producto esencial en cada heladera.
Gracias a este amplio repertorio que lo caracteriza por grandes diferencias de sabor y textura; pero también por sus aportes en minerales, proteínas y vitaminas; es sencillo encontrar que al menos una de estas variedades se adapte a los gustos y preferencias de cada persona. A pesar de que algunos creen lo contrario, muchos especialistas indican que su consumo en proporciones adecuadas es muy beneficioso para la salud.
"El queso se divide en tres familias de masas: blandas, semi duros y duros. Los quesos semi duros se consumen más en primavera o verano y ya para esta época, entre el otoño y el invierno, se eligen más los blandos. Los duros también son usados sobre todo en invierno. Y después con la pandemia y llegando hasta la actualidad, por cuestiones de consumo y situación económica, la tendencia tornó más hacia los quesos blandos", indicó Alejandro Tremblay, al frente de Lácteos Tremblay.
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Alejandro Tremblay, director de Lácteos Tremblay
La historia del queso en la Argentina
En los últimos siglos, el queso pasó a ocupar un lugar protagónico en la gastronomía mundial. Con la llegada de los europeos a Latinoamérica, la técnica para producir quesos llegó a la Argentina durante la época colonial, por lo que a mediados del siglo XVIII ya existían al menos siete tipos de quesos en el país.
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En principio la producción fue pequeña y artesanal, pero la fuerte inmigración de italianos y españoles a principios del siglo XX produjo un cambio grande en la industria láctea argentina, la que avanzó a pasos agigantados en el consumo del queso.
Actualmente, Argentina produce cerca de 400 mil toneladas de queso por año, es el principal productor de Latinoamérica y el séptimo a nivel mundial, con una variedad que ronda la producción de unos 300 tipos de quesos. Es tal su relevancia a nivel nacional que se convirtió en uno de los principales consumidores del mundo, con un promedio de 13 kilos por habitante al año.
Cuáles son los quesos más consumidos en Argentina
De los 2 mil tipos de quesos que se estima que existen, casi la mitad se producen entre Francia e Italia, aunque España es también uno de los que cuenta con mayor variedad de estilos. El resto se divide entre diversas regiones del mundo, por lo que muchos expertos marcan que podría registrarse una mayor cantidad de variedades si se investiga en ferias europeas o latinas.
Según sus procesos de producción, que varía gracias a las nuevas tecnologías, los quesos pueden ser fundidos, procesados, duros, blandos, húmedos, secos, madurados por hongos, cremosos y de distintos tipos de leche, ya que este producto elaborado de la cuajada de leche pasteurizada o cruda puede ser de vaca, oveja, cabra, búfala, camella o burra, entre otros.
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La Argentina es el séptimo productor de queso a nivel mundial, y se encuentra entre los de mayor nivel de consumo.
El consumo en la Argentina está enfocado en los quesos blandos y frescos como la mozzarella, el cremoso y el tybo en barra, pero también en otros especialmente para pastas y preparaciones como el sardo y el reggianito. En menor medida, otros quesos que son tradicionales en las mesas argentinas son los semiduros como el Pategrás y el Fontina, que integran las picadas; los duros de maduraciones largas como el Provolone; y los quesos azules y de corteza enmohecida como el Roquefort, el Brie o el Camembert, de origen francés.
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Cristian Banegas, gerente comercial de Alloa Vanguard
"Los volúmenes de venta varían dependiendo el periodo, la estación y el tipo de producto o demanda que requiera esa semana o mes. El foco está en el queso en barra, el queso cremoso, la mozzarella y estamos notando que viene creciendo mucho la venta de queso azul que en Alloa Vanguard es nuestro fuerte. Los números crecen mes a mes mientras que antes no era un queso tan buscado", señaló a La Capital Cristian Banegas, gerente de Desarrollo Comercial de Alloa Vanguard.