Todavía no hay una causa oficial del colapso del edificio cerca de Miami, pero un investigador reveló que el edificio fue estudiado el año pasado y registraba un hundimiento de dos milímetros por año en los años 90. A su vez, los testimonios y constructores apuntan a dos posibles causas: un “socavón” en el subsuelo que haya dejado sin apoyo a la torre, o la corrosión que causa la sal marina en el acero del hormigón. Un argentino dueño de dos departamentos en el edificio dijo que había “inundación” de la zona de los garages, algo que podría avalar la hipótesis del “socavón”.
Shimon Wdowinski, profesor del Instituto de Medio Ambiente de la Universidad Internacional de Florida, declaró a la CNN que el año pasado determinó en un estudio que el condominio Champlain Towers South mostraba signos de hundimiento en la década de 1990.
Según su estudio, el condominio tuvo una tasa de hundimiento de unos dos milímetros al año entre 1993 y 1999. Aunque Wdowinski dijo que este hundimiento por sí solo probablemente no causaría el colapso del condominio, dijo que podría ser un factor que contribuyera. “Si una parte del edificio se desplaza con respecto a la otra, eso podría provocar tensiones y grietas”, explicó.
Añadió que ese hundimiento era exclusivo de la zona de las Champlain Towers South, no de los edificios circundantes. Pero agregó que se detectaron hundimientos en zonas más amplias en el oeste de Miami Beach, que se construyó sobre un humedal recuperado. “Nos dimos cuenta de que el edificio se movía, y lo comunicamos en el estudio, pero hemos visto edificios en otras zonas que se mueven a un ritmo incluso mayor, así que no pensamos que fuera algo inusual. Lo que es inusual es que hoy se haya derrumbado”, dijo.
Michael Góngora, vicealcalde de Miami Beach, explicó que “el edificio tiene 40 años. Aquí en el sur de Florida hay un código que ordena a los 40 años que los edificios se tienen que certificar de nuevo: la estructura, el techo, la electricidad. Imagino que el edificio andaba en ese proceso”, agregó.
Rodrigo, un argentino propietario de dos departamentos en las torres, aseguró al canal TN que el colapso se debió a “fallas estructurales”. Contó que el proceso de certificación demora tres años. “Se estaba reparando el techo, los aires acondicionados. Pero yo sé que el garage estaba con inundación, puede ser alguna agua, alguna rajadura que haya horadado el hormigón y se vino abajo”, especuló. Insistió en que el edificio no llegó a la revisión de los 40 años, que estaba a cargo de una empresa de ingeniería civil a la que se le pagaron “millones de dólares” para que realice la “recertificación”. Otro argentino que vive en Miami especuló que “el edificio tuvo una inspección hace un tiempito sobre la estructura de rajaduras y dijeron que estaba carcomido bastante todo el tema de cimientos debido al mar”.
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La West Palm Beach TV, uno de los canales de la zona, habló con Jim Rhinehart, un conocido constructor. Dijo que hay variables propias del sur de Florida en la construcción de la zona cercana al mar. Señaló “el ambiente corrosivo y desafiante” que las estructuras junto al mar deben soportar. “La sal y los cloruros son muy corrosivos para el acero, que es el refuerzo dentro del hormigón. Si queda expuesto, el acero empieza a corroerse, se hincha y comienza una degradación de la estructura”.
El edificio se terminó de construir en 1981, por lo que debía ser recertificado este año. Durante la recertificación los inspectores analizan los cimientos, el suelo y el estado general de la estructura.
Rhinehart elogió el proceso de recertificación de 40 años y dijo que no conocía ningún lugar que tuviera un reglamento tan estricto. Agregó que también es posible que se trate de un suceso aleatorio, como el choque de un camión contra una columna del edificio, que podría haber provocado el colapso progresivo de una sección de la estructura. Sobre los “socavones”, Rhinehart dijo que no se puede descartar. “Esencialmente, es un edificio asentado sobre bloques de hormigón, sobre pilotes hincados o perforados en el suelo. Si el suelo sobre el que se asienta se hunde, entonces no hay nada que sostenga el edificio”. Rhinehart descartó que las reformas al código luego del huracán Andrew, en 1992, tuvieran alguna relación, ya que estas se refieren a la “envoltura” de los edificios y sus techos, no a su estructura.
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