Más de 260.000 fieles acudieron ayer en París a la misa que ofició el Papa
Benedicto XVI en la explanada entre Les Invalides y el Siena, en el corazón de la capital francesa,
donde alertó contra "la pagana pasión por el poder y el dinero" y la adoración de falsos ídolos
como raíces del mal.
Por la noche, Benedicto partió rumbo a Lourdes, lugar de
peregrinaje en los Pirineos franceses en donde hoy celebrará una misa en conmemoración de las
apariciones de la Virgen María hace 150 años.
Dícese que en dicha oportunidad Bernadette, hija de un
molinero, vio a la Virgen en una gruta.
La misa de hoy será el punto cúlmine de la visita papal a
Francia, que finalizará mañana.
Ayer, en una hermosa jornada de finales de verano, el Sumo
Pontífice de la Iglesia Católica romana llegó al lugar con el Papamóvil y fue saludado de forma
entusiasta mientras se dirigía al altar. Un coro compuesto por dos mil voces proporcionó un marco
especialmente festivo a la misa, considerada uno de los momentos cúlmines de su visita a Francia
junto con su encuentro con el presidente francés Nicolas Sarkozy.
Causa de males. Parafraseando el Nuevo Testamento, Benedicto lamentó la
"insaciable codicia" e indicó que "el amor al dinero es la causa de todos los males".
"¿El dinero, la sed de acaparar, el poder e incluso el
conocimiento han apartado al hombre de su verdadero destino?", preguntó.
En su homilía, Benedicto criticó la sed de la sociedad
moderna por estos nuevos ídolos "paganos", que consideró un "escándalo, una verdadera plaga".
El Papa conminó a los creyentes a "evitar el culto a los
ídolos. ¡No se cansen de hacer el bien!" El público recibió complacido sus comentarios
Benedicto XVI llamó enérgicamente a los fieles a mirar "más
allá de los falsos ídolos de nuestro tiempo que alejan al hombre de su auténtica meta, de la
alegría de la vida eterna con Dios".
"Estos ídolos y su adoración mantienen alejados a los
creyentes de la realidad", advirtió el Sumo Pontífice.
También habló de la tentación de idealizar el pasado y con
ello olvidar sus defectos, o también de ansiar un futuro lejano, cuando se debe recordar que "el
hombre sólo con su esfuerzo puede construir el reino de la eterna alegría en la Tierra".
En vista de la falta de clérigos no sólo en Francia, el
Papa también hizo propaganda de esta tarea eclesiástica. "No teman", llamó principalmente a los
jóvenes que sienten en su interior una vocación clerical, "no teman entregar su vida a Cristo".
En el corazón de la Iglesia no hay nada que pueda
sustituir jamás el sacerdocio, subrayó Benedicto XVI, quien también dirigió su llamada "al resto de
Francia y los países vecinos".
Jóvenes y no tan jóvenes no deberían dejar sin respuesta la
llamada de Cristo, advirtió el líder espiritual de la Iglesia Católica.
Con una vigilia y una procesión de velas por París, decenas
de miles de jóvenes celebraron la presencia del Papa hasta entrada la mañana de ayer.
Unos 100.000 jóvenes comenzaron a reunirse por la noche en la catedral de
Notre Dame de París. Por la mañana se les sumaron otros 60.000 cerca de Les Invalides. l (AP)