Cuatro personas murieron ayer en Somalia en un atentado contra un equipo de Médicos sin Fronteras
(MSF), que trabajaba en la ciudad sureña de Kismayo, según informaron fuentes policiales y de la
organización humanitaria.
El 26 de diciembre último una enfermera argentina, Pilar Bauzá, y una
médica española, Mercedes García, fueron secuestradas en la ciudad de Bosaso, en el extremo norte
del país, y liberadas el 2 de enero. Sus captores habían pedido un rescate.
La enfermera argentina declinó regresar a Somalia para continuar su
labor humanitaria. A la luz de los hechos, las gestiones del gobierno español y la Cancillería
argentina salvaron a las cautivas de un destino trágico.
El caso de ayer, sin embargo, no parece obra de delincuentes comunes,
como el secuestro de las cooperantes; más bien puede atribuirse a grupos de milicianos que operan
sin control.
“Con gran tristeza confirmamos que esta mañana (por ayer) tres
miembros de Médicos Sin Fronteras han muerto en la ciudad somalí de Kismayo, cerca del hospital
donde trabajamos. Las víctimas son el cirujano keniano Víctor Okumu, de 51 años, que había
trabajado en varias misiones de MSF como Darfur y Sierra Leona; el logista francés Damien Lehalle,
de 27 años, que cumplía su segunda misión, y Billam, el conductor somalí”, informó Lara
Manóvil, encargada de prensa de la organización, a La Capital.
La cuarta víctima es el periodista somalí Hassan Kafi Hared, un cronista
que pasaba por casualidad por ese lugar.
En un principio se barajó la posibilidad de que la explosión fuerse
causada por una mina al paso del vehículo de MSF, sin embargo fuentes policiales y testigos
presenciales creen que se trató de un artefacto explosivo accionado a distancia.
Un hombre que trabaja en la empresa de telecomunicaciones Nur Warsame
dijo que nada más producirse la explosión vio a un hombre huyendo del lugar a toda carrera.
Agregó que después de que estallara el artefacto se produjo un
intercambio de disparos, de origen desconocido.
“Después de varios minutos vimos los cuerpos de los asistentes
sociales, dentro de su coche, y el de un periodista que estaba tirado en la acera”, añadió
Warsame.
El oficial de seguridad de Kismayo Omar Hassan dijo que es la primera
vez que ocurre un atentado de este tipo contra organizaciones internacionales de asistencia en
Somalia. El grupo atacado era de origen holandés y el atentado pone en riesgo la continuidad del
trabajo humanitario de Médicos Sin Fronteras en Somalia, el país más violento de Africa.
Lara Manóvil dijo que no se sabía si el ataque fue contra ellos.
“Todos los actores enfrentados en armas en esa nación saben que hacemos un trabajo social
independiente”.