"Acá dejamos tres o cuatro pelotas de fútbol sueltas en la cancha todos los días para que los chicos vengan a jugar directamente”, confían Federico Naveira y Edgardo Velazco, el presidente y un vocal del Club Punta Chacra, del barrio homónimo de Roldán, a La Capital.
A mediados de 2015 un grupo de vecinos del barrio Punta Chacra comenzaron a reunirse en la entrada del predio libre de tres hectáreas que habían abandonado el desarrollador inmobiliario, primero, y la municipalidad, después, con la idea de fundar un club. “La pileta que habían hecho para atraer clientes estaba tapada de yuyos, las tres canchas de tenis ya tenía árboles y la casita estaba arruinada” recuerdan los dirigentes a este diario, sentados en el quincho del bar y virtual secretaría del Club Punta Chacra.
Pantalón de trabajo marroncito, zapatillas y campera azul, el jefe del puerto, aviador y pequeño empresario Fede Naveira recorre el hermoso predio del club como un trabajador más, junto a Edgardo -de jogging, zapatillas y buzo negros-, el herrero que hizo hasta el coqueto parrillero con ruedas del club, junto a un nutrido grupo de dirigentes y colaboradores, todos vecinos del barrio.
“El desarrollador había hecho la pileta, este jueguito de madera para los chicos, una casita con un baño y tres canchas de tenis, y se la dio a la municipalidad, que los tuvo un tiempo y los abandonó. Entonces un día nos juntamos un grupo de vecinos al lado de la pileta, que ya tenía plantas, para hacer un club deportivo, social y cultural para las familias” recuerdan Naveira y Velazco, acompañados por un vermú, en el encantador atardecer roldanense.
-¿Cómo fueron los comienzos?
-Lo primero que hicimos fue este techo. Planificamos hacer este salón y empezamos a juntar los fondos con donaciones de vecinos, polladas, rifas y el primer locro, que hicimos en 2006. Empezamos con 15 familias que pusimos 500 pesos, que serían unos 50 mil pesos de ahora. Hicimos el estatuto y lo presentamos con un abogado y una abogada del grupo de vecinos.
-Los dirigentes del Club Los Teros reconocieron el apoyo de ustedes en el aspecto legal, así como al Club El Muelle. ¿Fueron el club pionero?
-Sí. Primero le prestamos nuestro estatuto al Club El Muelle y después hicimos lo mismo con el Club Los Teros.
-¿Cómo surgió la idea de fundar el club?
-Corríamos el riesgo de que viniera un empresario a ocupar el predio, que era un espacio libre de la municipalidad. Entonces lo llamamos al intendente, quien nos dijo: “Ningún problema” y lo mismo hicimos en el Concejo.
-¿Por qué eligieron los colores verde y naranja?
-Primero buscamos colores que no se identifiquen con los clubes grandes: ni Newell's, ni Central, ni River, ni Boca. Estábamos en un atardecer y vimos que había dos colores que predominaban: el verde del pasto y el naranja del crepúsculo. Así que los colores salieron solos.
-¿Qué pasó con la posibilidad de federar un deporte y luego pedir subsidios?
-Para recibir un subsidio tenés que estar federado en algún deporte, pero en realidad es una injusticia porque los que más necesitamos subsidios somos los clubes amateur, que nos mantenemos con el apoyo de algunas empresas, que nos ayudan para darnos una mano no porque pongamos unas banderitas con su nombre en el club. Somos un club amateur de apenas ocho años. Cuando fuimos a la Secretaría de Deportes de Santa Fe les preguntamos: “¿Por qué no vienen ustedes a ver los deportes amateur que tenemos en el club?. Igual ahora vamos a federarnos con el karateca Federico Amaya, que va a competir en el Mundial.
-¿Cómo hacen para mantenerse?
-El 80 por ciento de los ingresos vienen de aportes privados. (Los empresarios) son todos duros, pero cuando nos conocen nos apoyan. Este quincho lo hicimos con la recaudación de dos noches de Carnaval, cuando la municipalidad nos da la explotación del bufet a los clubes y trabajamos en conjunto. Nosotros vamos a la parrilla desde las cinco de la tarde hasta las ocho de la mañana. En el primer Carnaval unos vecinos nos donaron las chapas del techo y compramos las columnas.
-¿De dónde son los socios del club?
-Tenemos socios de Rosario, gente que vive en un departamento y que aprovecha el club en verano. Algunos vienen todas las tardes a la plleta o juegan al tenis, a la tardecita se dan un baño y a la noche hacen un asadito. La gente de Roldán no viene tanto porque el 90 por ciento tienen quincho y pileta, y no les resulta atractivo. El 99 por ciento somos rosarinos o algunos venimos de pueblos chicos. Mi papá era gerente del Banco Nación y hemos vivido en todos lados: Villaguay, Concepción del Uruguay, Metán, Posadas, Río Gallegos, Carcarañá.
-¿Cuántos socios tienen?
-Tenemos 330 grupos familiares, que suman unos 900 socios, que pagan cuatro mil pesos por grupo familiar, cuando en un club de Rosario eso mismo no baja de 40 mil pesos. Aumentamos la cuota cada cuatro meses. Teníamos que aumentarla ahora, pero esperamos y buscamos los fondos en otro lado porque hay familias que no podían pagar la cuota. Los deportes y la pileta son abiertos, vienen sólo con la cuota. La colonia de vacaciones tiene un costo, pero hay un par de casos que están becados y no pagan.
-¿Cuál es la impronta de un club amateur?
-Somos un club amateur que recién tiene ocho años. La idea es ser un club de la familia, que no sólo sea deportivo sino social y cultural. Por eso tenemos un espacio que se llama “Tejiendo comunidad”, coordinado por la psicóloga Danisa Vitrich y la técnica en Familia Eugenia Herrera, que trabajan con los chicos sobre cómo tejer vínculos para resolver conflictos a través de la palabra. A veces vienen chicos con problemas con sus vínculos y esta es una forma de abordarlos y tratarlos con un trabajo de dos profesionales en la materia. Y sumamos inglés, desde que cerramos el quincho. El Día del Niño vamos a hacer una chocolatada. También hacemos una bicicleteada por mes en una estancia de San Genaro. Y la vecinal también participa, somos un lugar de encuentro.
-¿Qué deportes practican?
-Tenemos fútbol, hóckey, vóley, ñucom (vóley adaptado para mayores de 40), karate, gimnasia artística, patín, padel, y los desarrollamos con obras. La cancha de fútbol de 11 está en obra. Cerramos dos canchas de padel profesional, con paños y acrílicos de última generación.
-¿El básquet es una asignatura pendiente?
-Sí. Por ahora sólo tenemos un aro para que los chcos tiren, pero tenemos ofertas del exjugador de Newell's Cristian Travaglini y del exjugador de Cañada de Gómez Iván Bachín, quienes se ofrecieron a dar clases de basquet.
-¿Cuáles son los próximos desafíos?
-El más ambicioso es tener el estadio cubierto. Tenemos patín y gimnasia artística y nuestro anhelo es tener un espacio cubierto para esos deportes y para futsal, básquet y vóley. En Roldán no hay una cancha de futsal.
-¿Fundaron una liga amateur de fútbol y hóckey?
-Sí. Organizamos la Copa Ciudad de Roldán, de fútbol y hóckey porque para ser federado tenés que tener siete categorías, 20 deportistas en cada una, una cancha reglamentaria. El año pasado nos juntamos con el Club El Muelle y con el Club Los Teros, y ahora se sumaron el Club San Lorenzo y el Club Sporstman y fundamos la Unión de Clubes de Roldán. Somos gente de Rosario con otra visión.
-¿Con El Muelle y Los Teros son clubes hermanos?
-Sí. Y somos el hermano mayor.