Del 18 al 24 de agosto, Rosario fue sede de la primera Semana del Clima de Sudamérica. Además de reunir empresarios, organizaciones y líderes mundiales, previo a la COP30, también logró ser un puntapié para congregar a las juventudes e incluirlas en el debate por el cambio climático.
La Cumbre de Jóvenes: Diálogo para un Balance Ético Global, convocó a 500 jóvenes estudiantes, en el marco de la Semana del Clima de Rosario 2025. El evento tuvo lugar el viernes 22 de agosto, donde chicos y chicas de escuelas secundarias de la ciudad vivieron una tarde diferente, jugando y aprendiendo en la Terminal Fluvial, a la vera del Río Paraná.
La actividad, organizada por la Municipalidad de Rosario, Fundación Nueva Generación Argentina, Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Global Shapers Rosario, Jóvenes por el Clima y Consciente Colectivo, contó con alrededor de 45 voluntarios y se convirtió en un espacio donde los adolescentes pudieron debatir sobre la crisis climática, vinculando sus experiencias locales con los debates globales que se darán en la próxima COP30 en Brasil, en noviembre de este año.
La experiencia
La jornada comenzó con la plantación simbólica de árboles en la explanada de la Estación Fluvial, donde alumnos y alumnas de 5to año de escuelas secundarias participantes del Programa “Un árbol por graduado” dieron inició al evento.
También se sumaron los ganadores del Fondo Jóvenes en Acción Climática, una iniciativa impulsada por la Municipalidad de Rosario, respaldada por Bloomberg Philanthropies e implementada en colaboración con Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) y Bloomberg Center for Public Innovation (BCPI) de la Universidad Johns Hopkins, patrocinada fiscalmente por Rockefeller Philanthropy Advisors (RPA), que acompañan proyectos climáticos en barrios y comunidades de Rosario.
Por la tarde, el salón Terrazas de la Fluvial se colmó de estudiantes y el ambiente vibraba con la expectativa de vivir una jornada distinta. Los participantes provenían de distintos puntos de Rosario y sus alrededores, representando escuelas públicas. Esto permitió que las discusiones combinarán distintas experiencias, trabajos y enfoques, enriqueciendo el diálogo entre sus pares.
Algunos alumnos llevaron sus propios trabajos de reciclaje para exponerlos. Tal fue el caso de los chicos de la Escuela Técnica N.º539 Dr JA. Balseiro, donde impulsan un proyecto que reutiliza plásticos a través de la técnica de termofusión con la que elaboran bolsos, billeteras, pilotines y capas para la lluvia.
Organizados en 36 mesas, cada grupo entre 10 y 15 chicos estaba acompañado por sus docentes y por un voluntario del evento que oficiaba de facilitador en las actividades. La dinámica de las actividades consistió en trabajar el diálogo para un Balance Ético Global (BEG), una metodología participativa que los invitó a reflexionar sobre justicia climática, derechos humanos y transición justa, a partir de preguntas disparadoras diseñadas por la presidencia de la COP30.
Los jóvenes recibieron la bienvenida de la mano del intendente Pablo Javkin y del vicepresidente de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, Christian Asinelli, acompañados de autoridades municipales y con la presentación de las organizaciones que condujeron el evento.
Para encender la chispa inicial, se propuso un juego de preguntas y respuestas rápidas sobre acción climática, derechos humanos y calentamiento global, donde todos competían entre sí.
En la segunda etapa de la jornada, los participantes tenían que identificar problemáticas socioambientales locales y vincularlas con las preguntas del BEG. Allí surgieron discusiones acerca de la urbanización, el acceso al agua, deforestación, educación ambiental y transición energética, temáticas que impactan de manera directa en su vida diaria.
En este caso, la actividad les propuso un desafío: comunicar lo que pensaban de forma creativa. Cada mesa elaboró una producción artística, con textos, collages, mapas conceptuales y propuestas narrativas, que reflejaban su visión sobre cómo construir una agenda climática más inclusiva y conectada con los territorios.
La tarde transcurrió entre risas y alboroto, con jóvenes con convicción, moviéndose de un lado a otro, compartiendo sus ideas y respuestas. Entre recortes de diarios y revistas, tomando mates y conversando con facilitadores y docentes, disfrutaron de un momento único.
El bloque final dejó una huella especial. Cada equipo se animó a subir al escenario para compartir sus conclusiones, algunos con producciones artísticas y otros con intervenciones más reflexivas. Entre ellos, los alumnos de la Escuela N°49 Gral. Justo José de Urquiza sorprendieron con un rap improvisado en vivo, que combinó protesta y esperanza.
Sus versos resonaron en la sala: “El río desborda. Las calles se vuelven mar. Las casas flotan en sombras. La gente aprende a esperar. Agua que invade los sueños. Fuerza que arrasa sin parar. El agua avanza sin paz. Pero en el barrio suena: “No se inunda más"
La creación siguió con un mensaje de conciencia ambiental y compromiso colectivo: “En Rosario el río crece, su fuerza nos quiere hablar, la tierra pide conciencia, un futuro por cuidar. Con la misión 1.5 el mundo busca cambiar, y en la voz del barrio entero resuena: “NO SE INUNDA MÁS”
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Cierre con impacto
El anuncio del destino de esas producciones le dio un sentido aún mayor: todo ese trabajo será parte de un documento oficial que la ciudad de Rosario y las organizaciones participantes enviarán a la presidencia de la COP30. Así, la voz de los jóvenes rosarinos trascenderá las fronteras para hacerse escuchar en el escenario internacional.
El cierre se vivió como una verdadera celebración colectiva. Mientras la artista Jazmín Varela plasmaba en una relatoría visual las ideas y emociones del encuentro, los jóvenes de las 30 instituciones participantes, recibieron sus diplomas.
Más allá del encuentro
La Cumbre de Jóvenes evidenció el potencial de las juventudes cuando encuentran espacios y herramientas para expresarse. Para muchos de ellos, fue la oportunidad de sentirse escuchados, de conectar con otros adolescentes con inquietudes similares y de comprender que su voz puede influir en políticas y decisiones locales y globales. Algunos coincidieron en que llevarán estas experiencias a sus escuelas y barrios, multiplicando el efecto de la cumbre y fomentando la acción climática en su comunidad.
Más que un cierre, la Semana del Clima de Rosario 2025 abrió un camino. Con la educación como intermediaria, la voz juvenil se fortaleció en estos días y se instaló como actor imprescindible. Lo que comenzó en un encuentro local hoy se proyecta hacia decisiones internacionales, recordando que el futuro sólo puede escribirse si todas las generaciones participan.