Para lograr un proyecto de desarrollo estable y contundente, centrado en la creación de empleos verdes y en el acceso a recursos y herramientas de financiamiento sostenible, resulta imperativo que nuestra provincia forje una estrategia de inserción internacional acorde a una evaluación previa de inteligencia comercial verde (sistema de investigación innovador que la FNGA ha elaborado).
Desde la FNGA venimos trabajando hace 33 años junto a agentes de cambio -tan numerosos como heterogéneos- que provienen de la política, de la sociedad civil, de la academia, de la industria y el campo, con el objeto de alcanzar fines comunes a partir de una cooperación sinérgica e intersectorial.
Juntos, hemos diseñado un modelo de producción que coloca a la defensa del medio ambiente y a la lucha contra el cambio climático como ejes fundamentales del mismo. Para su ejecución se plantea la colaboración de cuidado mutuo del estado y el sector privado.
El mundo se encuentra en un proceso lento (pero seguro) de reorganización hacia un paradigma que pondera positivamente la producción sostenible y relega a un segundo plano a aquellos que mantienen modelos de producción obsoletos, logrando de este modo una transición natural a una economía circular movida por las mismas fuerzas del mercado.
Lamentablemente, estos procesos llevan tiempo y se ven obstaculizados por intereses nacionales colaterales o beneficiados por subsidios o por una patria contratista, que se resisten deliberadamente a todo intento de cambio.
A nivel internacional, este entramado de intereses contradictorios se manifiesta en las rondas de negociación internacionales, tales como las Conferencias de las Partes de las Naciones Unidas, (la cual este año será en Dubai y la FNGA estará presente). En estos eventos, alcanzar consensos constituye una meta sumamente difícil de lograr. De ahí la importancia de tener presencia como país y como provincia y de no permitir que otros decidan por nosotros.
En el incipiente orden mundial construido a base de consensos descentralizados, con los estados subnacionales como actores autónomos y con la sostenibilidad ambiental como eje transversal, Santa Fe tiene una oportunidad de volver a ocupar un rol preponderante.
Siguiendo este orden de ideas, bajo la gestión de Lifschitz, la provincia pudo reafirmar su liderazgo en América Latina y el Caribe en el seno de Under 2, una coalición conformada por 278 gobiernos subnacionales, lideradas por California -estado hermano de Santa Fe-, que tiene por objeto lograr la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero, coalición en la cual la FNGA ocupó la secretaría ejecutiva cuando Santa Fe presidió el bloque de América Latina y el Caribe. Además, desde la FNGA, en representación de Santa Fe (con nuestro propio esfuerzo), colaboramos con The Climate Group, quien organiza la Semana del Clima de Nueva York y reúne a más de 500 empresas líderes a nivel global, dejando abierta esta ventana de oportunidad intacta para nuestra provincia.
Esta estrategia de inserción internacional de Santa Fe congregó a políticos, empresas y universidades locales y nacionales en pos de un fin común: que la provincia alcance un crecimiento estratégico y sostenible en el tiempo, con herramientas innovadoras que nos permite nuestro networking como creación de instrumentos financieros y hasta ronda de negocios verdes.
A partir del 10 de diciembre, Santa Fe tendrá una oportunidad de recuperar el papel que había venido asumiendo 4 años atrás.
Para ello, desde la Fundación impulsamos la creación de un gabinete de desarrollo sostenible que unifique todas estas áreas y que permita adaptar el sistema provincial a las necesidades del nuevo mundo.
El camino hacia la consolidación de Santa Fe como un modelo de desarrollo sostenible y de liderazgo internacional es un desafío que requiere compromiso y estabilidad para que se convierta en una sólida política de Estado.