Un marroquí actuó de intermediario. La mamá biológica de la criatura, Nicoleta Tanase, no quería tenerla ya que su embarazo había sido producto de una relación casual por lo que aceptó venderla a cambio de dinero.
Cuando la beba nació, a los pocos días hicieron la venta. La compradora se había puesto una faja de látex para hacer creer que estaba embarazada. Su marido estaba preso por tráfico de drogas.
A los tres días de tener a la bebé, la compradora se arrepintió y se la devolvió a la madre biológica porque la pequeña era negra y la mujer no podía explicar a su entorno su color de piel.
La mamá biológica se la llevó a su verdadero padre, para que él se hiciera cargo. Fue allí donde los efectivos policiales e investigadores la encontraron.
Toda la investigación surgió cuando las dos mujeres involucradas preguntaron telefónicamente cómo podían registrar a una beba que había nacido en una casa y no fueron a la entrevista que habían pactado.
Por el caso las dos mujeres y el hombre que fue intermediario están detenidos. En tanto, la menor quedó al cuidado de un convento de monjas y tiene que resolver si le da la custodia a su papá, donde la encontraron cuidada y en perfecto estado de salud.