Seguramente al hincha leproso le costará sacar algo positivo de la reciente eliminación de la Copa Sudamericana. Más aún cuando todavía el mal trago no termina de digerirse por completo debido a lo reciente del suceso.
Gabriel Heinze, DT de Newell's.
Seguramente al hincha leproso le costará sacar algo positivo de la reciente eliminación de la Copa Sudamericana. Más aún cuando todavía el mal trago no termina de digerirse por completo debido a lo reciente del suceso.
Una vez que las aguas comiencen a estabilizarse, el balance copero dejará más aristas positivas que negativas, siempre teniendo en cuenta que no había un plantel largo ni mucho menos. A tal punto que los juveniles fueron los protagonistas del proyecto Heinze. “No pensé que íbamos a tener tanto volumen de cosas positivas porque primero había que ordenar muchas cosas antes, sumado a la juventud de varios chicos. Hicieron mucho más de lo que yo creía. Rescato el esfuerzo, la actitud, las ganas, el trabajo. Es lo que más me gusta del grupo que dirijo”, enfatizó el Gringo en conferencia de prensa.
Y ese grupo que menciona el DT rojinegro le plantó resistencia y tuvo contra las cuerdas a un gigante del continente como es Corinthians, pese a que no esté pasando por una buena actualidad. Eso no quita mérito. El piberío se la bancó.
En el desenlace del semestre surgió la interesante figura de Ian Glavinovich, uno de los destacados de la reserva que ya pedía minutos en primera. La salida de Willer Ditta lo subió en la consideración y demostró estar a la altura. El juvenil sobresalió ante Corinthians, se lo vio suelto, yendo a cada pelota como si fuera la última y como si tuviera 200 partidos con la casaca rojinegra. Glavinovich fue el más seguro de la línea de 3, en la exigente posición de líbero y neutralizó casi siempre a Yuri Alberto. Cabe resaltar la claridad para salir jugando desde el fondo, como hacía rato no se le veía a un canterano leproso. Según Stats Performs, de los 59 pases que dio Glavinovich, el 94,9% fueron correctos, el segundo mejor del equipo apenas por detrás de Iván Gómez (95,9%). Intervino 69 veces en el juego y recuperó 9 pelotas, en los 77 minutos que estuvo en cancha. Una saludable noticia en momentos donde traer un refuerzo, a veces ignoto, es toda una apuesta. Puede salir bien o muy mal. Pero con Glavinovich tiene asegurada una buena ficha. Y de la casa.
Otro punto positivo fue sostener a Martino, quien se consolidó y fue el arma más peligrosa por el andarivel izquierdo.
Ahora será edificar encima de lo construido, que no es poco. Newell’s desplegó en varias ocasiones un fútbol intenso, opresivo, de buen funcionamiento colectivo. El problema es que no lo sostuvo en la mayor parte del tiempo. Ese será el próximo objetivo, en vistas a la Copa de la Liga, que ya emerge en el horizonte.
Se suele decir que hay que cambiar el chip, pero en este caso hay que sobreescribir datos. La historia continuará.
“Analicé 12 partidos de Corinthians, analizo a mis jugadores y el presente de cada uno de ellos. Después armo un equipo que se sienta lo más cómodo posible. Estos dos partidos estuvo cómodo. Tuvimos 11 situaciones de gol, más juego, más duelos ganados y unos 23 tiros al arco. Eso quiere decir que el equipo estuvo bien y mereció más”, comentó Heinze tras la eliminación rojinegra. Un dato ambivalente.
Indudablemente, Newell’s arrinconó a Corinthians (sobre todo en el primer tiempo) y lo cascoteó vía aérea en varios tramos. Que haya 23 tiros al arco sería positivo si terminaste ganando 5 a 0. Si con tantas ocasiones no convertiste siquiera un gol, estamos ante una falla. Por eso, tener tantas llegadas sin concretarlas, hace prevalecer el concepto negativo en la balanza de los merecimientos.
Esto no atañe simplemente a la Sudamericana. Es una piedra que Newell’s casi nunca se pudo sacar del zapato en el transitar del primer semestre. No es normal llegar tanto y convertir tan poco. Como tampoco es normal jugar sin goleadores de raza que te ganen partidos, que es lo que mejor saben hacer. El estilo de juego de Heinze contempla otros aspectos. Y también está bien.
¿Podría haber cambiado la suerte de la lepra si contaba con un goleador nato entre sus filas? Heinze respondió esto. “Y puede ser. Pero yo confío en las alternativas que tengo, ya hace 8 meses que trabajamos juntos. El equipo fue siempre competitivo”.
Está clarito que el director técnico de Newell’s muere en la suya. No negocia su idea, por más que el hincha leproso pida constantemente por la llegada de un centrodelantero goleador.
“Nos falta efectividad por todo lo que generamos, pero eso lo vamos a solucionar con trabajo. Vamos a seguir trabajando con lo que tenemos. Yo creo en el trabajo. Después se puede errar o acertar, pero no lo veo como algo negativo”, sostuvo Heinze. Habrá que ver si ese árbol dará frutos el semestre que ya comienza.
“Me siento muy tranquilo. Sé muy bien lo que hago, cómo lo hago, y trato de dar todo. El resultado podrá acompañar o no. A mí me preocupa el antes y no el después”, señaló el Gringo. A corto plazo, ese “después” al que hace mención, no fue fructífero. Quedó rápido sin chances en la Liga Profesional, fuera de zona de copas, eliminado en Copa Argentina ante un equipo de la Primera C como Claypole (un verdadero papelón) y ahora afuera de la Sudamericana tras una inmaculada fase de grupos. Tres metas por la borda, la última más exigente, pero en las otras dos se esperaba un rendimiento a la altura.
Por Gonzalo Santamaría
Por Mariano D'Arrigo