La respuesta se conocerá a partir de las 17.30 hora en Argentina cuando se cierren los comicios tras nueve horas y media, ya que no hay segunda vuelta. Los últimos sondeos ofrecieron un dispar panorama, que va de adjudicar una segura victoria del candidato oficialista, Santiago Peña, un empate entre éste y el principal opositor, Efraín Alegre, y hasta la aparición inesperada del outsider Paraguayo “Payo” Cubas, el “Millei" del vecino país.
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Cartes, un polémico personaje sancionado por Estados Unidos por corrupción, pero que mantiene cierta respuesta positiva en la ciudadanía, asegura que en su gobierno hubo una bonanza económica y distribución de riqueza mayor a la que se vivió durante la presidencia de Mario Abdo Benítez, su tenaz opositor en la interna colorada.
Por eso, este domingo también podría jugarse el destino político de Cartes, un empresario que viene del mundo del fútbol como presidente del Club Libertad y se terminó convirtiendo en el principal “jefe” colorado —pese a que en realidad se afilió en 2009 cuando tenía 54 años—, para poder presentarse como candidato.
Mientras tanto, Peña intentó llegar a las elecciones haciendo un difícil equilibrio que le permitiera recibir los votos que convoca Cartes, pero tomando distancia de las distintas causas judiciales que tiene el expresidente.
Incluso en los últimos días tuvo que admitir que, en caso de asumir la presidencia el 15 de agosto actuará “en apoyo de la ley” ante un pedido de extradición de Estados Unidos para juzgar a su padrino político.
En cuanto a su plan de gobierno, anticipó una dura lucha para controlar la inflación y prometió la creación de 500.000 nuevos empleos en el período de cinco años, mediante el impulso de políticas públicas que incentiven y potencien los atractivos del país para que tanto los inversionistas extranjeros como los nacionales puedan ver en Paraguay una oportunidad de negocios.
También se propone ayudar a las pequeñas y medianas empresas a llegar a la formalización y adquirir préstamos blandos.
Alegre, a su vez, llega como candidato presidencial por tercera vez, después de haber perdido con Cartes en 2013 y con Abdo en 2018.
Católico practicante, contrario al aborto y al matrimonio igualitario, de 60 años y abogado de profesión con varias maestrías, el presidente del también histórico Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) entendió que su campaña electoral debía hacer foco en Cartes más que en Peña, hasta llegar a presagiar el jueves en su acto de cierre que mañana vencerá al “Pablo Escobar paraguayo”.
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Más allá de esta demostración de confianza, no será fácil para él, al frente de la alianza Concertación por un Nuevo Paraguay, convertirse en el segundo candidato que le puede ganar una elección a los colorados, como hizo en 2008 Fernando Lugo aprovechando una profunda división interna en la Asociación Nacional Republicana (ANR, el nombre oficial del Partido Colorado) motorizada por Lino Oviedo.
Y en todo caso, de ganar tampoco tendrá fácil la gestión, porque la alianza que lo postula es demasiado amplia, con lo que podrían asomar diferencias internas ideológicas, como ocurrió justamente en el gobierno de Lugo, destituido en 2012 en un juicio político exprés luego de que el PLRA abandonara el gobierno.
Además de los debates internos, un Efraín Alegre presidente deberá lidiar con un Parlamento probablemente opositor, ya que los colorados tienen un amplio despliegue territorial que les aseguraría una buena cantidad de legisladores, especialmente en el Senado, donde 23 propios le dan a una fuerza la mayoría en la cámara de 45 bancas.
En cuanto a los planes de gobierno, la Concertación prometió que rebajará tarifas, establecerá un mejor plan de salud pública y creará una Secretaria de Estado para la recuperación y devolución al pueblo del dinero robado por los gobiernos colorados.
Respecto de la política exterior, Alegre se pronunció por profundizar los acuerdos dentro del Mercosur en contra de los planes de negociaciones por separado que propone el gobierno de Uruguay, y también anticipó su no reconocimiento a Taiwán como país independiente, lo que colocaría obviamente a Paraguay en un nivel de mayor amistad con China que el actual.
A la vez, en las últimas semanas irrumpió en el panorama electoral la figura del polémico Cubas, conocido popularmente como “Payo”, una suerte de Jair Bolsonaro o Donald Trump, también con similitudes con el colombiano Rodolfo Hernández, que terminó desplazando en las urnas nada menos que al uribismo.
A caballo de un discurso antipolítica y anticorrupción, Payo ganó gran popularidad con acciones transgresoras indeseables y polémicas, como defecar en la puerta de un tribunal luego de pegarle con un cinto a un juez, o haber sido detenido por pintar grafitis en la casa del exfiscal general del Estado Javier Díaz Verón.
Cuando se conozcan los resultados definitivos quedará expuesta hasta dónde llegará su performance electoral, no sólo si su aparición es tan fulgurante que puede acercarse al segundo puesto, sino también analizando los votos obtenidos por el ganador.
En 2018 Abdo Benítez fue electo con el 46% de los votos y en 2013 Cartes estuvo casi en la misma cifra: 45,9%. Los sondeos más optimistas, de los que tienen cierta inclinación colorada, de los últimos días le dan a Peña un apoyo del 38%.
Inversores argentinos
Las bondades de la economía estable y creciente de Paraguay encandiló en los últimos años a ciudadanos de otros países y particularmente argentinos.
Las cifras de la Dirección Nacional de Migraciones de Paraguay confirman que las radicaciones y solicitudes alcanzaron cifras récord en 2022, con incrementos de más del 60% con respecto al año anterior.
Según el diario La Nación, unos 25.750 argentinos obtuvieron la residencia paraguaya en los últimos 10 años, una afluencia que registró un pico el año pasado y otro en 2019. En ese período más de 35.500 iniciaron el trámite.
El crecimiento económico sostenido de más del 4% anual en las últimas dos décadas estuvo asentado en la libertad para la transferencia de divisas, una inflación controlada, una estructura impositiva de bajo costo y simple que se basa en la fórmula del “triple 10” _10% del impuesto a las ganancias empresariales, 10% de IVA y 10% de rentas personales_ y leyes favorables a la inversión, como el régimen de maquila o la ley 60/90.
Muchas de las elegantes torres y centros comerciales que sobresalen del plano y frondoso paisaje de Asunción, principalmente en las avenidas Santísima Trinidad y Molas López, o en el barrio de Villa Morra, fueron levantadas con capital argentino. En el sector real estate, las unidades ofrecen entre un 4 y 6% de rentabilidad anual que supera al promedio de la región. Y para los inversores argentinos, las rentas en dólares son un estímulo importante.