Las autoridades ucranianas comenzaron a distribuir tabletas de yodo a las personas que viven cerca de la planta nuclear de Zaporiyia ante el peligro cierto de que se produzca una fuga radiactiva, en medio de los temores de que los combates alrededor de la instalación puedan desencadenar una catástrofe. Las pastillas de yodo se usan para combatir la contaminación radiactiva.
El jueves la planta quedó desconectada temporalmente debido a que un incendio dañó una línea de transmisión. El incidente aumentó el temor a un desastre nuclear en un país que aún recuerda la tragedia de Chernobyl de 1986.
Por otra parte, se reportaron bombardeos continuos en el área durante la noche, y las imágenes satelitales de Planet Labs mostraron varios incendios alrededor del complejo, la planta nuclear más grande de Europa, durante los últimos días.
Las tabletas de yodo, que ayudan a la glándula tiroides a no absorber yodo radiactivo en caso de un accidente nuclear, fueron distribuidas en la ciudad de Zaporiyia, a unos 45 kilómetros de la planta. Estas pastillas eran comunes en los años de la Guerra Fría, tanto entre los países de la URSS como entre los occidentales.
La agencia de energía atómica de la ONU trata de enviar un equipo para inspeccionar y ayudar a asegurar la planta. Las autoridades dijeron que los preparativos para el viaje estaban en marcha, pero no estaba claro cuándo podría llevarse a cabo. Todo depende de Rusia, que ocupa militarmente la planta, lo que viola la normativa internacional.
La planta de Zaporiyia, aunque ocupada por las fuerzas rusas desde febrero pasado, es operada trabajadores ucranianos desde los primeros días de la guerra, que cumplió seis meses el 26 de agosto. Sin embargo, las tropas rusas han maltratado e interferido en el trabajo de los técnicos ucranianos, según denuncian estos y el gobierno de Kiev.
Ucrania y Rusia se culpan mutuamente por los daños en la línea de transmisión que el jueves desconectaron a la planta de la red eléctrica. La planta requiere energía para hacer funcionar los sistemas de enfriamiento vitales de los reactores. Una pérdida de refrigeración podría conducir a una fusión nuclear.
Ukrenergo, el operador del sistema de transmisión de Ucrania, informó que dos líneas principales dañadas que suministran electricidad a la planta habían reanudado su funcionamiento, lo que “garantiza” un suministro de energía estable.
La agencia de energía nuclear del país, Energoatom, dijo que la planta había sido reconectada a la red y estaba produciendo electricidad “para las necesidades de Ucrania. Los trabajadores de la planta de energía de Zaporiyia son verdaderos héroes. Defienden incansable y firmemente la seguridad nuclear y radiológica de Ucrania y de toda Europa sobre sus hombros’’, dijo la agencia en un comunicado.
Las preocupaciones sobre el sitio han repercutido en toda Europa. El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que se debe permitir que la visita de la Agencia Internacional de Energía Atómica de la ONU se lleve a cabo “muy rápidamente’’, y advirtió: “La energía nuclear civil no debe ser un instrumento de guerra’’. Ucrania tiene 15 centrales nucleares y de ellas depende el 50% de su generación eléctrica.
Aviones con armas nucleares
El presidente bielorruso Alexander Lukashenko afirmó que aviones de combate de su país han sido modificados para portar armas nucleares. La modificación se realizó tras una reunión en junio con el presidente ruso Vladimir Putin, que ofreció modificar los aviones bielorrusos para que tuvieran capacidad nuclear, y ayudar a entrenar a los pilotos. “¿Creen que fueron sólo palabras vacías?’’, interrogó Lukashenko a los periodistas. “Todo ya se ha hecho’’. Rusia utilizó el territorio de Bielorrusia para enviar tropas a invadir Ucrania y aún mantiene a ese país como territorio de retaguardia.
Lukashenko, que es presidente desde 1994 y es considerado un dictador, amenazó a Estados Unidos y sus aliados. Dijo que “ya se han seleccionado los objetivos’’ para las represalias. No especificó cuántos aviones de guerra fueron mejorados para poder llevar bombas nucleares. El Kremlin no hizo comentarios.
Este año, Lukashenko dijo que su país podría albergar armas nucleares rusas si Estados Unidos y sus aliados desplegaban armas nucleares en Polonia y Lituania, que colindan con Bielorrusia.