Las protestas opositoras en Venezuela se intensifican y aumenta la violencia, pero todo indica que el forcejeo entre el presidente Nicolás Maduro y sus adversarios seguirá en las calles, apostando por un desgaste del oponente. ¿Quién cederá primero? Las movilizaciones, con fuertes enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes, que también derivaron en disturbios y saqueos, comenzaron el 1º de abril y ya dejan veinte muertos y centenares de heridos y detenidos.
La oposición lanzó las manifestaciones para reclamar elecciones generales, la libertad de los "presos políticos" y el respeto a la autonomía del Parlamento, único poder público que controla y cuyas decisiones son consideradas nulas por el Tribunal Supremo de Justicia. Para el sociólogo Francisco Coello, las protestas continuarán favorecidas por el malestar popular en un país con la inflación más alta del mundo y una aguda escasez de alimentos y medicinas. "El país no tiene un solo hueso sano. La gente va a seguir protestando. El reto de la oposición será hacer entender que no hay un solo método de protesta, porque probablemente las marchas se desgastarán", dijo.
El politólogo Luis Salamanca descarta que las manifestaciones precipiten un cambio de gobierno este año, por lo que cree que la apuesta de los opositores "es desgastar a su oponente" para cuando llegue la "fecha límite": las elecciones presidenciales de diciembre de 2018.
¿Resquebrajamiento militar?
"Es una carrera de fondo, que pone en juego la poca normalidad que queda en el país. Si esto se mantiene, viviremos en medio del desasosiego y la desesperación. Está en juego la capacidad de aguante de la oposición y la capacidad del gobierno para reprimir", señaló. "Si el gobierno no cede, ¿cuánto tiempo puede mantener esa represión? Aunque disminuyan las protestas, aún hay un país sin pan, sin medicamentos, con hospitales colapsados. La protesta volverá", agregó Coello.
Si las manifestaciones se mantienen y aumentan las víctimas, explicó Salamanca, podrían producirse "resquebrajamientos" en el alto mando político y militar del gobierno. "Muchas veces los militares se cansan de reprimir, eso ha ocurrido en varias partes del mundo. Entre 1946 y 2008, de 205 casos de salidas de gobiernos autoritarios, un 68 por ciento lo hizo por resquebrajamiento de la estructura del poder: golpe, renuncia, huida", dijo. Pero Maduro mostró el lunes su músculo militar en un acto con milicianos (civiles entrenados y armados por el gobierno) donde recibió apoyo "incondicional" de los militares. Ese día, su ministro de Defensa, Vladimir Padrino, dijo que la Fuerza Armada "preserva su unidad monolítica, granítica, y ratifica su lealtad incondicional al presidente". Sin embargo, el martes Maduro anunció la captura de los "cabecillas" de un supuesto "complot militar" en su contra, planeado por oficiales activos y retirados. El gobierno "mantiene mucha fortaleza, apoyado en los militares, en las instituciones del Estado que controla, y en grupos paramilitares que atacan civiles", indicó a su vez la politóloga Francine Jácome.
Lo alcanzado
Si bien la oposición no ha logrado sus objetivos, ha recuperado su imagen, sumado aliados internacionales y podría forzar al gobierno a "negociar" unos comicios, afirman los analistas. "Envía el mensaje de que está luchando, cumple la tarea del indio: mantener el ánimo, es la psicología política para motivar a sus seguidores, lo hacen poniendo su propia carne en el asador", dijo Salamanca. En las protestas es común ver a los principales líderes opositores, como el gobernador Henrique Capriles, afectados por los gases lacrimógenos junto con los manifestantes. "Esta presión de calle y la represión da mayor visibilidad de lo que pasa en Venezuela y la oposición sumó un valioso apoyo internacional que presiona al gobierno por elecciones", apuntó Jácome.
Once países latinoamericanos y Estados Unidos han pedido respeto al derecho a manifestar de forma pacífica y elecciones para solucionar la crisis. El jueves, la Unión Europea condenó los actos de violencia. Coello cree que la tensión obligará al gobierno a "sentarse a negociar" y, quizá, ofrezca alguna salida electoral. "Si Maduro mantiene el juego de no contarse más, quedará sometido a una dinámica en que movilizaciones de masa lo presionarán permanentemente y el mundo internacional también", coincidió Salamanca.
Decenas de miles de opositores vestidos con camisetas blancas lograron ayer atravesar Caracas de este a oeste en una jornada que fue considerada como una hazaña debido a que terminó sin violencia luego de tres semanas de protestas contra el gobierno. Al grito de "¡sí pudimos!" y cantando el himno nacional, miles de manifestantes celebraron como una gran victoria el cruce de la ciudad y el arribo al destino final de la marcha silenciosa en la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana, mientras centenares de habitantes de la zona los recibían con aplausos y agitando banderas del país. "Siento una gran satisfacción al pasar por primera vez del este al oeste porque demuestra que el pueblo unido nunca será vencido... Esto nos llena de más fuerza, de más fortaleza, de más fe y de más ganas de seguir adelante", afirmó Yoel Guerrero, un comerciante de 45 años, al celebrar entre saltos su entrada al municipio de Caracas.
Desde que se iniciaron las protestas a fines de marzo, las autoridades bloquearon el paso a los opositores del este al oeste de la región capital, y los cuerpos de seguridad utilizaron gases lacrimógenos y balas de goma para impedirles ingresar al municipio de Caracas. El 13 de abril los agentes permitieron el avance de una marcha opositora del oeste al este de la urbe. La coalición opositora convocó a una "marcha del silencio" en Caracas y otras ciudades del interior para protestar contra la represión de los cuerpos de seguridad y la veintena de muertos que dejaron las manifestaciones de las últimas tres semanas, así como más de un centenar de heridos y arrestados. El recorrido de la movilización estuvo resguardado en varios puntos por centenares de policías y guardias nacionales.
Al celebrar el arribo, sin ningún tipo de problemas, al destino final de la marcha, el dirigente y ex candidato presidencial Henrique Capriles dijo a la prensa que eso demuestra la condición pacífica de la oposición y la "legitimidad de nuestra lucha". "No hubo represión porque no la ordenaron, no hubo violencia porque no la ordenaron, no hubo grupos paramilitares porque no lo ordenaron", agregó. "Gran día! Pasamos el muro de Berlín que dividía el este del oeste" de Caracas, tuiteó el primer vicepresidente del Congreso, diputado Freddy Guevara.
La oposición retomó ayer las movilizaciones contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro en medio de un creciente clima de tensión y solicitudes de países vecinos para que se tomen acciones urgentes con el fin de contener la violencia en Venezuela. El presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, ratificó el viernes que la oposición mantendrá las acciones en las calles hasta que el gobierno acceda a permitir la realización de elecciones, se abra un canal humanitario para alimentos y medicinas, se libere a los presos políticos y se respete al Congreso.
Al rechazar las acciones de la oposición, Maduro anunció esa misma noche, que promoverá un "movimiento de convivencia nacional" para enfrentar a los "fascistas y golpistas", y sentenció que "la paz se impondrá en Venezuela".