Este lunes partirá hacia la Luna la misión Artemis I, la primera prueba de vuelo sin tripulación que prepara el camino para establecer la presencia humana a largo plazo en el satélite. Se espera que asistan más de 100.000 personas al lanzamiento en el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Florida, Estados Unidos.
El nuevo cohete lunar de la NASA está listo, a pesar de que varios rayos impactaron en la plataforma de lanzamiento. El cohete de 98 metros es el más poderoso jamás construido por la NASA. Se dispone a enviar una cápsula vacía a la órbita lunar, medio siglo después del programa Apolo, que llevó a 12 astronautas a la Luna.
Los astronautas podrían regresar a la Luna en dos o tres años, si este vuelo de prueba de seis semanas sale bien. Sin embargo, la NASA reconoce que los riesgos son altos y que el vuelo podría interrumpirse. Por ahora, en lugar de astronautas se envían tres maniquíes de prueba en la cápsula Orión para medir la vibración, la aceleración y la radiación, uno de los mayores peligros para los humanos en el espacio. Tan solo la cápsula tiene más de 1.000 sensores.
Las autoridades informaron este domingo que ni el cohete ni la cápsula sufrieron daños durante una tormenta el sábado a la noche; el equipo de tierra tampoco se vio afectado. Se confirmó que cinco rayos alcanzaron las torres de 180 metros que rodean el cohete en el Centro Espacial Kennedy. Los impactos no fueron tan fuertes como para realizar mayores pruebas.
Si todo va bien, los astronautas podrían subirse a la nave en 2024 para dar una vuelta alrededor de la Luna, y la NASA pretende que dos personas aterricen en la superficie lunar a finales de 2025.
El vuelo de prueba que empieza este lunes, tendrá seis semanas de duración, es arriesgado y podría interrumpirse si algo falla, advierten en la NASA. “Vamos a estresarlo y a probarlo (al cohete y su carga). Vamos a hacer que haga cosas que nunca haríamos con una tripulación en él para intentar que sea lo más seguro posible”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson. Serán seis semanas intensas, desde que Orión salga hoy de la Tierra en Florida hasta el amerizaje en el Pacífico, el doble de tiempo de los viajes de los astronautas para poner a prueba los sistemas. Tardará casi una semana en llegar a la Luna, a 386.000 kilómetros de distancia. Después de rodear la Luna, la cápsula entrará en una órbita lejana con un punto lejano de 61.000 kilómetros. Eso situará a Orión a 450.000 kilómetros de la Tierra, más lejos que Apolo. La gran prueba llega al final de la misión, cuando la Orión entra en la atmósfera a 40.000 kp/h hasta un amerizaje en el Pacífico. El escudo térmico utiliza el mismo material que el de las cápsulas Apolo para soportar temperaturas de reentrada de 2.750 grados. Pero el diseño avanzado anticipa los retornos más rápidos y calientes de las futuras tripulaciones de Marte.
Un segundo vuelo de prueba enviará a cuatro astronautas alrededor de la Luna en 2024. Un año más tarde, la NASA pretende enviar a otros cuatro, dos de los cuales aterrizarán en el polo sur de la Luna. Orión no tiene módulo lunar como Apolo, por lo que la NASA ha contratado a SpaceX para que proporcione su nave espacial Starship para el primer alunizaje. Otras dos empresas privadas están desarrollando trajes de alunizaje. La Starship, de aspecto de ciencia ficción, se uniría a la Orión en la Luna y llevaría a un par de astronautas a la superficie y de vuelta a la cápsula para el viaje de vuelta a casa. Hasta ahora, la Starship sólo ha volado 10 kilómetros. Musk quiere lanzar Starship alrededor de la Tierra antes de intentar un alunizaje sin tripulación. Hay un inconveniente: Starship necesitará repostar combustible en órbita terrestre antes de dirigirse a la Luna.
El fundador del Instituto de Política Espacial de la Universidad George Washington, John Logsdon, ya jubilado, dijo que el aumento de los costoso y los largos intervalos entre las misiones harán que el desarrollo del programa sea difícil si las cosas van mal. “Se supone que es el primer paso de un programa sostenido de exploración humana de la Luna, Marte y más allá. ¿Tendrá Estados Unidos la voluntad de seguir adelante ante una avería importante?”.
Pero los 100 mil presentes que viajaron hasta las inmediaciones del Centro Espacial Kennedy son más optimistas. Hoy sentirán el estruendo del estallido y la “vibración en el pecho” causada por el cohete más poderoso de la historia, describió Pablo de León, científico argentino de la NASA a la agencia Télam.
En 2025
Si el programa Apolo convirtió en 1969 a Neil Armstrong en el primer ser humano en pisar la Luna, ahora la NASA busca llevar para el 2025 “a la primera mujer y primera persona de color. La misión que va a despegar es parte de un programa más grande de la NASA y marca el retorno a la Luna después de más de 50 años”, explica De León desde Dakota del Norte, donde dirige el Laboratorio de Vuelos Espaciales Tripulados. Oriundo de Cañuelas, cree que “las misiones del programa Artemis van a propiciar estadías prolongadas en la Luna que van a terminar con el establecimiento de bases permanentes. Este programa permitirá probar las tecnologías que van a servir para la exploración tripulada de Marte, que es el otro gran objetivo”, continúa De León, quien es investigador en la NASA hace más de 30 años. Y detalla: “La Luna, como está nada más a tres días de la Tierra, y no a casi un año como Marte, va a permitir probar todas estas tecnologías, muchas de ellas críticas, cerca de casa”.