La contundente victoria de Hillary Clinton frente a Bernie Sanders el sábado en las primarias demócratas en Carolina del Sur dio un espaldarazo a su campaña en la antesala del "supermartes" de mañana, un hito clave en la carrera por la Casa Blanca.
La contundente victoria de Hillary Clinton frente a Bernie Sanders el sábado en las primarias demócratas en Carolina del Sur dio un espaldarazo a su campaña en la antesala del "supermartes" de mañana, un hito clave en la carrera por la Casa Blanca.
En cuatro semanas de contienda demócrata, la ex secretaria de Estado ganó la primera batalla decisiva de su campaña, después de una ajustada victoria en Iowa, una bochornosa derrota en New Hampshire, y de imponerse por cinco puntos en Nevada ante Sanders. Clinton, de 68 años, obtuvo 73,5 por ciento de los votos en Carolina del Sur contra 26 por ciento del senador de Vermont, según cifras casi definitivas, en un Estado donde en las primarias de 2008 la también exprimera dama había caído frente a Barack Obama. "A partir de mañana la campaña se vuelve nacional", dijo Clinton la noche del sábado ante sus seguidores en Columbia, capital de Carolina del Sur. "Vamos a salir a conseguir cada voto, en cada estado. No daremos nada por sentado", señaló.
Voto clave.PUNCTUATION_SPACE La comunidad negra, que representa más de la mitad de los votantes de las primarias en Carolina del Sur (primer estado sureño en votar en las primarias), fue clave en el triunfo de Clinton, que cuenta con su apoyo mayoritario. "Fuimos diezmados, eso fue lo que pasó", reconoció Sanders a la cadena NBC. "Desde nuestro punto de vista, el resultado fue patético entre los electores negros de más edad", explicó.
Sólo el 3 por ciento de los delegados para la convención de investidura demócrata de julio en Filadelfia, de cara a las presidenciales de noviembre, se adjudicó el sábado. Pero los 11 Estados que votan mañana en el "supermartes" definirán 18 por ciento de los delegados demócratas en juego y 24 por ciento de los delegados republicanos. Clinton ya cuenta con 551 delegados, mientras Sanders, apenas reúne 85.Aunque Sanders domina en Massachusetts y Vermont, varios Estados sureños que votan mañana tienen una composición demográfica similar a la de Carolina del Sur; es el caso de Alabama, Georgia y Arkansas, donde el expresidente Bill Clinton, esposo de Hillary, fue gobernador hasta 1992.
Los boca de urna (exit poll) en Carolina del Sur muestran que la comunidad negra, que representa el 61 por ciento de todos los votantes demócratas en las primarias, respaldó a Clinton con un arrasador 86 por ciento, más de los que apoyaron a Obama en 2008. La candidata ha cortejado asiduamente a los votantes negros, alabando a Obama o prometiendo construir sobre su legado, e incluso visitando iglesias y colegios históricos de esta comunidad.
Sanders, de 74 años y quien se autodenomina un "socialista demócratico" que quiere impulsar una "revolución política" en Estados Unidos, intentó pasar rápido la página de la derrota. "Algunas veces se gana, algunas veces se pierde", dijo a la prensa. Pero advirtió desafiante: "Esta campaña está comenzando. Obtuvimos una victoria decisiva en New Hampshire. Ella logró una victoria decisiva en Carolina del Sur. Ahora es el turno del supermartes".
Republicanos. Entre los republicanos, Trump llega como amplio favorito al "supermartes". En las últimas 24 horas recibió el espaldarazo de dos gobernadores, Chris Christie de Nueva Jersey y Paul LePage de Maine, y de la exgobernadora de Arizona Jan Brewer.
"Van a tener un gran problema conmigo", advirtió Trump ayer en un programa político de la CNN, aludiendo a los ataques de otros precandidatos republicanos. "Reunimos un número considerable" de ciudadanos "encolerizados por la forma en que este país es dirigido", pero también por "la manera en que es dirigido el Partido Republicano", advirtió.
Ted Cruz y Marco Rubio, los principales competidores de Trump, lanzaron ayer ataques contra el magnate. Rubio se burló del famoso cabello de Trump, al llamarlo "Hair Force One'', minetras Cruz minimizó la riqueza de Trump, que este exhibe como ejemplo de esfuerzo de un privado sin ayuda de "los políticos", como el resultado de "elegir al papi correcto'' e insinuó que el multimillonario tiene nexos con la mafia. Pero estos ataques personales suelen transformarse en un bumerang en el caso de Trump, que se deleita con este tipo de debates. Mañana se verá si Cruz y Rubio todavía siguen en pie o si Trump ya es el casi seguro candidato republicano.
Las bases republicanas se resignan a Trump
AP
A pesar de que Donald Trump les causa irritación y hasta repugnancia, muchos republicanos están empezando a aceptar la posibilidad de que el magnate inmobiliario sea el candidato del partido en las elecciones generales. Trump ha ganado tres primarias y está bien posicionado para el "supermartes".
AP entrevistó a dos decenas de votantes republicanos en Virginia, uno de los Estados que tendrán primarias, y encontró las diversas reacciones que Trump está provocando. Sheila Covert, por ejemplo, dice que Trump es "rimbombante'' y que "no hay nada sustancial'' en sus posiciones políticas. Sin embargo, ¿que dice si Trump gana la candidatura?: "Pues, sí, entonces votaría por él'', respondió Covert, una mujer de 81 años. "Sin embargo, ruego a Dios que no llegue a eso''. Entre los que no favorecen a Trump reina el asombro, la confusión y la ansiedad por su candidatura, pero asoma también cierta aceptación resignada, cierta tendencia a pensar de que sería mejor que cualquier presidente demócrata.
"Trump dice cosas que uno ni se imagina que un presidente podría estar diciendo'', dice Michael Glunt, un arquitecto paisajista de 42 años, pero si en noviembre las elecciones son entre Trump y Hillary Clinton, Glunt irá por el republicano. "No confío en Hillary Clinton, no es una persona de confiar''. Si bien es verdad que los votantes entrevistados son una fracción ínfima del electorado, sus opiniones arrojan luz sobre las discusiones que están teniendo lugar en el seno de ambos partidos sobre la posibilidad de una candidatura de Trump. Los demócratas confían en que la retórica extravagante de Trump, en particular sus insultos contra mujeres e inmigrantes, ahuyentarán a los independientes y republicanos moderados en estados de gran importancia como Virginia. Incluso algunos dirigentes republicanos comparten esas emociones, y por ello se ha visto la reciente serie de declaraciones de apoyo a Marco Rubio como la mejor alternativa. Bill Ginther, de 69 años ya jubilado, es uno de los republicanos a quienes Trump disgusta tanto que a duras penas se imagina votar por él. Ginther, quien votará por Rubio mañana, se dijo "honestamente asombrado'' que Trump haya llegado tan lejos. "No sé si yo podría votarlo a él, sería algo muy difícil para mí'', admitió Ginther.