El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se aprestaba a decidir en las próximas horas una acción militar en Siria, tras su amenaza de hacer "pagar" al presidente de ese país Bashar al Assad y sus aliados por el ataque químico, que dejó al menos 85 muertos en Duma. Trump también puso en la mira de sus amenazas a Rusia, que advirtió por su lado de "consecuencias graves" en caso de una acción militar de las potencias occidentales.
La tensión llegó a tal punto que la Casa Blanca anunció ayer que el presidente Trump canceló su viaje a Perú y Colombia, cuyo eje central sería la Cumbre de las Américas el viernes y sábado en Lima, para quedarse en Washington y "supervisar la respuesta estadounidense en Siria", según informó su vocera, Sarah Sanders Huckabee. Según indicó la Casa Blanca, a Lima irá en su lugar el vicepresidente Mike Pence, y la escala en Colombia, tradicional aliado de Washington, fue suprimida.
En los últimos días, Trump fue el único líder de un Estado que acusó abiertamente y sin medias tintas al gobierno sirio por el presunto ataque químico del fin de semana pasado contra Duma, la última localidad en manos opositoras en Ghouta Oriental, la región de las afueras de Damasco que desde febrero se convirtió en el principal frente de batalla del ejército sirio y sus aliados.
Además fue claro al prometer que responderá "con contundencia" en las próximas horas, una amenaza que ayer su embajadora ante la ONU, Nikki Haley, profundizó al advertir que Estados Unidos "no será rehén de Rusia" en el Consejo de Seguridad —en referencia a sus repetidos vetos a favor de Siria— y dejó abierta la posibilidad de actuar sin el apoyo de las Naciones Unidas.
Desde entonces, el gobierno de Estados Unidos sumó el apoyo de Reino Unido y Francia para "responder para mantener la prohibición global sobre el uso de armamento químico", aunque tanto la primera ministra británica, Theresa May, como el presidente francés, Emmanuel Macron, aclararon que sólo actuarán "si se confirma" el ataque químico contra Duma, informó un comunicado oficial del gobierno de May. "Hay una línea roja, que compartimos con otras potencias. Seguiremos hablando con el Reino Unido y Estados Unidos sobre cuestiones técnicas y en los próximos días tomaremos una decisión", advirtió por su parte Macron en una conferencia de prensa conjunta en París con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, un declarado enemigo de Al Assad y aliado de ciertas milicias opositoras sirias.
En Siria, en tanto, el ejército y sus milicias aliadas se declararon en alerta, según informó ayer el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres. Las tropas sirias llevan 72 horas en alerta y están fortificando sus posiciones, señaló el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo con sede en Gran Bretaña que monitorea el conflicto. Esta alerta afecta a todos los puestos y bases militares del país, desde la provincia sureña de Sweida a Alepo, en el norte, así como de la costa mediterránea occidental a la región oriental de Deir el-Zour, junto a la frontera con Irak, agregó el director del Observatorio, Rami Abdurrahman.
La tensión acumulada ayer terminó de estallar por la tarde, cuando las potencias involucradas se enfrentaron cara a cara en una nueva reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU. Primero Rusia vetó una propuesta de Estados Unidos para crear un nuevo mecanismo de fiscalización para investigar las denuncias de ataques con armas químicas en Siria, una constante de los últimos cinco años. Después, Moscú introdujo su propio proyecto de resolución para establecer otro tipo de mecanismo de fiscalización, pero no consiguió alcanzar los nueve votos necesarios para ser aprobada. Desde que en noviembre pasado Rusia vetó la continuidad del mecanismo conjunto de la ONU y la OPAQ, luego que una de sus misiones confirmara un ataque químico y contradijera al gobierno sirio de Al Assad, Washington y las potencias europeas piden reactivarlo. En 2014, Damasco dijo haber entregado y destruido todo su arsenal químico en un proceso de desarme internacional. Sin embargo, las denuncias de la oposición y grupos civiles cercanos continuaron. Siria, con el apoyo de Rusia, negó cada una de estas denuncias y el lunes el presidente Vladimir Putin y su embajador ante la ONU, volvieron a hacerlo. Todo indicaba que Rusia simplemente vetaría el borrador de resolución impulsado por la delegación estadounidense, como sucedió, pero ante los crecientes rumores de un posible ataque militar de Washington contra el ejército sirio, el gobierno de Al Assad decidió desde Damasco adelantarse a la reunión del Consejo de Seguridad e invitar nuevamente a una misión de la OPAQ al país. "El ministerio de Relaciones Exteriores envió una invitación oficial a través de su representación permanente en La Haya ante la OPAQ para que envíe un equipo en misión de investigación para visitar Duma (...) e investigue las denuncias sobre el uso de armas químicas allí e identifique los hechos relacionados con esas alegaciones", informó una fuente diplomática.
Washington cuenta con datos propios sobre el ataque químico en la ciudad siria de Duma y aseguró que éste dejó al menos 85 muertos, según afirmó ayer la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert "Lo que creemos saber es que se trató de un tipo de arma química que fue usada en este ataque en Siria y que al menos 85 personas murieron, de las cuales sabemos hasta ahora", señaló. La ONU se refiere actualmente en tanto a 49 víctimas mortales y la organización humanitaria, Cascos Blancos, a 42.
En la ONU. EEUU propuso crear un organismo de investigación independiente sobre el uso de armas químicas.