Autoridades mexicanas detuvieron a un policía acusado de participar en el asesinato y desollamiento de un estudiante la misma noche en que desaparecieron 43 jóvenes hace cinco meses en la ciudad de Iguala, indicó hoy la Comisión Nacional de Seguridad.
Según las autoridades, el agente municipal fue parte de una serie de ataques que precedieron la desaparición de los jóvenes y que dejaron seis muertos el 26 de septiembre en Iguala, 200 kilómetros al sur de la capital.
El agente está supuestamente vinculado con el asesinato del estudiante Julio César Mondragón Fontaine, que apareció sin vida en la calle con la piel de la cara y los ojos arrancados, la trágica noche de la desaparición de sus compañeros de la escuela rural del magisterio de Ayotzinapa.
También se le involucra en un ataque a tiros que ocurrió ese día contra un autobús de futbolistas del equipo de tercera división Los Avispones, que fueron confundidos con los estudiantes. Un joven de 15 años, el chofer y una mujer que iba en un taxi murieron.
Según las investigaciones de la fiscalía, los estudiantes fueron perseguidos y entregados por policías corruptos a sicarios de Guerreros Unidos, que los asesinaron y quemaron hasta convertirlos en cenizas, pensando que eran miembros de un grupo rival. Sólo un joven ha sido identificado con estudios de ADN.
Un centenar de personas, entre ellos el destituido alcalde de Iguala José Luis Abarca y policías municipales de Iguala y de la vecina ciudad de Cocula, han sido arrestados hasta ahora por estos hechos.
La detención del agente municipal, contra el cual había una orden de captura, tuvo lugar el miércoles en una avenida de Iguala por parte de la policía federal. El detenido fue llevado a una cárcel federal en el estado de Veracruz, en el este de México.
El anuncio del arresto coincidió con una marcha realizada en Ciudad de México por padres, estudiantes y distintas organizaciones, al cumplirse hoy el quinto mes de la desaparición de los jóvenes.