Zarifa Ghafari, una de las primeras mujeres en gobernar una ciudad en Afganistán y una de las voces más reconocidas en la defensa de los derechos de las mujeres, se escapó del país escondida en un auto apenas llegaron al poder los talibanes y se exilió en Alemania.
A sus 26 años, Ghafari fue designada para gobernar la ciudad de Maidan Shar, un distrito a 50 kilómetros al suroeste de Kabul, donde los talibanes cuentan con amplio apoyo.
“Mi voz tiene un poder que no tiene ningún arma”, dijo Ghafari en una entrevista a la BBC, intentando separar su método de lucha del que llevan adelante los talibanes, autores de varios atentados de los que pudo ella salir ilesa, pero no su padre, un alto militar del Ejército afgano asesinado en 2018.
Al poco tiempo de tomar el poder, un comando talibán se presentó en su casa y golpeó a su guardia de seguridad, un hecho que motivó la salida de la alcaldesa de Afganistán escondida en el piso de los asientos traseros de un auto.
“Cuando llegamos a la puerta del aeropuerto, había combatientes talibanes por todas partes”, comentó Ghafari sobre el escenario previo al que el embajador turco en Kabul la ayudó a abordar un vuelo a Turquía.
“Pensé que no volvería a pasar por algo así en la vida, pero cuando me subí al avión para salir de mi país, fue más doloroso que perder a mi padre“, dijo Ghafari ahora recluida en Düsseldorf.
“Jamás podré gestionar el dolor que siento en mi corazón”, pero ”necesitamos comprendernos mutuamente“, sostuvo al referirse a su intención de reunirse con políticos y dirigentes de todo el mundo para concienciar de la situación afgana e incluso con los talibanes.
“Es nuestro momento de resolver los problemas con los talibanes. Estoy lista para asumir esta responsabilidad“, manifestó.
Tras llegar al poder el 15 de agosto, el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, dijo que las mujeres “serán muy activas en la sociedad, pero dentro del marco del Islam”, intentando marcar distancia con el período 1996-2001 en el que asesinaron y ejecutaron públicamente a miles de mujeres, aplicando la ley islámica medieval Sharía. Sin embargo, para Ghafari, la palabra de los talibanes “nunca coincide con sus acciones“. Y así está ocurriendo hoy nuevamente en Afganistán, donde la ONU y varias ONG o directamente parientes de las víctimas informan casi a diario de ataques, amenazas e incluso asesinatos contra mujeres.