El triunfo electoral de La Libertad Avanza (LLA) llega de la mano de un nuevo paradigma que puede sintetizarse en una concepción de educación ya no como derecho, sino como servicio disponible en el mercado. A decir verdad, aunque resuenen términos nuevos como el de voucher, si se ejercita un poco la memoria se advierte que el modelo educativo que postula el gobierno electo tiene poco de novedoso y que se trata de un reversión de los años 90 en el siglo XXI. Un ya vivido aflojamiento del Estado y un fortalecimiento del mercado como ente regulador de todos los ámbitos de la vida de las personas, también el educativo.
¿Qué esperar de las políticas públicas que se avecinan, cuál será el rumbo en materia educativa de los próximos años? A lo largo de su campaña electoral, el presidente electo Javier Milei se pronunció sobre el tema a través de declaraciones en los medios y de un documento que presentó como plataforma frente a la justicia electoral. Este último ofrece definiciones contundentes, como la implementación de un sistema de financiamiento a través de voucher que serían otorgados a las familias, el beneficio de la libre competencia entre las instituciones educativas, la eliminación de la obligatoriedad de la educación sexual integral (ESI) y la modificación del estatuto docente. Luego de su triunfo en el balotaje, Milei declaró en los medios que la educación y la salud públicas no podían ser privatizadas, porque eran competencia de las provincias y no del Estado nacional. Y sobre el tema de los voucher afirmó: “Estamos hablando de cosas que no se van a implementar en el corto plazo”.
Al momento, los vaivenes discursivos sobre el tema son una constante, lo que obliga a pronunciarse sobre lo concreto. En este marco, la noticia a tener en cuenta es que el nuevo gobierno presentó una estructura de gestión conformada por ocho ministerios. Y el dato clave es que Educación perderá su rango ministerial para degradarse a secretaría e integrar junto a Trabajo, Salud y Desarrollo Social, el Ministerio de Capital Humano a cargo de la licenciada en ciencias de la familia Sandra Pettovello. Frente a ello, La Capital dialogó con referentes de distintos ámbitos y niveles del sistema educativo, para consultarles sobre los impactos concretos que creen tendrá esta medida, y cuál es el escenario que avizoran en los próximos años para la educación argentina.
Vuelta a la balcanización
“La implementación del Ministerio de Capital Humano es una forma elegante de aplicar un ajuste brutal. De por sí la denominación de capital humano, sienta posición respecto a su ideología, que es la de ponerle valor a los cosas. Nosotros creemos que las personas, las historias y las trayectorias no son susceptibles de apreciación económica. Hablar de capital humano es una idea horrible, pero habrá que respetar la democracia y ver como se implementa esta idea de degradar el trabajo, la educación y la cultura como política de Estado y tirarlas al mercado de la oferta y la demanda”, afirma contundente el secretario general del Sindicato Argentino de Docentes Particulares (Sadop Rosario), Martín Lucero.
El dirigente sostiene que la decisión de convertir ministerios en secretarías se traduce en una degradación de las políticas públicas que llevan adelante esas áreas y que se trata de una decisión desacertada que traerá aparejada el desamparo de la población. Para Lucero, terminar con el Ministerio de Educación es quitarle centralidad al sistema educativo, lo que implica que el Estado nacional se desentienda de la política educativa del país. “No va a haber un orden lógico ni articulación entre las provincias, seguramente dejará de existir el Consejo Federal de Educación. Volveremos a la balcanización del sistema educativo, va a haber provincias que tengan un nivel educativo y otras que tengan otro, de acuerdo a los recursos que puedan tener”, indica el representante de los docentes particulares, para quien el resultado de esta medida será la generación de mas desigualdad entre los niños y niñas del país.
Sobre el nuevo Ministerio de Capital Humano, indica que “un ministerio que se ocupe de salud, educación, trabajo, y todo al mismo tiempo, no se va a poder ocupar de nada y básicamente lo que se busca es eso”. Además indica que en este marco, la educación será un tema de 3º o 4º nivel, donde el Estado no tendrá capacidad de acción y toda la responsabilidad recaerá sobre las provincias como sucedió en la década de los 90.
Para los próximos años, Lucero avizora una política educativa centrada en las jurisdicciones, que dependerá de las capacidades de cada provincia y donde todo estará librado al azar. Un estado de situación que será acompañado por un clima de época que favorecerá la represión de la protesta social y un amplio descontento contra la docencia durante los primeros años. En su análisis, el dirigente apela a la memoria y refiere a una historia ya vivida en el país, cuando el sistema educativo argentino fue degradado a instancias de la ley federal de educación de los 90. “Como pasó en otro tiempo, hubo provincias que durante meses no tuvieron clases. Cuando la gente vea que el sistema educativo empieza a hacer agua por todos los costados, nuevamente va a revalorizar el rol de la docencia, de la escuela y va a pedir el auxilio del Estado nacional. Y cuando este mire para otro lado, seguramente allí comenzará a cambiar el clima de época”, afirma, y concluye: “Todo lo que se destruye en educación en un par de años, luego tarda muchos años más en volver a reconstruirse”.
Defender la escuela pública
En el mismo sentido, el secretario general de Amsafé provincial, Rodrigo Alonso, afirma que para que el área educativa sea revalorizada es necesario que tenga rango ministerial. “Es muy difícil sin ministerio avanzar en programas educativos, secretarías y direcciones necesarias para abordar todas las problemáticas educativas. Resolver temas como la infraestructura escolar, las cuestiones pedagógicas o aquellos que se discuten en las paritarias. Está claro que si se la degrada a secretaría, la educación empieza a perder la preponderancia que debería tener”.
El dirigente sostiene que es necesario esperar la llegada de políticas educativas concretas, y destaca que desde el inicio de la campaña electoral el presidente electo tuvo posiciones contrapuestas, por lo que hay poca claridad sobre las políticas que piensa implementar. “En algunas etapas electorales, como en las Paso o las generales, Milei hablaba abiertamente de arancelamiento y de vouchers, luego del balotaje dijo que en materia educativa no se puede pensar en privatizar el sistema”, recuerda y reafirma que “desde Amsafé hay un posicionamiento claro que tiene que ver con defender la escuela pública y la educación como derecho. Para ello tiene que haber recursos, por eso nos parece fundamental que se pueda aprobar la nueva ley de financiamiento educativo que establece un 8 por ciento del PBI destinado a la educación, estos son los grandes desafíos para esta etapa”.
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Recorte de derechos
“Creo que la pérdida de rango ministerial de Educación es una decisión muy desacertada porque implicará la subejecución de políticas, menos políticas públicas educativas y menos oportunidades para todos y todas en cuanto al acceso y al derecho a la educación” sostiene Dolores Covacevich, secretaria de ESI y Perspectiva de Género en el Instituto Politécnico General San Martín, y alerta sobre el impacto negativo que tendrá esta medida. La docente también recuerda que se prevé la desaparición del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, y advierte sobe la peligrosidad de cualquier recorte en materia de derechos.
Sobre el escenario que vislumbra para los próximos años, la docente indica que si un gobierno inicia su mandato recortando política pública educativa, la realidad que se avizora es preocupante. “Espero que un gobierno que fue elegido democráticamente no solo sostenga derechos sino que también los promueva. Deseo que es difícil de creer, cuando hubo discursos de campaña tan violentos que apelaron a la desaparición de varios ministerios y al recorte de las políticas públicas educativas”, se lamenta.
La degradación del ministerio de Educación también fue tema de reflexión del rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Franco Bartolacci, quien apuntó: “Estoy convencido que si hay algo que nos puede permitir resolver los graves problemas que la Argentina tiene es precisamente la educación en todos sus niveles, por lo que no es un buen indicador que un tema tan estratégico y central pierda relevancia y jerarquía en la estructura institucional del Estado”.
Para Bartolacci, en adelante se trata de evaluar cada una de las medidas concretas que tome e impulse el nuevo gobierno. “He dicho y sostengo que lo propuesto solo promoverá mayor segregación, perdida de calidad y desfinanciamiento del sistema, todo lo contrario de lo que entiendo el país necesita”, concluye.