Mentalidad disruptiva, liderazgo educativo y potencia humana con inteligencia artificial. Al amparo de estos tres ejes como claves para transformar la educación, la Universidad Siglo 21 fue escenario de la 7° edición del Congreso Internacional Innova Educa 21. A lo largo de dos días —22 y 23 de agosto— más de 1500 personas participaron de charlas, talleres y conferencias magistrales a cargo de destacados especialistas nacionales e internacionales, que brindaron pistas para animarse a resetear la educación.
La calidez de la imponente carpa montada en el campus de la universidad contrastaba con los 6 grados que marcaba el termómetro en la mañana cordobesa del jueves 22, en el arranque del congreso. Con capacidad para más de 600 personas, la carpa fue el escenario principal del encuentro internacional. También se realizaron actividades en los centros universitarios de Rosario y Buenos Aires.
La certeza de estar en un punto de inflexión donde la transformación es esencial fue una de las ideas que flotó a lo largo de los distintos expositores que estuvieron en el evento académico. El tiempo de un “reset” que conduzca a esos cambios profundos que reclama la educación y "aceptar el desafío de innovar", tal como señaló el ministro de Educación de Córdoba, Horacio Ferreyra, en la apertura del congreso.
El secretario de Educación de la Nación, Carlos Torrendell, se hizo presente a través de un video, donde afirmó que “resetearse hoy es una cuestión central”. Sin embargo, y para evitar que sea una moda, instó a que la innovación "tenga un sentido", y para ello propuso recuperar lo mejor de la tradición educativa. "La mayor innovación posible se logra si se para en la tradición y en la memoria", apuntó.
Mentalidad disruptiva
"La escuela debe preparar para saber qué hacer cuando no sabemos qué hacer", dijo en el congreso el español Carlos Magro Mazo, especialista en innovación educativa y presidente de la Asociación Educación Abierta, para quien el "reset" implica "volver a poner el foco en lo que nos hace humanos". Ante la incertidumbre sobre el presente y lo que vendrá, propuso "recuperar la capacidad de soñar el futuro que queremos vivir". Y afirmó que en el campo educativo la mentalidad disruptiva se construye mejorando los resultados, pero también la forma de aprender.
A su turno, la mexicana Rosalinda Ballesteros, directora del Instituto de Ciencias de la Felicidad de la Universidad Tecmilenio (Monterrey), dijo que "estamos educando a una generación que tiene la posibilidad de vivir 100 años", pero con niños y adolescentes con altos niveles de ansiedad. En este contexto, y frente a un auditorio conformado en su mayoría por docentes, dijo que "como educadores tenemos que enfocarnos en las habilidades emocionales".
En una de las microcharlas que tuvieron lugar en el campus cordobés de la universidad, Manuel Álvarez Trongé —presidente del Proyecto Educar 2050, hizo un llamado a "desaprender". En diálogo con La Capital, explicó que esta propuesta tiene que ver con cuestionar y "poner patas para arriba" lo que aceptado, recibido y heredado en la vida. Que en el terreno de la educación implica "reanalizar lo aprendido en clases", a fin de potenciar el pensamiento crítico. Para el especialista, en la Argentina la pregunta es si se puede desaprender lo que no se aprendió. "Las pruebas Pisa del año 2000 marcaban que el 50% de los estudiantes no comprendía lo que leía, y eso no fue un escándalo", alertó Álvarez Trongé, quien el año pasado, en la 6° edición de Innova Educa 21, dijo que el dato "que el 50% de los chicos no comprende lo que lee debería hacernos levantar de la silla". Una demanda que para el especialista sigue pendiente porque la sociedad "no levanta la voz por estos temas y los ha naturalizado".
u21.jpg
Manuel Alvarez Trongé, presidente del Proyecto Educar 50.
Liderazgo educativo
La necesidad de repensar el liderazgo educativo fue el segundo eje del evento. Esteban Torre, director de educación de Cippec, repasó las cifras de las pruebas Aprender que hablan de las deficiencias en comprensión lectora y en matemática de niños y adolescentes, pero también que eso se da en el contexto de un país donde 6 de cada 10 chicos son pobres. Y aseguró: "Este diagnóstico nos obliga a hacer un reseteo en la forma de pensar las políticas educativas", pero también a saber que "no hay transformación sistemática de la educación sin un liderazgo detrás".
A su turno, la exministra de Educación de Colombia, María Victoria Angulo González, se refirió a aquellos "líderes resilientes", que conducen políticas e instituciones en situaciones adversas. Para la exministra colombiana, junto con la innovación, las escuelas deben apuntalar sus metas en tres áreas clave: lectura, matemática y formación ciudadana.
María Belén Mendé, vicepresidenta de la Fundación Universidad Siglo 21, puso sobre la mesa un dato revelador: según la Unesco, solo el 30 por ciento de las escuelas del mundo innovan, pero solo el 15 por ciento son lideradas por mujeres. Por lo cual innovación y equidad de género "deben estar presentes en nuestro reseteo educativo”.
Durante las jornadas, la universidad privada nacida en Córdoba entregó el título de Doctor Honoris Causa al arzobispo Ángel Sixto Rossi, "por su compromiso con la educación y la promoción de valores humanos". Y reconoció con el premio Liderazgo Innovador a Carolina Paganini, docente del Instituto Almirante Guillermo Brown, de la provincia de Buenos Aires, por el proyecto "Gladiadores en zapatillas". Una iniciativa destinada a transformar la formación de profesionales de la educación física "a través de un enfoque creativo en gestión y liderazgo". En 2023 este premio fue para el docente Ariel Chaya, profesor de la Escuela Técnica Nº 484 de Villa Cañás.
innova (4).jpg
El premio Liderazgo Innovador fue para una docente de la provincia de Buenos Aires.
Entre el disfrute y el aprendizaje
Con sedes en todas las provincias, la Siglo 21 es la universidad privada más elegida por los argentinos, según datos oficiales del Anuario de Estadísticas Universitarias de Nación. Cuenta con más de 85.000 estudiantes en sus 83 carreras de grado, pregrado y posgrado, dictadas en modalidades presenciales y mediadas por tecnología. Fue creada en 1995 por la familia Rabbat en la provincia de Córdoba.
"Cuando uno habla de innovación educativa está pensando en cómo mejorar el aprendizaje de los alumnos, pero la educación en la Argentina se ha deteriorado de tal forma que el aprendizaje de los alumnos ha disminuido mucho, como lo miden las pruebas Pisa", dijo a La Capital Juan Carlos Rabbat, fundador y exrector de la Siglo 21. En este sentido, advirtió que "si bien la innovación hay que hacerla siempre, en este momento del país "hay que encontrar la forma de recuperar el deterioro que tiene la educación en la Argentina".
Para el fundador de esta universidad privada, disrupción educativa, liderazgo y la potencia humana con inteligencia artificial —los tres ejes del congreso internacional— "están tomando la agenda de la innovación educativa". Y propuso desde repensar la disposición del aula —ir hacia un aula invertida con el docente en el medio— hasta centrar las estrategias en el aprendizaje de los alumnos, "que aprenden más cuando emocionalmente están bien, cuando tienen autoestima y se los motiva".
"Venimos de un modelo tradicional, verticalista y represivo, de 'la letra con sangre entra', del docente pegando con el puntero. Un modelo muy autoritario, y está probado que se aprende más con disfrute que con miedo", destacó.
innova 12 (1).jpg
Juan Carlos Rabbat, fundador y exrector de la Universidad Siglo 21.
Foto: gentileza Universidad Siglo 21
El desafío de la inteligencia artificial
"Se crearán nuevos ámbitos de aprendizaje y nuevas formas de instrucción. Una función, sin embargo, será siempre conservada por el maestro: crear el clima emocional del aprendizaje. Ninguna máquina, por sofisticada que sea, puede hacer este trabajo". Con esta frase del psicólogo infantil Haim Ginott, la consultora y profesora de nivel inicial de Uruguay Jimena Folle abrió el segundo y último día del congreso, donde los coloquios y debates estuvieron centrados en la necesidad de potenciar la capacidad humana en diálogo con los aportes e interrogantes que abre la inteligencia artificial.
Para Leonardo Medrano, secretario general de Academia y Desarrollo en la Siglo 21, los profesores muchas veces "secuestran" el proceso de aprendizaje diciéndole al alumno qué y cómo tiene que estudiar, por lo que se mostró a favor de un ecosistema de aprendizaje, que busca darle al estudiante un rol protagónico en su proceso de aprendizaje. Y en el caso de la incorporación de la inteligencia artificial en las aulas de la universidad destacó el modelo de las tres P: predictivo, con sistemas de alerta temprana para detectar a tiempo a aquellos estudiantes que puedan tener alguna dificultad académica o que pueda abandonar los estudios; personalización, para que un estudiante pueda solicitar que un contenido se le explique de otra forma o a través de una simulación; y proactividad, para que cada uno pueda redireccionar sus propios aprendizajes.
Sin embargo, todo cara tiene su cruz. Y entre las alertas que Medrano advierte de la IA en la educación está la posibilidad de la sustitución cognitiva, al punto que el estudiante derive su proceso de toma de decisiones en la máquina, relegando también su pensamiento crítico y su creatividad. "El desafío —dijo el docente universitario— es potenciar esas habilidades humanas. Porque la inteligencia artificial es un buen esclavo pero un mal amo".