“Cuando algo te gusta, te apasiona y te llena de amor, hay que seguir adelante, porque cuando lo disfrutamos tarde o temprano se llega”. Este mensaje de fortaleza y esperanza que transmite un estudiante de apenas 15 años expresa el sentir de muchos jóvenes y adolescentes becarios de Fonbec, que lograron una de las metas más importantes: finalizar sus estudios.
Este año, quince estudiantes terminan el ciclo secundario y otros siete se reciben de una carrera terciaria o universitaria. “Por primera vez decidimos anclar en un acto el reconocimiento a nuestros becarios. Estos jóvenes son la manifestación de años de dedicación, esfuerzo y perseverancia, reflejan también el espíritu y la visión integral que tenemos en la fundación de cada uno de los becarios y becarias”, destacaron desde el Fondo de Becas (Fonbec).
Durante la celebración que se realizó el martes de esta semana en la Bolsa de Comercio de Rosario —con el acompañamiento de familias, voluntarios, organizaciones sociales y empresas de la ciudad— cada gesto de los estudiantes como cada palabra dedicada a homenajear sus logros expresaron orgullo y emoción. Los egresados recibieron el diploma en manos de su padrino o madrina de estudio.
Finalizaron el nivel secundario Candela Alez, Leyri Argüello, Ruth Díaz, Elián Ferreyra, Agustina Figueroa, Zaira González, Ángeles Monzón, Franco Monzón, Daira Moreno, Camila Paredes, Leonardo Pérez y Luna Medina. Por otra parte, recibieron un título terciario o universitario Gastón Barrios, Candela Bustamante, Candela Wollert, Perla Benítez. Ángela Bermúdez, Romi Benítez y Belén Aguirre.
La fundación también otorgó distinciones especiales a quienes se destacaron por sus logros en distintas áreas, como Luciano Carrizo (deporte), Morena Cesáreo (canto y bullying), Silvia Luna (solidaridad), Aramís de Rueda (baile) y Jesús Tejera (resiliencia). “Todos tienen un talento en el cual se destacan y muestran el mismo espíritu de lucha, pero tuvimos la difícil tarea de definir quienes lo recibirían”, explicaron.
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Foto: Héctor Río / La Capital
El acto finalizó con la mención de Luzmila Candia como abanderada de Rosario 2023. Este reconocimiento estuvo a cargo de la Fundación Rosario, institución que trabaja desde hace varios años junto a Fonbec.
Unir el mundo de quienes quieren estudiar con aquellas personas que creen en el poder transformador de la educación es la misión que emprendió Fonbec hace más de 20 años. La fundación gestiona becas a estudiantes de escasos recursos que viven en contextos de vulnerabilidad, asignando un padrino o madrina que aportan una ayuda económica para sus estudios. Además de la selección y búsqueda de estos estudiantes, la institución acompaña el trayecto académico con un gran equipo de voluntarios, brinda talleres y facilita la inserción laboral de los futuros profesionales.
Celebrando logros
Durante el acto, distintos referentes de la organización y de Rosario dedicaron unas palabras a los becarios y becarias recién recibidos. Joaquín Baronio, campeón mundial de fútbol de talla baja y pronto a graduarse como periodista deportivo, fue elegido para ofrecer el mensaje de bienvenida: “Siempre es un orgullo para mí hablar de la inclusión, la pelea por los sueños y conseguir objetivos. Sé que lo hicieron con mucho esfuerzo, que fueron valientes por dejar de lado los problemas que cada uno tiene en un contexto distinto y querer seguir estudiando para recibirse. Siempre hay que luchar por los sueños y ustedes lo lograron”.
Antes de comenzar el acto y mientras esperaban con su gorro de graduado el ingreso al auditorio, varios estudiantes conversaron con La Capital. Entre sonrisas un tanto nerviosas que expresan su felicidad y también la incomodidad propia del momento, coincidieron en afirmar que algún día se convertirán en padrinos o madrinas de Fonbec, y que todo final de ciclo siempre posibilita algo nuevo.
“Siento alegría por un lado y tristeza por el otro, porque ya no voy a estar más con mis compañeros en la escuela”, dice Daira Moreno. Tiene 18 años y está terminando de cursar sus estudios secundarios en la Escuela Técnica Nº 407 del barrio Las Flores. Su madrina se llama Ana María, con quien comparte charlas y la aconseja sobre las carreras. Daira quiere ser abogada como ella. La joven reconoce que durante la pandemia tuvo épocas difíciles: “Me costó un montón porque no había profesores que me ayudaran, pero cuando volví a clases todo resultó mucho mejor”. La chica hace siete años que es becaria de Fonbec.
Franco Monzón obtendrá su título de nivel secundario en la Escuela Nº 3.165 San Juan Diego, de barrio Empalme Graneros. “Conocí a la fundación a través de la orquesta que está en mi escuela donde el año pasado empecé a tocar el violín”, cuenta. El chico de 17 años se muestra emocionado por el ciclo que termina y por el que vendrá, entusiasmado por empezar a estudiar la carrera de psicología. “Vamos cerrando etapas y dejando algunas cosas atrás”, comenta con cierta nostalgia.
A un costado de la sala, serena y esperando recibir su diploma está Perla Benítez, de 22 años. “Me recibí de profesora de música con especialización en violín y ya rendí todas las materias”, cuenta orgullosa. Estudió en el Instituto Superior del Profesorado de Música Carlos Guastavino. “Estoy muy contenta pero todavía no tuve tiempo de procesarlo”, reconoce la joven que enseña violín desde hace un año, integra la orquesta de tango del Guastavino y la orquesta juvenil de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). “Cuando surgen conciertos también participo en otras orquestas”, dice.
“Me gusta compartir lo que sé con los demás y mi deseo es trabajar en una orquesta infanto juvenil como docente de violín. Sé que todavía falta pero es una de mis metas. Me gusta compartir con los niños porque tienen ideas y formas nuevas de ver el mundo, y siempre se aprende un montón con ellos”, asegura. A su lado está su hermano León de 8 años y parte de su familia que la acompaña en este momento tan especial.
Candela Wollert es técnica universitaria en química, la carrera que cursó en el Instituto Politécnico de Rosario, y con la que hoy aspira a conseguir empleo en un laboratorio. “Luego de cursar un bachillerato, el primer año costó un poco adaptarme al ritmo pero los otros dos fueron mejores”, dice. Aunque se graduó a finales del año pasado, aceptó la invitación de Fonbec para recibir este reconocimiento. La joven de barrio Tablada fue becaria de Fonbec durante varios años y cuenta que asignaba esa ayuda económica a la compra de apuntes y la conexión de internet durante la pandemia. “Cuando consiga trabajo seré madrina de otro chico para darle la misma posibilidad que tuve yo”, afirma. También comenta que su madrina Dolores la ayudó mucho durante el cursado de la tecnicatura y que tiene dos emprendimientos: uno de perfumes para bebés que desarrolla junto a una integrante de Fonbec y otro de tejidos al crochet.
En el caso de Luciano Carrizo, que recién comienza su trayecto en Fonbec, su reconocimiento deportivo llega de la mano de su gran pasión: el ajedrez. Por intermedio de la Fundación Rosario y tras ser campeón argentino a principios de año, la ciudad y el país conocieron a este chico de 15 años por sus videos donde pedía ayuda económica para competir en el Campeonato Mundial Juvenil sub 16.
“Siento que es un reconocimiento muy importante, es lindo ver como la niñez y adolescencia pueden salir adelante y tener ayuda de alguna institución. Cuando algo te gusta, te apasiona y te llena de amor, hay que seguir para adelante porque cuando se disfruta todo fluye, y tarde o temprano se llega”, dice convencido el adolescente. Luciano cursa tercer año en la Escuela Secundaria 572 El Ceibo y planea participar en el Campeonato Suramericano de Ajedrez que se realizará del 2 al 8 de diciembre en Brasil.