Con el objetivo de que la ciudad sea pensada para y por las infancias, Pueblo Esther lanzó su convocatoria para conformar su Consejo de Niñas y Niños. “Si tenés entre 8 y 10 años vení a pensarla, abrazarla y a transformarla con tus ideas. A través de juegos, recorridas y encuentros en el centro cultural, construiremos la ciudad que queremos”, dice el aviso destinado a chicos y chicas, con la idea de que se acerquen para producir jugando alternativas que mejoren la realidad concreta.
Según indican las autoridades, la convocatoria permanece abierta durante todo el año, “porque siempre es una buena noticia sumar niños y niñas”. En diálogo con La Capital, Victoria Garay, secretaria de Cultura de la ciudad ubicada a 18 kilómetros al sudeste de Rosario, explicó que la intención de reeditar el Concejo cada año se debe a que Pueblo Esther está adherida a la Red Internacional de Ciudades de Niñas y Niños. Una organización que hace pié en 15 países, sustentada en las ideas del pedagogo, investigador y dibujante italiano Francesco Tonucci, que propone dar lugar a las voces de las infancias a la hora de pensar la ciudad.
La funcionaria indica que la incorporación de Pueblo Esther a la Red se produjo hace unos cinco años, y que desde entonces la organización los ha acompañado y capacitado en el desarrollo y consolidación del propio Consejo de Niñas y Niños.
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La convocatoria apunta a que las infancias se apropien del espacio público.
Pensar jugando
Pueblo Esther ya cuenta con experiencia de trabajo de su Consejo infantil. El primero de ellos se conformó entre 2017 y 2018, y quienes lo impulsan se han capacitado en la materia para consolidar este proyecto que promueve los derechos de las infancias. “La Red brinda una diplomatura en la que nos formamos desde el municipio, y que nos permitió desarrollar dinámicas y propuestas de trabajo lúdicas con los niños y las niñas. A veces la gente imagina que simplemente se tira una idea en el Consejo y los chicos y chicas votan, y no es así: la idea es justamente que ellos propongan las soluciones a los problemas y que también nos digan cuáles son los problemas. Ahí es cuando aparecen las sorpresas, que son esas cosas que dicen que a veces los adultos no vemos”, indica Garay, y reafirma que adhiere a la idea de Tonucci que sostiene que si una ciudad es buena para que vivan los niños, entonces será buena para todos, “para quienes tienen alguna discapacidad, y para los adultos mayores también”.
Desde esta mirada, la Secretaría de Educación y Políticas Sociales de la Municipalidad de Pueblo Esther propone darle voz a niños y niñas para que ellos puedan decir qué es necesario modificar de la ciudad que habitan. “Y ese trabajo con los niños también se hace con dinámicas, con propuestas donde se piensa jugando, porque uno de los ejes fundamentales del Consejo es siempre pensar a través de juego, porque a través de él entran el cuerpo y los sentidos, además de la palabra”, explica.
El proyecto “Mini plazas” es un buen ejemplo de la tarea que realiza el Concejo. Se trata de seis plazas de la ciudad que necesitan ser modificadas. Una tarea que se encuentra dentro de la órbita y planificación de la Secretaría de Obras Públicas, pero que dio lugar a la participación del Consejo de Niñas y Niños, para que sean las infancias quienes propongan qué es más conveniente hacer para mejorar de esos espacios públicos.
“Hasta ahora —dice la secretaria— llevamos concretadas dos plazas, inauguramos una el fin de semana pasado, y visitamos una más. Nosotros armamos el Consejo allí, a veces se arman de forma espontánea, planificamos con los chicos lo que hay que hacer, y luego trabajamos con la gente de servicios y Obras Públicas para hacer el seguimiento de esas modificaciones propuestas”.
La funcionaria afirma que la tarea que realizan los chicos es muy valiosa y que, a diferencia de los adultos, proponen modificaciones muy simples pero necesarias. A veces se trata solo de sumar árboles, una red de arco, o una rayuela. Formas de jugar distintas al típico tobogán que tienen en mente los adultos. Garay recuerda una de las experiencias: “En la plaza anterior pintamos un mural, arreglamos los juegos y pusimos un banquito. Esta simpleza genera sorpresa en los adultos que piensan que se pueden generar gastos mayores, y no es así. Además, se trabaja en que los vecinos se comprometan también a cuidar el lugar.
Promover autonomía
Otro de los proyectos que el municipio está trabajando junto al Consejo de Niñas y Niños tiene que ver con la generación de recorridos seguros. “Acá también se participa, sin Consejo no hay plan”, afirma Garay, y explica que trabajar con los chicos y chicas el plano de la ciudad es una actividad clave porque ellos mismos tienen que dibujarlo.
El plano que los adultos tienen en mente no es es mismo que el que tienen los chicos. “Por ejemplo, para ellos de la escuela a la pileta hay un campo con cuatro caballos”, explica la funcionaria. Por eso, siempre se comienza dibujando la ciudad, para saber cómo la ven, cómo ubican los lugares que transitan, y a partir de allí surgen los recorridos que usualmente hacen y quieren hacer.
En Pueblo Esther hay una sola escuela primaria y a ella acuden todos los chicos de la localidad. Desde hace un tiempo, los funcionarios trabajan en la generación de recorridos seguros de acceso a la escuela. Un proyecto que excede la sola idea de cortar la ruta para que crucen quienes viven del otro lado. Que se trate de una ciudad aún pequeña posibilita que los chicos tengan sus propios recorridos, que incluyen la pileta, el centro cultural, el club, además de la escuela. “Esos recorridos pueden ser muy seguros por eso hay que trabajar con los vecinos para que los chicos puedan seguir transitando tranquilos en bici o caminando”.
Garay destaca también que a partir de la formación que les brindó la diplomatura se comenzó a trabajar en el eje de la autonomía de los chicos y las chicas: “Por ejemplo, hicimos una encuesta donde detectamos que casi todos tenían celular, pero no contaban con las llaves de su casa, y eso es contradictorio. Para este proyecto, acrecentar la autonomía dentro de los marcos de seguridad es fundamental”.
Las tareas del Consejo se sustenta en la idea de que escuchar a las infancias y contemplar sus necesidades son claves para el diseño de políticas públicas más inclusivas. En el caso de Pueblo Esther, preguntarles qué recorridos quieren hacer es una condición indispensable para promover la autonomía de las infancias y que ellas puedan apropiarse del espacio público.
Los encuentros del Concejo se realizan los días miércoles a las 18. Los interesados en inscribirse pueden acercarse al Centro Cultural Hermes Binner (San Lorenzo y España), o comunicarse al teléfono 03402 - 498538.