“Son canciones muy conectadas con la naturaleza, con la contemplación y la admiración ante todo lo pequeño o grande que se me presenta”. Así definió la cantante rosarina Valei a los seis temas que integran su último disco “Nueva Atlantis”, que presentará el domingo en un show por streaming. Se trata del tercer álbum de Valei, luego de “A otra cosa mariposa”, que fue elegido por concurso de la Editorial Municipal de Rosario y con el que recorrió escenarios de todo el país y de España, y de “Mano Galáctica Azul”, que como “Nueva Atlantis”, fue posible gracias al financiamiento colectivo.
La placa, que fue lanzada en plataformas digitales y en formato físico el 3 de junio, llega luego de una temporada personal intensa para la artista y allí refleja el tránsito entre duro y luminoso de ese recorrido. “Ahora cada pequeño detalle de la vida me parece un milagro”, afirmó. El show será en vivo, contará con la presencia de los músicos Charly Samamé y China Virgolini y podrá verse este domingo, a las 19 en el canal de YouTube de Valei. Los tickets se pueden adquirir en https://cafecito.app/valei.
¿Cuál es el concepto del disco?
Este disco viene a contar el aquí y ahora de mi vida, digamos que es un recorte de lo que estoy viviendo. Fueron unos años muy tristes para mi, ya que falleció mi papá, al año mi mamá, y al año desarrollé una insuficiencia renal crónica terminal, que no fue fácil de afrontar, y más aún sin tener el apoyo de mis padres. Y después sumale la pandemia, es un combo explosivo. Estas vivencias me hicieron crecer, cambiar, y siento que tengo otras cosas para decir y cantar.
¿Cuánto influyó en el desarrollo del proyecto la idea de hacerlo a través del financiamiento colectivo?
Era la única manera que tenía de poder editarlo, por lo menos en este momento de pandemia, que nuestro trabajo disminuyó a menos de la mitad y apenas nos alcanza para vivir. Yo ya tuve una experiencia de financiamiento colectivo con mi disco anterior que había sido muy positiva, lo que nunca imaginé que en este financiamiento me fuera a ir mejor.
¿Por qué elegiste el título “Nueva Atlantis”? En la tapa del disco se te ve con aspecto sereno, inmersa en un entorno acuático. ¿Qué significado le das a esa imagen?
“Nueva Atlantis” es una pequeña localidad al sur de Mar de Ajó, donde pasé las últimas vacaciones con mi papá. En ese mar tiramos sus cenizas y me pareció muy significativo como nombre de disco. Su nombre además tiene el adjetivo “Nueva” y así me siento yo en esta nueva versión de mí misma. También con todo lo vivido yo estaba en el fondo y empiezo a tomar envión para subir y seguir disfrutando de la vida. Es un hermoso diseño del artista gráfico Luciano Sbuttoni y la foto de Gastón Altamirano.
El disco tiene tres canciones inéditas tuyas. ¿Cuál fue el punto de partida para cada canción?
La musa aparece, no con la frecuencia que me gustaría, ya que no le dedico mucho tiempo a la composición. Chamankay nació un verano y quería reflejar ese estar bien, cuando el amor fluye, lo que no es fácil para mi ya que siempre mis canciones fueron más hacia el amor no correspondido. “En el cielo” la empecé en un entorno hermoso, un bosquecito donde fui a hacer un retiro para artistas y el profesor me dijo, Valei andá allá y escribí una canción. ¡Qué incertidumbre! Pero ahí empezaron a aparecer los acordes y los versos? Y “Semilla”, habla de mi renacer, como dice la letra “la luz que habita en mí, no puedo ver, quiero descubrir que puedo reír”.
¿Por qué elegiste las otras tres? ¿De qué manera sentiste que se conectaban con vos y con este momento en particular?
Estas canciones como que vinieron solas, apenas las escuché sentí que quería cantarlas, me las apropié tanto que las siento como propias, sin desmerecer a los autores, obvio, pero una buena canción debe tener eso, que quien la cante la sienta como propia.
¿Se podría decir que este es un disco sanador o liberador después de un período personal complejo?
Totalmente, siento que con este disco cierro mi duelo.
El arte de tapa apela al agua, y cada canción apela a la tierra (“Semilla”), al aire (“Estrella, estrella”, “En el cielo”). ¿Cómo te conectás con esos elementos? ¿Qué representan para vos?
Mirá, no me había dado cuenta de esto que decís. Lo que sí sabía es que son canciones muy conectadas con la naturaleza, con la contemplación y la admiración ante todo lo pequeño o grande que se me presenta. ¿Quién se detiene a contemplar una pequeña flor de trébol o una maleza que crece entre las baldosas de la vereda, por ejemplo? Ahora cada pequeño detalle de la vida me parece un milagro.
“En el cielo” habla del miedo. ¿Qué temores sumó la pandemia y el aislamiento?
“En el cielo” es una canción dedicada a mi madre. Es el miedo a quedarme sola y le canto a esa estrella que siento ella es ahora. Así me siento un poco acompañada. La pandemia sumó más miedo e incertidumbre pero es algo más colectivo, como un miedo compartido.
Algunos dicen que de esta situación de crisis -sanitaria, pero también educativa, social, económica- la gente saldrá mejor, fortalecida. ¿Pensás que es así?
Depende de cada quien, algunos saldrán mejor, con un aprendizaje hecho, pero sé que otras personas están muy deprimidas y la están pasando muy mal. Y ni hablar los que no pueden trabajar y no tienen cómo seguir, esperemos que el refrán “lo que no mata, fortalece” cobre sentido y así sea.
El disco está impregnado de cierta melancolía y hasta dolor como ocurre en “Mejor me voy”. Sin embargo, también hay optimismo. ¿Cómo atravesaste -o cómo estás atravesando- ese tobogán de emociones tan contrastantes?
Creo que un poco es así la vida. Sabemos que nuestros padres van a morir en algún momento, y hasta nos preparamos para eso, pero cuando te toca, no es fácil atravesarlo, duelarlo. Tuve momentos muy duros, pero siempre con el sostén de mi familia, amigxs, alumnxs y mucha terapia, pude dar vuelta la página y empezar de nuevo.