El juez de Instrucción Formal 2 de Metán, Mario Dilascio, que investiga la misteriosa ola de
suicidios de adolescentes que se ha desatado en Rosario de la Frontera y que ha causado (entre
agosto del año pasado y junio del presente) ocho muertes y al menos otros 16 intentos fallidos
(ayer se registró otro), ordenó el secuestro de una lista que contiene los nombres de 13 alumnos de
la Escuela Normal de esa ciudad y que, hipotéticamente, serían los “elegidos” para
realizar el fatídico juego de la asfixia o shocking game.
La información fue confirmada ayer por el segundo jefe de la Unidad
Regional 3 de la policía salteña, comisario Regino Monteros, quien tiene la certeza de que
“detrás de todo esto hay adultos que están enviando mensajes de texto induciendo a los chicos
a participar de este extraño ritual”.
Agregó que hay una PC secuestrada y que se está investigando un número
telefónico que podría ser clave: “Por ahora sabemos que «alguien» instiga desde Jujuy”,
dijo.
Por otro lado, el jefe del Cuerpo de Bomberos Voluntarios, José Alvarez,
señaló que el viernes debieron intervenir en el barrio Nuestra Señora del Rosario por una llamada
de auxilio. “Fuimos y una abuela nos mostró el celular de su nieta en el que había un mensaje
que decía: “El 20 de junio te toca morir y debes hacerlo”.
El gobierno provincial constituyó un comité de crisis para que dilucide
qué es lo que está pasando. El equipo, encabezado por la secretaria de Salud Mental, la psicóloga
Claudia Román Ru, deliberó ayer. Asistió el ministro de Salud, Gabriel Chagra Dib; el secretario de
Salud Pública, Alejandro Gravanago, y otras autoridades, entre ellas la intendenta de Rosario de la
Frontera, Rómula Gómez.
Sin embargo, las autoridades no dieron ninguna precisó al término de la
primer ronda de deliberaciones. La intendenta dijo que no estaba de acuerdo sobre “cómo están
procediendo”, pero no dio más detalles.
La lista que se halla en poder del magistrado que investiga estos casos
no es la única. Todo parece indicar que todos los alumnos involucrados en el peligroso juego, de
octavo y noveno año de diferentes colegios, han hecho un “pacto de silencio total” y no
dicen nada.
Algunos padres se han sumado a esa modalidad. “No vamos a hablar
más”, dijo Beatriz Parada, cuya hija, de 14 años, apareció con marcas en el cuello similares
a la de un ahorcamiento.
Por otro lado, Martín Olivares, que tiene su hija en la Escuela de
Comercio dijo que el domingo pasado “la nena recibió un mensaje que decía: «Me llamo Rubén,
tengo 62 años y te invito a que experimentes este juego». Llevé el celular a la comisaría y cuando
hicieron la investigación descubrieron que el número era de una compañera”. Tal situación
puso de manifiesto una variante morbosa de la cuestión, las bromas que se suceden alentadas por la
psicosis general.l