Una familia quebrada por un drama con final impensable
"Esto fue la culminación de un drama familiar que se gestó hace 10 años. Pero un desenlace así era
impensable porque ellos no se odiaban. Esto no fue una pelea entre delincuentes". Dante Intorbida
suelta la frase junto a su mujer. Son los padres de Julio, de 21 años, y Dante, de 27, los jóvenes
que protagonizaron una historia que por ahora tiene final abierto. El 25 de noviembre los dos
muchachos se cruzaron en la puerta de su casa y el más chico asesinó de un balazo en el pecho al
más grande.
7 de diciembre 2008 · 01:00hs
"Esto fue la culminación de un drama familiar que se gestó hace 10 años. Pero un
desenlace así era impensable porque ellos no se odiaban. Esto no fue una pelea entre delincuentes".
Dante Intorbida suelta la frase junto a su mujer. Son los padres de Julio, de 21 años, y Dante, de
27, los jóvenes que protagonizaron una historia que por ahora tiene final abierto. El 25 de
noviembre los dos muchachos se cruzaron en la puerta de su casa y el más chico asesinó de un balazo
en el pecho al más grande. Desde entonces Julio se encuentra desaparecido y la policía no logra dar
con su paradero, ni tampoco obtuvo pistas firmes como para aclarar donde está.
Se marchó de la escena del crimen vestido sólo con un short de baño y ojotas. El
arma utilizada en el crimen tampoco fue hallada por la policía. "Estamos desesperados. Queremos que
vuelva, si es que está vivo", pidió Intorbida en diálogo con este diario.
El padre de los protagonistas de la trágica historia es un ex comisario que
actualmente vive de su jubilación y de la ayuda extra que le otorga la venta de sahumerios,
actividad en la que lo asiste su mujer. El dolor por la muerte de un hijo quizás sea una de las
peores tragedias para una persona, pero ese sufrimiento se eleva a niveles difíciles de imaginar
cuando esa pérdida se produce en forma violenta y a manos de otro hijo.
Sin respuestas. Dante y su esposa no encuentran explicación para lo que ocurrió
hace trece días en la puerta de su propia vivienda de Sarmiento al 2800, frente al ex Hospital de
Emergencias. De lo que sí están seguros es que los jóvenes no dirimieron ninguna cuestión oscura
vinculada a algún delito. La pareja admitió con resignación que los muchachos tuvieron en el pasado
algunos problemas legales: Julio está imputado del robo de un teléfono celular durante una pelea
callejera.
"Julio estuvo detenido 11 meses hasta que logramos, con un defensor general de
los Tribunales porque no tenemos 5 mil pesos para pagarle a un penalista, que el juez le otorgue
arresto domiciliario. Hasta ese momento el chico nunca había estado preso ni se había metido en
problemas. Que lo acusen de robar un teléfono en un hecho tan confuso como una pelea . Eso no
quiere decir que sea un delincuente profesional. Además, si el juez no nos creyera, no le hubiese
concedido el beneficio de ir a su casa mientras dure el proceso", remarcó.
Los problemas graves para la familia tuvieron su punto de inflexión hace poco
más de diez años. El mayor de los hermanos comenzó a sufrir inconvenientes con el alcohol. Sus
padres dijeron que no era un enfermo incurable, pero en algunas oportunidades, especialmente cuando
regresaba a su casa de madrugada, se ponía más que irritable. Esa situación inevitablemente
repercutía en la familia y en alguna ocasión quizás lo haya colocado en medio de una pelea. "Por
eso yo no descarto que haya tenido alguna causa por lesiones o amenazas. Pero no era un ladrón, ni
un delincuente", sostuvo Dante.
"Les dábamos contención en la familia. El problema de Dante fue el drama que fue
gestando todo esto. Ahora, ¿qué sucedió esa tarde en la puerta de casa? No lo sabemos. No tenemos
la menor idea. Tampoco conocemos el origen del arma. Si la tenía Julio o Dante... no lo sabemos.
Ellos no se peleaban, no se odiaban como para que ocurriera algo así. Tres días antes habían
compartido un asado en la casa de un amigo", recordó el ex policía. A la hora de reconstruir la
relación entre los dos hermanos, los padres aseguraron que en muchas ocasiones, cuando Dante
llegaba a su casa alterado por la bebida, Julio trataba de desactivarle la furia.
"Siempre le decía «fijate lo que hacés, no ves que mamá sufre un montón y que
papá también». Así y todo nunca se fueron a las manos. Julio muchas veces se acercaba al hermano
para ayudarlo, le hablaba. A todo esto, Dante había caído en un pozo depresivo y salía muy poco.
Hace poco perdió un trabajo en la verdulería de un supermercado. Era un fanático del chat. Ese tema
me tenía un poco preocupado porque lo veía muy encerrado en sí mismo", concluyó el ex policía.