El investigador principal del Conicet en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR, Conicet UNR), Javier Palatnik, fue distinguido con el Premio Houssay en el área de Química, Bioquímica y Biología Molecular por su descubrimiento de la regulación de la expresión génica mediante microARNs en plantas y el desarrollo de herramientas tecnológicas de importancia práctica para el estudio de ese material genético.
El Premio Houssay está dirigido a investigadores menores de 45 años que desarrollaron la mayor parte de su actividad científica en el país. Palatnik es licenciado en Biotecnología, doctor en Ciencias Biológicas por la UNR y tiene posdoctorados en el Instituto Salk en La Jolla (California, EEUU) y en el Max Planck de Tuebingen (Alemania).
Actualmente preside la Fundación del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario. Además, recibió los subsidios Howards Hughes Medical Institute, International Scholar y el Human Frontier Science Program.
Según explicó, "el desarrollo de los seres vivos y su defensa frente a situaciones adversas implica la expresión coordinada de miles de genes. Si bien todas las células de un organismo contienen los mismos genes, solo una fracción de los mismos se encuentra activa en cada célula. La selección de los genes que se activan o expresan es esencial para los seres vivos. Hace poco más de diez años se descubrió que pequeñas moléculas de ARN llamadas microARNs actúan como reguladores maestros de la expresión de genes, seleccionando los que deben ser apagados".
En una entrevista que se dio a conocer en el sitio oficial del Conicet, el científico detalló que en laboratorio que dirige en Rosario "se estudia cómo se generan los microARNs en plantas y cómo es su mecanismo de acción. Estudiamos a su vez las redes regulatorias formadas por microARNs y factores de transcripción que toman importantes decisiones biológicas, como el control de las células madre, la proliferación y diferenciación celular".
Así, detalló que la mayor parte de las investigaciones que conduce en el laboratorio situado en La Siberia "se hacen en la planta Arabidopsis, que es pequeña, fácil de crecer y lo hace muy rápido. En solo tres o cuatro meses se siembra, crece y da semillas; por eso podemos crecer varias generaciones en un año. La secuencia de sus genes es conocida y existen bases de datos y bancos de mutantes internacionales a los que tenemos acceso".
Palatnik destacó que en el laboratorio se hacen experimentos "genómicos" utilizando tecnologías de secuenciación de alto rendimiento que permiten estudiar todos los genes de las plantas conjuntamente.
"Después hacemos análisis bioinformáticos que nos permiten predecir la función que tienen ciertos genes en ellas. A partir de estos estudios hacemos experimentos de biología molecular y modificamos la expresión de genes para entender su función. Las plantas que se obtienen en el laboratorio luego son analizadas en detalle en cuanto a sus características anatómicas y celulares, lo que nos permite asignar la función que cumplen en ellas los microARNs y los genes que regulan", detalló.
A la hora de explicar cuáles son las aplicaciones de sus investigaciones, indicó: "Los estudios en Arabidopsis nos permiten buscar genes que tienen funciones en el control de la proliferación en plantas. Modificando la cantidad de tiempo que proliferan las células o la rapidez con lo que lo hacen, se pueden obtener plantas con hojas y semillas más grandes. Esto significa aumentar el rendimiento de la producción del campo. Una vez que obtuvimos resultados en Arabidopsis, iniciamos colaboraciones con empresas para evaluar la función de los nuevos microARNs y genes descubiertos en especies de interés agronómico como la soja, el maíz o el arroz".