En estos tiempos de violencia e inseguridad, muchas voces se alzan pidiendo pena de muerte. Ahora bien, quisiera que antes de emitir un juicio, hiciéramos un pequeño razonamiento. Esa persona que hoy queremos sacar de nuestra sociedad, ¿qué infancia tuvo? Seguramente un padre encarcelado en Coronda, un abuelo en Batán, un tío muerto por la policía, una madre prostituyéndose por las calles para traer algo de dinero a casa, unos hermanos (por docena) muertos de hambre y frío, dándole al paco en las esquinas. ¿Tuvo las mismas oportunidades que tuvimos usted y yo? ¿Pudo ir todos los días a un colegio, tuvo la oportunidad de aprender y crecer? ¿Tuvo un padre trabajando en una fábrica o un taller, una madre que lo esperara en casa preparándole la merienda, revisándole la tarea? ¿Tuvo, en definitiva, un hogar? La Madre Teresa de Calcuta dijo: "La paz del mundo comienza en el hogar". Con hogares destruidos, con falta de fuentes dignas de trabajo, con