Agradezco al señor Mogetta que en su carta me menciona como miembro pleno de esta cofradía de amigos de los tranvías. Lamento no haberme enterado de ese taller realizado en el Banco Municipal. Añado lo siguiente: sería para celebrar incorporar a funcionarios responsables del transporte público rosarino a este club que va creciendo. Estarían más a nuestro alcance y sería más fácil convencerlos de las ventajas del tranvía frente a los obsoletos, ruidosos, humeantes y antieconómicos colectivos. Esto lo digo habiendo viajado bastante en las "nuevas" unidades que circulan ahora en la ciudad. Las mismas tienen motor delantero, no poseen cambio automático y carecen de piso bajo. O sea un modelo ya abandonado incluso aquí en la Capital Federal, donde yo vivo. Es hora de dar un viraje brusco, abandonar el rito de las promesas incumplidas y, si se quiere parecerse a Barcelona que se imite su transporte, basado en trenes urbanos y tranvías, con los ómnibus como complemento y no como sistema básico.