La muerte de un menor casildense de 15 años generó conmoción y reavivó el debate sobre la problemática de la droga en esta ciudad cabecera del departamento Caseros, habitada por casi 40 mil personas. Es que si bien no fue confirmado que la causa del fallecimiento esté vinculada al consumo de algún estupefaciente, el fatal suceso sobrevino tras un episodio ocurrido hace unos días en una plaza local, donde el chico ingirió al parecer una sustancia tipo alucinógena que le ofreció un amigo y que le provocó convulsiones que derivaron en su internación y posterior deceso.
Francisco Quintana, cuyos restos fueron despedidos ayer ante muestras de dolor y recogimiento, estuvo internado en terapia intensiva del Hospital San Carlos de Casilda poco más de una semana hasta que fue derivado a raíz de una descompensación neurológica al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), de Rosario, donde falleció el lunes por la tarde.
El lamentable e inesperado suceso sacudió a la comunidad casildense y especialmente a la Escuela Manuel Leiva, de Casilda, donde el chico cursaba sus estudios de nivel medio y ayer no dictó clases en señal de duelo.
Marcha. El impacto social fue tal que está previsto para este viernes, a partir de las 20, una marcha bajo la consigna "Justicia por Francisco" que tendrá como punto de partida la referida institución escolar.
La movilización además se convertirá en una suerte de apoyo al angustiante dolor por la que atraviesa la familia del menor fallecido cuya madre, Yanina, visibilizó en su cuenta de Facebook la necesidad del acompañamiento con la vista puesta en el esclarecimiento de lo sucedido.
"Así como me acompañaron desde el primer momento, se los debo, porque se lo merecen gente amiga. Hoy aún más mi vida está destrozada, buscando millones de respuestas. Debo pedirles por el eterno descanso en paz de Francisco. Mi bebé les seguirá cantando, cargando, tocando la guitarra, baterías, los bancos de la escuela... y besando a la chica que lo abrazaba...!! Denme fuerzas, y ahora sí pido que esto se esclarezca y que paguen todos quienes tengan que pagar", reclamó la mujer.
La historia. La triste historia tuvo su inicio la madrugada del sábado 28 de noviembre en la Plaza San Martín donde Francisco se encontraba reunido con un grupo de chicos sin imaginar que el destino le jugaría una mala pasada. Fue cuando un amigo de 16 años le ofreció "la mitad" de una potente droga sintética, aparentemente LSD (Dietilamida de Acido Lisérgico) que al parecer habría comprado minutos antes a una persona que se acercó al lugar.
Tras consumirla comenzó a sentirse mal y su estado de salud empeoró al punto de sufrir convulsiones, lo que asustó al amigo y llevó a pedir auxilio para trasladarlo en ambulancia hasta el hospital casildense.
Los médicos indujeron al paciente a un coma farmacológico e intubaron pero luego de haber experimentado una leve mejoría el cuadro se complicó el último domingo a causa de un severo problema neurológico con sangrado, por lo que fue trasladado al Heca donde murió al día siguiente.
Hemorragia. Según los resultados preliminares de la autopsia el menor falleció por "una hemorragia cerebral con la probabilidad que su causa haya sido la ingesta de tóxicos", en tanto que no se detectaron hematomas ni otro tipo de lesiones en el cuerpo. Así lo reveló ayer a La Capital la jueza de menores de Casilda, Cristina Pecoraro, quien intervino inicialmente en el caso que ya derivó a la Justicia Federal de Rosario.
La magistrada ordenó preventivamente la detención domiciliaria y luego la liberación, una vez que tomó declaración testimonial, del menor que admitió haber ofrecido a Francisco la sustancia que habría adquirido, aunque todavía se desconocen los resultados de las estudios toxicológicos para acreditar, como se presume, la presencia de droga en sangre y de ser así determinar si se trata de LSD u otra droga.
Al ser consultada sobre el tema, la jueza se manifestó preocupada por el avance de la problemática de la droga y apuntó contra los Estados provincial y nacional por "la falta de políticas públicas tanto de prevención como de rehabilitación" de personas con problemas de adicciones.
La magistrada fue aún más lejos al sostener que "hay falta de autoridad en la materia, porque las leyes que tenemos son laxas". Y no dudó en cuestionar que "las admisiones a los pocos centros de tratamiento y rehabilitación existentes son burocráticamente interminables, al punto que agotan a las familias y sus hijos".
Involucrarse. La magistrada también consideró que en la actual sociedad "pasamos de ser padres autoritarios a permisivos" e instó a involucrarse para dar batalla a un flagelo que otrora parecía lejano en pequeñas localidades que actualmente parecen convivir con el narcotráfico.
El caso generó opiniones de todo tipo, tanto en los medios locales como en las redes sociales, cuyo denominador común, salvo excepciones, fue exigir acciones a las autoridades que corresponden para revertir la preocupante problemática.
"En Casilda los chicos se drogan en lugares públicos con total impunidad y nadie hace nada para prevenirlo", coincidieron vecinos consultados por este medio, que además aseguran que "ya es común que se organicen fiestas privadas donde los menores toman alcohol sin ningún tipo de controles, y ni qué hablar de lo que pasa en los boliches bailables".
Y no menos contundente fueron las críticas a las cámaras de seguridad que están en la ciudad para desalentar la comisión de faltas y delitos, porque la mayoría de las cuales "no funciona".