Se fue haciendo lugar a fuerza de voluntad y sacrificio en el día a día. Cuando este proyecto comenzó a gestarse, Jonás Aguirre arrancó varios casilleros atrás en la escala de consideración de Eduardo Coudet. Sin embargo, no puchereó cuando el nuevo técnico lo bajó a reserva. Al contrario, reconoció en diálogo con Ovación que le hizo muy bien. Tampoco hizo un carnaval a la hora de regresar al plantel profesional. Siguió aferrado al perfil bajo y hoy disfruta de esta dulce actualidad porque se siente “parte importante del grupo”. Y no es para menos. En cuestión de un puñado de participaciones logró ser una pieza fundamental en el dibujo táctico del Chacho. Tal es así que viene de ser figura en las dos últimas citas del canalla: ante Chicago y Riestra. Sin embargo, el firmatense no se marea con las luces del alto rendimiento y sólo apuesta a explotar porque “todavía puedo dar más” en este Central sorprendente.
—¿Percibís el cambio en tu forma de jugar?
—Sí. Siento que de a poco voy creciendo y aprendiendo muchas cosas. Es beneficioso para el grupo y para mí.
—¿Cómo ves ahora cuando Coudet te mandó a reserva, es como que te hacía falta eso?
—En su momento lo tomé por el lado de que algo estaba haciendo mal, caso contrario no me hubiese pasado eso. Tenía que trabajar más. En realidad tomar más consciencia del lugar que tenía. Era como que no debía dejar pasar más las oportunidades que se me presentaban. Me sirvió mucho y por algo hoy tengo la suerte de ser titular seguido. Además, sinceramente, me sirvió muchísimo para crecer desde lo colectivo y lo individual.
—¿Se puede decir que sentís que fue un pecado de juventud lo que hiciste en su momento?
—Creo que sí. Uno cuando llega a primera no está acostumbrado a lo que es el profesionalismo. Es como que cuando estás en inferiores o reserva te querés llevar todo por delante y cuesta adaptarse. Y algo de eso me pasó. Pero por suerte me di cuenta y aprendí cosas para mi bien, para mi carrera en realidad.
—¿Estás en tu mejor versión o podés dar más?
—Estoy bien. Llego más al área rival inclusive. De hecho ayer (por el miércoles) pude hacer un gol que hacía rato no hacía. Y eso viene bien. Más allá de eso, creo que puedo mejorar y crecer más con este cuerpo técnico y este grupo.
—¿Y notás que ahora bajás un cambio cuando llegás al área y estás por tirar un centro, ya que antes acelerabas y no mirabas demasiado?
—Sí, es así. Desde ese punto de vista mejoré mucho.
—¿Lo trabajaste? Porque lo que trasciende es que Coudet hace mucho hincapié en ese tema.
—Si, lo entreno porque me lo indicó el entrenador. El Chacho me dijo que tiene mucha confianza y me recomendó desde que llegó que no la tire a cualquier lado cuando llego al fondo. Lo trabajamos y vamos mejorando. Ahora es como que tomo buenas decisiones, pese a que debo seguir puliendo cosas.
—¿Te sentís importante dentro de la estructura del equipo?
—Sí, porque mis compañeros y el cuerpo técnico me lo hacen sentir así. En realidad desde que volví al plantel profesional me dieron total confianza. Y eso fue muy importante para que pueda tener este presente. Tener el respaldo del grupo y el entrenador te da otra visión.
—¿Qué pasa por tu cabeza cuando ves a Central en una posición en la que hace mucho no estaba?
—Me pone feliz y muy contento. Sobre todo porque pasamos y vivimos muchos momentos duros, como por ejemplo haber perdido la final de la Copa Argentina, que dolió un montón. En cambio, ver que hoy estamos ahí arriba, tratando de consolidarnos en todo sentido, sumado a que tenemos un estilo de juego definido, es gratificante. En lo personal disfruto y me motiva mucho para seguir creciendo.
—¿Están ilusionados como la gente?
—Sí, obviamente. Central hace mucho que no consigue un título. A la vez vinieron muchos y buenos jugadores que le aportan calidad al plantel y es para ilusionarse. Además, el Chacho Coudet nos transmite que debemos ser protagonistas y vamos a luchar hasta el final.