Antes que termine 2017 tendrá lugar el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, confirmó ayer la reina de Inglaterra, Isabel II, al abrir las sesiones legislativas en el Parlamento de Westminster en Londres, y anunciar un programa monocromo conservador que supo absorber propuestas del nacionalismo escocés y del xenófobo partido UKIP.
El referéndum forma parte del programa de gobierno del recién plebiscitado primer ministro conservador, David Cameron, quien, según el protocolo, fue presentado por la reina en una ceremonia plena de pompa en Westminster, durante la apertura de sesiones parlamentarias. Cameron ya había prometido la consulta sobre la Unión Europea (UE) a comienzos de 2013. El texto de la ley será introducido en el Parlamento hoy. Entre otros detalles que se espera conocer está el modo en que se formulará la pregunta. Según la BBC, la respuesta “sí” indicará el deseo de permanecer en la UE y “no” el de abandonar la comunidad europea, lo que se considera una ventaja psicológica para los que defienden la permanencia. La pregunta podría ser algo así como: “¿Debería el Reino Unido seguir formando parte de la UE?”. El premier ya había prometido la consulta a comienzos de 2013, respondiendo a las demandas del ala eurocrítico de su partido conservador.
Apoyo de los laboristas. Mientras tanto, también los laboristas de la oposición anunciaron que apoyarán la ley para el referéndum.
Cameron ya comenzó a trabajar por los cambios en su relación con la UE durante un encuentro con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el pasado lunes. Hoy y mañana viajará a París y Berlín, entre otros.
Entre otras, el gobierno anunció propuestas para que Reino Unido tenga la última palabra en cuestiones como derechos humanos. El 1998, el entonces gobierno laborista inglés determinó que Londres se sometía a la Convención Europea de Derechos Humanos, pero los críticos opinan que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ha asumido demasiado poder.
El discurso que redactó el gabinete, leído por la reina, agregó además que “unirá” a las diferentes regiones británicas y trabajará a favor de los pobres, reclamos que se hicieron oír en Escocia cuando la tradicional base electoral del laborismo se volcó en masa a un Partido Nacionalista Escocés (SNP), que creció en la medida que radicalizó por izquierda su propuesta electoral.
Otro de los proyectos importantes es el de la concesión de mayores poderes al Parlamento autónomo escocés, como prometió Cameron a raíz del referéndum sobre la independencia de Escocia, celebrado el pasado mes de septiembre. El texto sobre Escocia está basado en las recomendaciones de la llamada Comisión Smith, que propone que la región tenga control para fijar el impuesto a la renta, aunque los 56 diputados del Partido Nacionalista Escocés (SNP) ya han indicado que buscarán más concesiones.
La soberana británica anunció también la propuesta de darle a la policía el poder de confiscar los salarios de los inmigrantes indocumentados para reducir la inmigración ilegal, que es una manera de recoger la bandera principal del xenófobo UKIP, tercero en los comicios. Al mismo tiempo, y apoyándose en la catastrófica elección del laborismo, tradicional representante de los trabajadores sindicalizados, el programa incluye una reforma que busca limitar el ejercicio del derecho de huelga.