En un operativo que las autoridades no dudaron en calificar como "histórico", ayer a la madrugada se desarticuló una concurrida picada clandestina en la costanera norte, con el saldo de once personas detenidas —dos de ellas por portar armas de fuego y otra por resistencia la autoridad— y cien vehículos remitidos al corralón: 60 motos y 40 autos.
El procedimiento fue fruto de la coordinación de Justicia, policía y áreas de control del municipio, y se tradujo en el inédito despliegue de más de 250 agentes de diferentes reparticiones, que entre otras medidas cercaron todas las vías posibles de fuga con un "cerrojo" simultáneo en ocho puntos de la zona.
El operativo comenzó poco después de la medianoche y se prolongó hasta las 4, comandado por el titular de la Oficina de Causas Judiciales con Imputados no Identificados, más conocido como fiscal de causas NN, Marcelo Vienna; el subjefe de la Unidad Regional II y el titular de la División Operaciones, José Luis Amaya y Julián García, y el subsecretario de Prevención y Seguridad Ciudadana, Luis Baita.
La organización reiterada de picadas, sobre todo en el paseo ribereño norte, "ya venía investigándose desde hace bastante tiempo", afirmó ayer el fiscal, bajo las figuras previstas en el artículo 193 bis del Código Penal, que castiga con prisión de seis meses a tres años al conductor que genere "una situación de peligro para la vida o la integridad física de las personas mediante la participación en una prueba de velocidad o de destreza con un vehículo", pero también a quien organice o promocione esa actividad.
Por eso, explicó Vienna, el objetivo del operativo de ayer y de la investigación que sigue su curso "no se reduce a perseguir al que forma parte de la carrera de velocidad ilegal, sino también al que la organiza". Internet, y sobre todo Facebook, prometen buenas pistas.
Baita contó que lo primero que se hizo fue cercar toda la zona. "Se trazó un cerrojo en simultáneo en ocho puntos por donde vehículos y personas pudieran darse a la fuga", dijo. Seis cámaras registraron el operativo: dos fueron las que llevó la policía para filmarlo y otras cuatro fijas pertenecen al municipio.
Por la envergadura del procedimiento, que terminó con once personas detenidas y cien vehículos remitidos al corralón, se vivieron situaciones de todo tipo.
Escenas. Por ejemplo: según datos de prensa de Jefatura, un chico de 17 años intentó huir en moto y al llegar a la altura de Colombres y bajada Puccio derrapó y resultó herido, al punto de que terminó en el Hospital Eva Perón. Otro que trató de fugarse fue un abogado a bordo de un auto, que incluso embistió a un agente municipal y obviamente quedó detenido por resistencia a la autoridad. Otras dos personas fueron arrestadas por portación de armas de fuego (una de ellas un calibre 38), dos más por tener pedidos de captura, cinco por infringir el artículo 193 bis del Código Penal y otra por identificación.
También se practicaron controles de alcoholemia: seis de ellos dieron positivo. De hecho, muchos vehículos se mostraron flojos de papeles y de elementos de seguridad o habían sido tuneados por fuera de las normas reglamentarias. Otros tenían sus motores adulterados y sobre un par pesaban pedidos de secuestro.
"La verdad es que fue un operativo sin precedentes", afirmó Baita, convencido de que la clave del éxito fue el "trabajo muy fuerte hecho en conjunto entre el Ministerio de Seguridad de la provincia, la Municipalidad y la Justicia".
Sólo la policía desplegó unos 150 efectivos en el operativo —comandado por Inspección de Zona 2—, algunos de ellos de civil y con vehículos sin identificación para contribuir a un efecto sorpresa, y otros 120 agentes de distintas áreas fueron aportados por el municipio.