Cada rueda de prensa de Gerardo Martino entrega definiciones magistrales de fútbol. Pero la de ayer por la tarde, tras la práctica de Bella Vista, fue especial. Porque si bien el recinto destinado a los periodistas estaba colmado, se armó un ida y vuelta más que interesante, donde el tradicional orden de preguntas y respuestas fue mutando cada vez más hacia una charla intimista, similar a lo que podría darse alrededor de una mesa de café, donde justamente el Tata se sintió muy cómodo y así su concepción del fútbol y los sueños que persigue con su Newell’s quedaron bien expuestos. “Jugar al fútbol o dirigir para mí tiene que ver mucho con la gloria, también con el dinero y el prestigio, pero por sobre todas las cosas con la gloria. Y para tener gloria, hay que hacer siempre un poco más de lo que habitualmente se hace. Si Newell’s gana un campeonato seremos uno más de los que ganan un campeonato. Y si Newell’s gana un campeonato y una Copa (Libertadores) seremos algo distinto a lo habitual. Y a mí me gusta dirigir por hacer algo distinto. No me gusta dirigir para ser lo que se puede hacer habitualmente”, tiró un Tata a modo de declaración de principios. Y remató su idea: “Si tengo la suerte de dirigir a estos jugadores, cómo no voy a tener sueños importantes”.
La charla con el Tata se expandió por 33 minutos. Habló de todo y no se guardó nada. Claro que catalogó al partido de mañana ante Deportivo Lara como decisivo, ya que “si no le ganamos no hay futuro en la Copa” (ver página 4), pero lo más sustancioso del diálogo con el DT giró en torno a si iba a priorizar a la Libertadores por sobre el torneo local, donde marcha a un punto por detrás del líder Lanús, y si le quita el sueño conseguir un título en Newell’s.
—Sentís como una deuda que tenés que ganar un título con el club por todo lo que significa la institución para vos, o será lo mismo no hacerlo.
—Evidentemente no es lo mismo ganar un campeonato que no hacerlo. Ahora, que yo vaya a sentir una deuda porque no lo ganemos, no. A lo mejor no debo decirlo ahora y lo tendría que decir más adelante, pero para mi es un gusto dirigir un equipo que juega como lo hace Newell’s. Ahora, en qué lugar de la valoración se pone eso, no es tangible. Esto no tiene valor de título, no tiene estrella, no hay una Copa, no llena la vitrina, pero a mí sí me satisface. Es como dar un pase gol y que el compañero no lo haga. No me preocupa que no lo haya hecho, lo que me preocupa es que yo pueda darle el pase gol. Y esto es más o menos lo mismo. Gestar un equipo que pueda jugar como lo hace Newell’s y que yo sienta que los jugadores están cómodos y se divierten y les da placer jugar, tiene mucho valor. Para el hincha tal vez ninguno.
—Pero los equipos que ganan títulos son los que quedan en la historia.
—Sí, es cierto, pero hay excepciones. Es una discusión que siempre digo que no tengo la capacidad de sostenerla. Contra los títulos y los equipos que ganan, no me animo a discutir. Pero tengo un pensamiento: no es tan así que el que gana es el mejor y el que pierde no lo es.
—Por lo general como DT no te vas por malos resultados.
—Así es más fácil que después te vengan a buscar. Si te echan a bolsazos es más difícil y si te vas bien en una de esas podés extender la chance de trabajo en el futuro.
—En Newell’s te van a volver a buscar entonces.
—No sé (risas), pero mejor así.
—¿La mantención de la categoría que obtuviste tiene la validez similar a ganar un título?
—Para mí está mal. Yo lo sostuve siempre y por hechos que han pasado en Newell’s. Vi gente valorada por salvarte del descenso y no valorada habiendo sido campeona. Es una locura. Salvarte del descenso es importante, pero de ninguna manera tiene el valor de un campeonato. Por lo tanto yo no tengo nada que ver con Bielsa, Yudica, Montes y el Tolo Gallego, estoy alejado de esa posibilidad. El campeonato marca estrellas y el no descenso, no.
—¿No es una materia pendiente ser campeón en Ñuls ?
—No. Claro que me gusta ganar un título. Pero no lo vivo como una cuestión que me saca el sueño.
—¿No te tienta darle prioridad al torneo local?
—Lo que hicimos hasta ahora no nos aleja de esa posibilidad. El sueño debería seguir siendo intentar una cosa y la otra. A mí ese tipo de objetivo, de ilusión, justamente sí me sacan más el sueño que algo bastante común. Jugar al fútbol o dirigir para mí tiene que ver mucho con la gloria, también con el dinero y el prestigio, pero por sobre todas las cosas con la gloria. Y para tener gloria hay que hacer siempre un poco más de lo que habitualmente se hace. Si Newell’s gana un campeonato seremos uno más de los que ganan un campeonato. Y si Newell’s gana un campeonato y una Copa (Libertadores) seremos algo distinto a lo habitual. Y a mí me gusta dirigir por hacer algo distinto.
—Entonces, lo que te quita el sueño es la doble corona.
—Es un poco más tentador (risas). Es bastante presumido para mí ubicarme en ese lugar, pero sí. Al equipo de Newell’s vos le podes poner cualquier camiseta y juega. Si tengo la suerte de dirigir a estos jugadores, cómo no voy a tener sueños importantes.