Un cantante de trap bonaerense de 26 años será imputado esta tarde por intimidación pública y Un trapero bonaerense de 26 años será imputado hoy por intimidación pública y tenencia de armas de guerra a partir de unas fotos difundidas por redes sociales en las que posó con un importante arsenal de armas de fuego y acompañado por presuntos miembros de Los Monos. Carlos Roberto Agustín García, conocido como “Zaramay”, fue apresado el jueves en un allanamiento en una casa de La Florida donde no se hallaron armas. En el procedimiento fueron demorados y detenidos otros cinco jóvenes de los cuales uno, Esteban David D., de 31 años y vinculado con Los Monos, será imputado junto con el trapero.
García cayó en el radar de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos de la Fiscalía Regional Rosario a partir de una foto que subió a su Instagram portando un fusil de guerra y rodeado de muchachos armados y encapuchados. Entre las armas que podían apreciarse había al menos dos fusiles FAL, pistolas 9 milímetros Glock, Bersa y Taurus, una carabina GSG AK-47 Black y cargadores (redondos) KCI surcoreanos de 50 o 100 disparos.
Según dijo entonces el artista, la foto era parte de una visita a Rosario donde estuvo filmando un videoclip y aprovechó para departir con amigos. Pero más allá de las maniobras de marketing típicas de un género musical que suele apelar a la mafia y las armas como parte de su estética y señuelo para atraer fans, los investigadores del Ministerio Público de la Acusación (MPA) pusieron el foco en los acompañantes y las armas con las que Zaramay apareció posando con aires de gangster. Es que se presume que las armas están en manos de miembros de una segunda generación de Los Monos que podría estar detrás de varios de los hechos de violencia que asuelan la ciudad en los últimos tiempos. La presunta presencia de dos familiares de los Cantero en esa foto alimentó esa presunción. Y la detención de Esteban D. también abona esa línea.
Según revelaron ayer fuentes judiciales, la investigación de oficio sobre las armas exhibidas por el trapero se abrió el pasado 28 de enero, un día después de que fueran subidas a la red. En ese momento, y más allá de las polémicas berretas que alumbraron entre legisladores y funcionarios de estos pagos, también fueron vistas como la parte visible de un iceberg que siembra de muertos y heridos en el mundo real de las calles de Rosario.
En rigor no es la primera vez que esa foto llega a las noticias, ya que también fue mencionada como uno de los posibles disparadores —término que aquí admite todas las acepciones— del tiroteo contra la casa del también trapero Franco Fernández, conocido como “FF” y cuya vivienda de Seguí al 1000 fue blanco de un ataque por parte de tres adolescentes que llegaron en un Ford EcoSport. El incidente terminó con fuego cruzado y detenidos de ambos bandos, entre ellos el trapero y su mamá, imputados de tenencia de armas y luego liberados bajo fianza.
>>Leer más: Cayó el cantante de trap Zaramay por posar en Instagram con un arsenal
En ese marco, la Agencia de Criminalidad Organizada emitió una orden de allanamiento en una casa de Galicia al 600, en zona norte. En el procedimiento se incautaron una computadora, siete celulares, ropa y hasta una riñonera, pero ningún arma. Los investigadores creen que desde que se empezó a hablar de esa foto las armas en cuestión están siendo escondidas al igual que algunos de los protagonistas de la foto.
Inédito
En este marco de inciertos límites entre realidad y simulacro, Zaramay será imputado hoy de intimidación pública y la tenencia ilegal de armas de fuego que, hasta ayer, solo se le puede atribuir en una foto.
Más allá de lo claro que aparece el delito de intimidación en una ciudad que atraviesa una situación especialmente sensible como Rosario con poco margen para jugar al gangster, es inédita la imputación sobre la tenencia de unas armas no encontradas. Cuestión sobre la que el juez deberá evaluar si la evidencia que presentarán los fiscales es suficiente para dictar la prisión preventiva por un delito que suele dejar a sus imputados tras las rejas. Algo que en el caso de este pibe que se hace llamar “el jefe del malianteo” podría redundar en un espaldarazo para su carrera, en la cual sacarse fotos con barras como Rafael Di Zeo genera adeptos.