Como estaba previsto, no hubo sorpresas: el oficialista y ex decano de Arquitectura, Héctor Floriani, es el rector electo de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y asumirá los primeros días de agosto. La elección se hizo en una Asamblea Universitaria que se extendió cuatro horas y donde además de la fórmula oficialista, integrada también por el actual vicerrector, Fabián Biciré, no hubo candidatos por parte de la oposición. De 266 votos emitidos, 156 fueron para la fórmula ganadora, hubo 35 abstenciones y 75 votos en blanco. La continuidad y profundización de lo hecho por la actual gestión marcó la charla que Floriani mantuvo con La Capital. Aseguró que buscará que “los réditos que derrama la Universidad a la sociedad, derramen aún más”, y apuntó al proyecto de “incorporar como requisito curricular a los alumnos de todas las carreras de grado, alguna práctica volcada al medio”. También consideró que el problema no son los alumnos que llegan a las aulas de la educación superior, y en ese sentido afirmó que continuará gestionando la posibilidad de otorgar becas a alumnos secundarios para que hagan sus estudios en los colegios preuniversitarios. “Es imperioso que haya más acceso directo de la población a la Universidad, porque el verdadero cuello de botella está en los que no llegan”, afirmó.
—¿Qué desafíos se plantea?
—Es una gestión que se va con muchos logros. El piso del que partimos es más alto que el que teníamos hace ocho años. Vamos a profundizar lo realizado, el desarrollo de infraestructura ha sido muy importante. Hacia adentro es preciso hacer un esfuerzo de mejorar la gestión interna.
—En el Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad avanzamos en la formalización de procedimientos, que es la primera etapa para después mejorar la calidad de gestión. Tal vez la manifestación más elocuente de eso sea la formalización de un plan estratégico. Sería la explicitación de un proyecto de cómo se ve la Universidad en el futuro para organizar decisiones en función de eso.
—En infraestructura se avanzó, ¿pero cómo se va a continuar?
—Ahí las necesidades siempre son infinitas por definición y los recursos escasos. En este período hubo un menor desequilibrio, y ahora hacemos votos para ver la instauración de políticas de Estado en relación a la priorización de la educación en general y de la educación superior. Tenemos la responsabilidad de hacer el mejor uso de los recursos públicos que, al fin y al cabo, no están destinados conjunto porque los usuarios del sistema universitarios son una parte minoritaria de la población. Queremos que los réditos que efectivamente la Universidad derrama a la comunidad, derramen más. Es imperioso que haya más acceso directo de la población a la educación superior.
—¿Cuáles serían los proyectos en ese sentido?
—La apertura total de la Universidad no hace mella en la población que no puede dejar de trabajar para subsistir. Hace falta una remuneración, es decir becas de acceso. Hay programas nacionales y la política de bienestar estudiantil ha crecido de manera extraordinaria,pero necesitamos que siga habiendo iniciativas del gobierno nacional para financiar el acceso a la educación superior.
—Está el proyecto para que la UNR otorgue becas a chicos que terminan la escuela primaria para que puedan continuar sus estudios en los colegios preuniversitarios. ¿Se continuará gestionando esa idea?
—Vamos a seguir trabajando en ese sentido. Bienestar estudiantil no sólo es para los que están, sino también para los que no pueden estar en la Universidad. Porque el verdadero cuello de botella está en los que no llegan.
—Su vicerrector anticipó que se trabajará en involucrar más a los estudiantes con la comunidad, ¿Cómo se hará eso?
—Hay una iniciativa avanzada para incorporar como requisito curricular alguna suerte de práctica y de inserción social en todas las carreras de grado. Es un proyecto ambicioso y atractivo para desarrollar en los alumnos una conciencia de pertenencia y de compromiso social.
—¿Cuáles serán las prioridades y los nuevos proyectos en materia edilicia?
—Sin dudas, Ciencia Política y Arquitectura, en ese orden y casi a la par, se avanzará en ese proyecto que ya tiene financiamiento otorgado. Además está el proyecto del edificio tecnológico de la Universidad, que está adjudicado y ya empiezan las obras. Tenemos necesidades en todos los frentes.
—Hoy fue electo y hay paro docente en reclamo de mejoras salariales. ¿Cuál será la relación con el sector docente?
—Una relación madura. Podría decir con una cita bíblica: “Darle al César lo que es del César y a Dios lo que es Dios”. Un rector no es parte de la patronal. Estoy orgulloso de ser docente primero y dirigente después de una Universidad pública de este peso específico, pero no me siento patrón. Hay que asumir y respetar los roles. Está claro que el conjunto de la comunidad reconoce que es preciso preservar la calidad de la remuneración de todo el personal, porque eso repercute en la calidad del servicio público que brindamos, y no somos indiferentes a esa situación. El Consejo Superior hizo la semana pasada una declaración en sostén de las reivindicaciones del sector docente y ese es el tipo de acompañamiento que tenemos que hacer. Después, el mundo gremial docente universitario está fragmentado y sectorizado, y no es responsabilidad de la conducción de la Universidad dirimir esa cuestión.