Este domingo la Biblioteca Argentina cumplió 110 años y lo celebrará con una serie de jornadas para todo público en la institución, y también en diferentes puntos de la ciudad.
Foto: Virginia Benedetto / La Capital
La biblioteca fue varias veces remodelada.
Este domingo la Biblioteca Argentina cumplió 110 años y lo celebrará con una serie de jornadas para todo público en la institución, y también en diferentes puntos de la ciudad.
“Desde la Biblioteca Argentina pensamos la cultura como un elemento constitutivo del Estado y es desde lo público que debe darse un marco de garantía a la expresión de la diversidad y generar espacios que promuevan herramientas para la construcción de ciudadanías plurales e igualitarias. Después de 110 años, trabajamos en la posibilidad de una biblioteca múltiple, en su forma futura, incandescente, viva”, destacó el subdirector de la institución, Federico Tinivella.
La Biblioteca, que en principio se constituyó como un espacio asociado a los libros y la lectura, fue conservando ese espíritu a lo largo de los años pero también incorporando otro tipo de aspectos tales como el intercambio de conocimiento, la cultura, el divertimento, la ciencia y la educación, ampliando así su campo de acción.
El proyecto de creación de la biblioteca fue presentado por Juan Alvarez, en su calidad de secretario de la Intendencia, como parte de los actos conmemorativos del centenario de mayo. La inauguración oficial se llevó a cabo el 24 de julio de 1912.
Pasaron por su sala de lectura célebres personajes de la ciencia y la cultura, entre los que se encuentran los doctores en medicina Artemio y Lelio Zeno; el escritor Leopoldo Lugones; la poeta Alfonsina Storni; Jorge Luis Borges; Berta Singerman; Alberto Gerchunoff; Alicia Moreau; Rodolfo Rivarola; David Peña; Estanislao Zeballos; José Ortega y Gasset; la premio Nobel de literatura chilena Gabriela Mistral o el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros.
La gestión de Juan Alvarez fue breve, pero sentó los lineamientos principales de un proyecto que luego continuaría Camilo Muniagurria. La idea de Alvarez no reducía la misión de la biblioteca a lo meramente bibliotecológico, sino que planteaba una institución integral.
Es por ello que llevó adelante diversas estrategias para atraer a los nuevos lectores, hasta una campaña gráfica en donde se dirigía específicamente a los obreros. Alvarez pensó una biblioteca accesible a todos, es por ello que desde un principio se organizaron múltiples actividades con la idea de ofrecer un perfil dinámico de la institución. Alvarez imaginó una biblioteca de puertas abiertas.
Si bien en 1949, cuando pasa a ser municipal, se pensó que perdería su autonomía, la estabilidad económica le permitió seguir funcionado y finalizar hoy las obras para su “refundación” que presentan claramente un desafío que tiene que ver con esa idea primera de construir un espacio habitable de manera plural.
El edificio sufrió numerosas reformas y ampliaciones de la estructura original.
Se reinauguró tras la remodelación que se llevó a cabo durante la intendencia de Horacio Uzandizaga, conservando de la arquitectura original solamente el salón de lectura y la entrada tradicional por Pasaje Juan Alvarez.
En 1992 informatizó el servicio de circulación y préstamo. La división de procesos técnicos comenzó el catálogo online que hoy puede consultarse en su totalidad; en 1997 se creó el servicio de internet inaugurado por el entonces intendente Hermes Binner.
En 2019 concluyó la construcción de cuatro pisos con sala de lectura, sala de usos múltiples y 11 semipisos de depósitos que amplíaron el espacio y generaron una modernización de los servicios. Las obras, que demandaron una inversión de más de $200 millones, implicaron la remodelación de más de 5.000 m2, a los que se sumaron 1.000 m2 más para nuevos espacios y fueron reinaugurados por la entonces intendenta Mónica Fein.