La Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación intimó a la obra social Sutiaga (Sindicato Unificado de Trabajadores de la Industria de Agua Gaseosas y Afines) a brindar tratamiento a dos niñas con síndrome de Down adoptadas por una familia de afiliados a la prestadora sindical. Las chicas de 15 y 8 años necesitan asistentes familiares por prescripción médica, pero los auditores sólo lo autorizaban para una de las niñas.
Alicia Kosinsky y su marido Oscar Espinoza fueron la primera pareja en sumarse al programa provincial Hogar Familia, una iniciativa que se centra en derecho de las personas con discapacidad a estar incluidas y brinda apoyo a las familias que decidan adoptar niños con alguna discapacidad que están en hogares del territorio santafesino.
Así, hace un año, a su casa del barrio Tiro Suizo llegaron Laura (15) y Evelyn (8). Las dos niñas tienen síndrome de Down y la menor quedó ciega recientemente. El matrimonio tiene otros tres hijos Nadia, Ramiro y Tomás, quien tiene síndrome de Down.
Hace unos diez días, La Capital se hizo eco del reclamo de Kosinsky. En las siguientes 48 horas, funcionarios de la Superintendencia de Salud de la Nación se comunicaron con la mujer y tras hacerse con toda la documentación del caso intimaron a la obra social para que brinde el tratamiento necesario para las niñas.
Kosinsky advirtió que los tratamientos que demandan las personas con distintos tipos de discapacidad son costeados por el gobierno nacional y que las negativas de las prepagas pueden denunciarse en la sucursal local de la dependencia, ubicada en Juan Manuel de Rosas 1612 (teléfonos 426-5617 y 426-3461).
"Hay muchas familias que, como la nuestra, tienen problemas para acceder a prestaciones médicas. Y muchas no saben a dónde recurrir", aseguró.
Kosinsky señaló que después de un año de permanecer bajo la tutela del programa provincial Hogar Familia, a las dos niñas adoptadas les corresponde ingresar a la obra social del grupo familiar. En este caso, la del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Industria de Agua Gaseosas y Afines. Sin embargo, contó la mujer, allí comenzaron los problemas.
Tanto la pediatra como la psiquiatra prescribieron la asistencia domiciliaria para cada una de las nenas, durante toda la semana, seis horas diarias. Hasta ahora, y luego de varios trámites, la obra social le reconoce 34 pesos la hora al día por una sola de sus hijas adoptadas, y de lunes a sábado.
"Pagan por la asistencia de una sola de las nenas, siendo que la pediatra pidió por las dos. Y encima pagan 34 pesos la hora y no lo que tiene que ser. Como si eso fuera poco, me mandaron un asistente social a mi casa y nos sometimos a un informe de un equipo interdisciplinario", sostuvo indignada.
"Yo las adopté y tienen una obra social por la que pago todos los meses. Mis hijos tienen certificado de discapacidad y ellos tienen que cumplir. Pero, cuando exijo una respuesta, me contestan que se haga cargo el Estado. Me la paso recorriendo médicos y mi marido trabaja ¿Si me pasa algo, qué hago?", preguntó.
Para graficar la necesidad de una asistencia domiciliaria para las nenas sólo hay que remitirse al caso de su hermano Tomás. El nene tuvo estimulación desde los 15 días de vida y asiste a una escuela común. Laura y Evelyn, con 15 y 8 años de edad, hace tan sólo doce meses que reciben atención.
Ahora Kosinsky confía en que la intervención del organismo nacional sea positiva y que las niñas puedan acceder a lo que necesitan. Ni más ni menos.