Quiero dar cuenta de algo que me aconteció con una reconocida casa comercial ubicada en la esquina de Sarmiento y Córdoba. Dicho comercio ofrece a sus clientes una tarjeta de crédito (CMR) la cual como toda tarjeta puede ser utilizada para el pago en cuotas de los productos adquiridos. También ofrecen un seguro cuyo valor es de tres pesos; sí, leyó bien, tres pesos, por cualquier acontecimiento surgido con el producto comprado, situación que no es tan así. De todas formas y para que veamos que no siempre existe de parte de estos grandes comercios lo que podemos llamar lealtad comercial o respeto a sus clientes, en mi caso particular, no utilizo dicha tarjeta desde hace más de seis meses, por lo tanto se supone que no tengo que pagar ningún gasto de emisión de resumen al no tener compras efectuadas, ni tampoco seguro que cubra dichas compras, ya que no me llevé ningún producto. He aquí que estos señores dueños (más allá de la buena atención que tienen las empleadas), en mi caso me seguían mandando los resúmenes y me atrasé en el pago de esos tres pesos del seguro, generando a mi entender una deuda de 12 pesos por cuatro meses de atraso. Cuando me llaman por teléfono desde la empresa avisando que tenía pendiente una deuda, y me acerco a las oficinas comerciales, me entero que la misma asciende a 59,50 pesos. Calcule el lector los intereses que aplican ante ese tipo de deudas. Obviamente que la mejor opción es terminar de pagar ese monto acumulado, anular la tarjeta, no pisar más ese lugar y avisar a otros que estén prevenidos ante tamaña injusticia.