“Me siento muy bien, con muchas pilas, estoy llevando a cabo las ideas, y eso es lo más importante”, dice Richard Coleman, mientras del otro lado del teléfono se adivina una sonrisa. Lejos del prototipo del gran dark argentino que supo construir, el ex líder de Fricción y Los Siete Delfines ahora se muestra diferente, con un presente luminoso. Después de casi tres décadas de militar en diferentes grupos, el cantante y guitarrista se animó el año pasado a encarar un camino como solista, que tuvo su primer paso con el disco “Siberia Country Club”. Este es justamente el material que presentará hoy, a las 22, en Pugliese, Corrientes 1530. La banda de Coleman está formada por Daniel Castro (bajo), Gonzalo Córdoba (guitarras), Diego Cariola (batería) y Bodie Datino (teclados). Como grupo invitado tocará Margaret.
“Vamos a hacer todas las canciones de «Siberia Country Club» y también algunos temas de Fricción que hace muchos años que no tocaba”, adelantó Coleman sobre el show de esta noche. Otra perlita será la versión en vivo de “To Bring You My Love”, de PJ Harvey, uno de los tracks incluidos en “A Song Is A Song”, el disco de covers en inglés que el guitarrista editó este año.
“Lo que más rescato de mi situación como solista, además de que la banda suena bárbaro, es la posibilidad de hacer shows en diferentes formatos”, comentó el cantante. “No me estoy privando de ir a tocar a algunos lugares porque no se puede llevar a la banda. Puedo ir a presentar un show solo con la guitarra, o a dúo con Bodie, el multiinstrumentista que a veces me acompaña, o hacer un show con canciones de Fricción y Los Siete Delfines. Este año hice muchos shows en diferentes formatos y no paré de tocar. Me siento más libre como solista”, aseguró.
Después del debut con “Siberia Country Club”, Coleman se embarcó en el proyecto de “A Song Is A Song”, un disco que recupera temas de David Bowie, Brian Eno y Nick Drake, entre muchos otros, en versiones intimistas. “Fue un disco espontáneo y nada pensado. La idea de hacer un show con canciones en inglés surgió en diciembre del año pasado. En enero hicimos algunas fechas y ahí la gente de Ultrapop me propuso grabar un CD. La elaboración fue intensa pero rápida, porque es un disco muy despojado, con poca instrumentación”, explicó el guitarrista.
Lo curioso de “A Song Is A Song” es que incluye canciones de Jethro Tull, Black Sabbath, Johnny Cash o los Allman Brothers, músicos que parecen lejanos a las influencias de Coleman. “Lo que pasa es que la influencia se asocia directamente con el resultado. Y no es así. Yo vengo de escuchar mucha música, y desde muy chico. Este disco me parecía una buena oportunidad para abrir un poco mi discoteca. Es el disco de un tipo que quiere compartir música con los amigos”, comentó.
El cantante aseguró que Jethro Tull fue una de sus grandes influencias. “Cuando los escuché por primera vez tenía 14 años y estaba cambiando la voz. Yo pensaba: «Ojalá que cuando me termine de cambiar la voz pueda cantar como Ian Anderson» (risas). Después pasaron un montón de cosas, pero en un principio ese grupo me marcó. Las influencias son eso: tomar de fuentes disímiles cosas que a uno le gustan”, puntualizó.
NINGÚN HÉROE. En el ranking de los 100 mejores guitarristas del rock argentino de la revista “Rolling Stone”, Coleman figura en el puesto 17. El, sin embargo, no se siente ningún guitar hero. “A mí me sigue costando mucho tocar la guitarra”, afirmó entre risas. “Ya sé que más rápido no puedo tocar, así que practico para tener más precisión”, agregó. El ex frontman de Fricción dijo que sus referentes más directos fueron sus profesores de guitarra —Eduardo Rogatti y Luis Borda— y también sus amigos Ulises Butrón y Gustavo Cerati. “Con ellos nos pasábamos los acordes, escuchábamos a otros guitarristas y veíamos cómo tocar las cosas que nos gustaban”, recordó.
Coleman reconoció que le cuesta sobrellevar la ausencia de Cerati, no sólo como amigo y compañero, sino también como referente musical. “Estaba bueno cuando Gustavo nos preguntaba ¿escuchaste tal banda? ¿Viste esto? A él le encantaba compartir la búsqueda de cosas nuevas. A veces te llamaba por teléfono desde una disquería y te decía: “Vení a escuchar esto que está buenísimo”. Esas cosas se extrañan. El era como un faro. Y ahora eso falta”, reflexionó.
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