La Policía búlgara identificó ayer a una pareja que sospecha son los padres biológicos de una niña rubia hallada en un campamento de la comunidad gitana en Grecia, y los fiscales están investigando a la mujer por vender a su hija.
La Policía búlgara identificó ayer a una pareja que sospecha son los padres biológicos de una niña rubia hallada en un campamento de la comunidad gitana en Grecia, y los fiscales están investigando a la mujer por vender a su hija.
El descubrimiento la semana pasada de María, de cuatro años, desató una búsqueda mundial de sus padres verdaderos después de que unas pruebas de ADN demostraran que la pareja gitana con la que vivía no eran parientes de la pequeña.
La policía búlgara entrevistó a Sashka Ruseva, de 38 años y su marido, Atanas Rusev, de 36, ayer en la población de Nikolaevo, en el sur del país. La pareja también es de la comunidad roma.
"La oficina del fiscal ha abierto una investigación", dijo la oficina del fiscal en Kazanlak en un comunicado. "La investigación se abre tras las comprobaciones vinculadas con la niña identificada como María en Grecia".
Ruseva dijo a periodistas que había dado a luz a una niña en Grecia en 2009 y que la dejó allí ya que su familia tenía que volver a Bulgaria y no tenía modo de trasladarla.
"No sé si es mía o no. Tuvimos una hija. La dejé en Grecia ya que no tenía cómo alimentarla", dijo. "No me llevé dinero".
Los fiscales dijeron que comprobarían los viajes de Ruseva y desarrollarían pruebas de ADN para establecer si realmente es la madre biológica de María.
Decenas de periodistas acudieron al pobre campamento en Nikolaevo, donde la pareja, con 10 hijos, vive en extrema pobreza en una vivienda de dos habitaciones. Si es hallada culpable, Ruseva afronta una pena de hasta seis años.