Ayer al mediodía apareció muerto en su departamento de Zeballos al 1500 Leopoldo Teófilo Gamboa. Según trascendió, el jubilado de 77 años era voluntario de la comunidad católica que asiste a los internos y lo hacía en las cárceles de mujeres de Santa Fe y Rosario. Su hermana Marta denunció su preocupación porque no respondía a sus llamados y junto a efectivos de la Brigada Motorizada lo hallaron en una habitación del departamento de un 7º piso. Con signos de golpes y probables torturas, el cuerpo estaba tendido sobre un manchón de sangre y con un cable de plancha alrededor del cuello.
Cuando llegaron los efectivos de la brigada de Homicidios, convocados por la Motorizada, y el gabinete criminalístico de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) junto a los médicos forenses, arriesgaron como posible data de la muerte la noche del viernes. El cuerpo estaba tirado y a un costado se secuestró una plancha con manchas de sangre y restos de cabellos.
El cadáver presentaba distintos golpes en el cráneo, quemaduras y el mismo cable de la plancha secuestrada estaba atado sobre el cuello de la víctima, con lo cual podría suponerse un ahorcamiento mecánico. En el interior del pequeño departamento había un desorden total, aunque los familiares de la víctima no pudieron constatar robos de algún elemento personal o faltantes del mobiliario de la casa.
Al iniciar su trabajo el gabinete determinó que hay cinco cámaras de vigilancia privada distribuidas en la cuadra y una ubicada en el interior del edificio. Los registros fueron solicitados y serán peritados, tal como ordenó el fiscal de Homicidios Ademar Bianchini.
Los efectivos y el fiscal entrevistaron en el lugar a la hermana de la víctima, de 69 años, quien manifestó tener una relación fluida con su hermano.
Preocupada
Marta dijo que el último día en que recibió respuestas de su hermano fue el viernes a la tarde y que la alteró no haber sabido nada más de él desde entonces. Sobre todo después de que le pidiera una vecina de su hermano, que vive en el mismo piso, que se acercara al departamento que la víctima habitaba desde hace unos cinco años. La vecina tocó a la puerta pero nadie respondió.
Así, el domingo Marta se decidió a llamar a la policía y pasado el mediodía le pidió a los efectivos que la acompañaran hasta la casa de Leopoldo. Cuando arribaron la puerta no estaba forzada y encontraron el cuerpo del hombre.
La víctima no tendría antecedente penales y según dijo Marta, era voluntario en la Pastoral Católica Carcelaria en la Unidad 4 de Santa Fe y la Unidad 5 de Rosario. Por otro lado, un vecino que aguardaba a la mortera en la puerta del edificio de Zeballos y Presidente Roca contó que “Don Leopoldo era soltero y muy reservado. Era un vecino más, que yo sepa y según dijo la hermana no tenía pareja ni hijos”.
Hasta anoche no había sospechosos por el caso. El fiscal ordenó una serie de pericias a la plancha secuestrada, que se tomen muestras para enviar a laboratorio, la toma de testimonios a los familiares y vecinos para encuadrar su entorno, el levantamiento de rastros y el relevamiento de las cámara de vigilancia de la zona.