En un hecho que subraya las profundas divisiones que enfrenta el nuevo presidente de Egipto, Adly Mansur, el nombramiento como primer ministro del conocido político liberal Mohamed El Baradei fue anunciado ayer para luego ser desechado pocas horas después, ante el disenso del partido islamista radical El Nour. La oficina del presidente Mansur incluso llegó a informar oficialmente del nombramiento de El Baradei, uno de los principales críticos del ex presidente Mohamed Mursi, derrocado por un golpe de Estado el pasado miércoles. Los militares pusieron en el cargo de presidente a Mansur, hasta ese momento titular del Tribunal Supremo Constitucional.
Ahmed el-Musalamani, portavoz de Mansur, negó que el nombramiento de El Baradei haya sido definitivo. Sin embargo, los periodistas reunidos en el palacio presidencial fueron llevados a un salón donde un funcionario les dijo que esperaran a que el presidente llegara para anunciar el nombramiento de El Baradei. Munir Fakhry Abdelnur, alto funcionario de la oposición, declaró que la marcha atrás se debió a que el partido islamista ultraconservador —y hasta hace pocos días, aliado de Mursi— El Nour objetó el nombramiento de El Baradei y que se desarrollaba un proceso de mediación. El Nour apoyó el golpe de Estado contra su ahora ex aliado Mursi y su formación Hermanos Musulmanes. El Nour es "salafista", es decir musulmán del ala más radical.
La tensión se mantenía elevada mientras decenas de miles de partidarios de Mursi se congregaban por tercer día consecutivo en una mezquita en un barrio de El Cairo que ha sido tradicionalmente una zona controlada por los islamistas. Estos gritaban con furia lemas contra el derrocamiento del primer presidente electo democráticamente del país por el general Abdel-Fattah el-Sissi. Este ha negado que hubiera un golpe, alegando que seguía los deseos de millones de egipcios que protestaban contra Mursi cuando lo depuso el pasado miércoles.
Ayer no se reportaron hechos importantes de violencia en momentos que las dos partes se reagrupaban tras una noche de enconados enfrentamientos que convirtieron el centro de El Cairo en un campo de batalla. Al menos 36 personas murieron en todo el país en los choques de la noche del viernes y la madrugada de ayer.
En lo que pudiera ser el preludio de otro enfrentamiento, el grupo juvenil de oposición Tamarod, que organizó las protestas masivas que llevaron a la salida de Mursi exhortó a la población a lanzarse hoy a las calles para apoyar el nuevo orden.
Mansur, de 67 años y presidente del Tribunal Supremo Constitucional que fue nombrado presidente interino por las fuerzas armadas, se reunió ayer temprano con El-Sissi y el ministro del Interior, Mohamed Ibrahim, quien está a cargo de la policía. También se reunió con tres líderes de Tamarod (Rebelde), el grupo que organizó las masivas protestas de la oposición que comenzaron el 30 de junio, aniversario de la toma de posesión de Mursi.
Promesa de boicot.Mientras tanto, la Hermandad Musulmana, el partido de Mursi, ha prometido boicotear el proceso político, alegando que lo ocurrido fue un golpe de los militares que derrocó a un gobierno electo democráticamente.
Mursi, al que sus críticos acusaron de monopolizar el poder para él mismo y la Hermandad, así como de no implementar reformas democráticas y económicas, seguía detenido en un lugar no identificado. "Ahora está claro que el régimen de Mubarak tiene el control", alegó Ahmed Aref, portavoz de la Hermandad. "No podemos aceptar la estrategia de torcernos el brazo; no podemos aceptar que se elimine a la autoridad por la fuerza".
Pero el presidente interino insistió en que la reconciliación nacional era su prioridad. "Todos necesitamos la reconciliación nacional y trabajaremos para lograrla", declaró en una breve entrevista el diario independiente el-Tahrir. "Egipto es para todos. Quiero que todos recen por mí. Lo que necesito de ustedes son oraciones", afirmó. Pero a pesar de sus palabras, ambas partes de preparaban para la posibilidad de más violencia en momentos en que la inestabilidad política deja poco espacio para el diálogo o un terreno común. Ayer un sacerdote fue asesinado en el Sinaí, mientras que varios cientos de islamistas tomaron la gobernación de una de las provincias de esta península.